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Crucé la línea que separaba el cuerpo de mi verdad, amanecí ese día deseando buscar un motivo más para que las noches no sean tan oscuras.

Solo encontré personas llenas de deseos y vacías de personalidad, danzando a través del espacio como rocas al azar, sin destino concreto ni lugar, ansiosas por encontrar algo que ni ellos sabían nombrar, estaban más perdidos que yo, nuestras grietas parecían gemelas en el iceberg del tiempo.

Seguí buscando, sin éxito la fórmula para volver a sentir paz, espero que pronto encuentre mi lugar, mientras permanezco en este infierno que guardo como cuerpo, encerrado, perdido, sin saber cómo volver a la vida una vez mas.

Pánico órbitalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora