Odio Amarte#1 Trilogía EDL

Capítulo 17 Jamie

Faltaba solo media hora para que la fiesta empezara, y estaba de los nervios. Ayer por la noche, Jayson me había avisado de que hoy descubriría toda la verdad, y desde que había empezado a arreglarme para bajar a la fiesta cada vez veía más cercano ese momento. No podía controlarlo me temblaba todo el cuerpo, por fin iba a descubrir si Connor me había estado engañando, y sobre todo si descubriría si estaba siendo tan rastrero de hacerlo estando el mismo sitio que yo. Además, también averiguaría si Jayson había sido sincero conmigo o por el contrario era un mentiroso. Si fuera así, no me cansaría hasta descubrir que es lo que intenta con todo esto.

Observé mi rostro maquillado en el reflejo del espejo, me había pintado los párpados en un tono oscuro intentando destacar el color azul de mis ojos. No lo hacía muy a menudo, desde hacia un  tiempo el color de mis ojos me traía recuerdos que prefería ignorar, pero cuándo me miré en el espejo hace unos minutos el comentario de Jayson sobre mis ojos vino a mi cabeza, y sin saber el porqué, simplemente me dejé llevar. Acabé de retocar con un poco de colorete y un leve tono rosa para los labios, no me gustaba recargarlos demasiado cuando llevaba los ojos tan maquillados. Ahora, solo me faltaba acabar de elegir la ropa que iba a ponerme, y después de un rato sacando y metiendo perchas del armario, por fin me decidí. Me decanté por un vestido negro corto, con dos tiras de encaje en la espalda, atado al cuello y con un cinturón dorado que le daba el toque festivo. Lo combiné con unas sandalias de tacón a juego con el cinturón, la verdad es que eran bastante altas, pero, aunque me dolieran luego los pies me encantaba ponerme zapatos de tacón alto siempre que tenía oportunidad.

Esta misma tarde, me había estado mensajeado con Connor, había querido venir a recogerme a mi habitación para bajar juntos a la fiesta. Me negué diciéndole que nos veíamos directamente abajo, así no tendría que esperarme. Me dolía pensar que después de estar con otras chicas siempre venía a buscarme, me decía te quiero o otras palabras cariñosas. Hasta después de la fiesta, y una vez viera con mis propios ojos lo que pasaba prefería mantener las distancias.

Me recogí el pelo en un moño despeinado, ya que con lo largo que lo tenía si lo dejaba suelto no se verían los tirantes de encaje, cogí un pequeño bolso negro de mano para llevar el móvil y las llaves, y salí de mi habitación. Estaba tan nerviosa que al acabar de cerrar la puerta se me cayeron al suelo las llaves. En cuánto me agaché para recogerlas otras manos se me adelantaron antes de que me diera tiempo a hacerlo a mí.

Levanté la vista encontrándome con los ojos de Jayson clavados en los míos. Los dos nos pusimos de pie y me tendió las llaves para que las cogiera. Sin pronunciar ninguna palabra las guardé en mi bolso...

–Estás preciosa, Jamie – dijo de repente haciéndome volver a mirarlo.

–Gracias, tú también – contesté sin pensar fijándome entonces en el pantalón vaquero oscuro que llevaba combinado con una camisa blanca, la cuál permitía apreciar muy bien sus músculos.

–Está bien saber que estoy precioso – bromeó con una leve risa que consiguió sonrojarme. ¿Por qué mi cuerpo tenía que traicionarme y demostrar cuándo algo me daba vergüenza?

–Lo siento, es que estoy nerviosa y... y... no sé muy bien ni lo que digo.

–Ey, no lo estropees, que había quedado muy bien, enana. Cualquiera que tenga ojos puede ver lo guapo y precioso que soy – se burló haciéndome rodar los ojos, lo que le hizo reír – Venga no te enfades, Jamie, estoy jugando.

–No estoy para muchos juegos ahora mismo, Jayson.

–Jamie, todo va a salir bien. Mírame – pidió cogiendo mi mano – No te prometo que no te va a doler lo que vas a ver esta noche, pero piensa que saber la verdad es lo mejor que te puede pasar.