La primavera anunciaba su entrada con el azote que el calor daba a la casa del pálido que apenas y podía cargar con su existencia a la llegada de la temporada que para el le parecía desagradable aunque en París no se sintiera tanto por su clima un poco fresco el odia esa época. Esa mañana decidió levantarse un poco más tarde de lo que normalmente hacia, escuchando a lo lejos los ruidos de las cucharas y uno que otro plato golpear de más la cocina, encontrándose con aquel que llama esposo, ese hombre que a simple vista parecía tallado por dioses, y no era nada más por decir, gozaba de un cuerpo escultural y cuidado por el ejercicio, una retaguardia que hasta el mismo Zeus a de tener celos. Y que decir de su cara, era hermosa sin ninguna imperfección, teniendo en cuenta que sus labios parecían que habían sido pellizcados porque eran abultados por naturaleza como solía decir. Aquel hombre tiene por nombre Park Jimin, director de una prestigiada Academia de baile moderno y contemporáneo lo que favorece su presencia.
Mientras que en el marco de la puerta se encontraba recargado aquel ángel como decía Jimin, que gozaba de las facciones más finas jamás antes vistas, estaba orgulloso de haber ganado el corazón de tan bella persona ya contando 2 años de matrimonio. Con voz ronca y adormecida por la reciente hora en la que se levantó, el joven de piel pálida y ojos con rasgos gatunos, se acercó por la espalda a su esposo deseándole unos buenos días, mientras el azabache un poco más pequeño que su pareja solo le dedicó una sonrisa y un beso en el pelo ya que el rubio no quería sacar su cabeza del escondite en su pecho al voltearse para verle mejor.
-Buenos días Yoon, dormiste bien- y con un suave asentimiento sabía que era suficiente para estar conforme con su respuesta, sabía que su pareja no era de muchas palabras pero con el pasar del tiempo logró descifrar esas miradas y gestos que hacían comprenderlo, sintiéndose Jimin el mejor esposo del mundo. Pero aún con el mejor esposo del mundo Yoongi no era callado, hubo un tiempo en el que irradiaba una sonrisa tan pura derritiendo hasta el corazón más frío.
Hace dos años se encontraba una feliz pareja conformada por un modelo y pintor bastante famoso, conocido por su gran pasión por el arte abstracto, siendo sus pinturas el reflejo de eso, en tanto su pareja era un compositor de música que impartía presentaciones underground conocido también como AgustD.
Al ser ambos de Daegu su atracción fue eminente sintiéndose completos cuando estaban junto al otro, el joven de cabello grisáceo Kim Taehyung no dejaba de observar la hermosura que emanaba su novio, varías veces le había comentado que si no era un angel caido pero en respuesta solo recibía un golpe en el hombro junto con un "eres un idiota Tae" Por parte de Yoongi.
Su primer encuentro parecía que estaba escrito en letras doradas. Cuando Taehyung estaba presente en una de sus exposiciones en la galería Museo de Quai Branly, su función hay era ser presentado como el autor de dichas obras que yacían postradas en caballetes bien hechos y responder a algunos curiosos que preguntaban el porque el resultado o en que se inspiró. La última pregunta la hacia el chico más bello que jamás había visto Tae por lo que su cerebro tuvo un momento de shock antes de contestar con una amable sonrisa dirigida solo a ese muchacho de tez pálida y penetrante mirada que lo hizo caer rendido por el.
Pasaron más de una semana y Taehyung se propuso buscar a aquel chico que era protagonista de su nueva pintura y uno que otro pensamiento indecente que cruzaba por su mente, lo quería tener para el, por lo que no dudo en cuanto tuvo la información en ir a presentarse en aquel bar de mala muerte como pensaba el, solo para ver a su hermoso chico misterioso que a las alturas de la situación su nombre fue la cereza del pastel para encontrar a una persona perfecta en todos los sentidos.
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¿Est-ce que tu m'aimes?
RandomTal vez en tus ojos yo no era tan hermoso como creía. Si lo hubiese sido, estarías a mi lado... ¿No lo crees? -Hikari Nightray-