Capitulo I: Lunes antes de clases.

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Comienza un día cualquiera, lunes 19 de febrero para ser exactos, el móvil de una adolescente de 14 años suena estruendosamente en la mesa noche de una pequeña habitación de paredes violetas claras, las seis menos cinco de la mañana, la adolescente de ojos marrones se levanta molesta y somnolienta se levanta y camina sobre la peluda alfombra frotando sus grandes ojos.

La adolescente se acerca a su escritorio desordenado ,lleno de migas de dulces, periféricos de ordenador, colores y demás elementos de arte y tecnología, toma de una de las esquinas de esta una sudadera blanca, unos pantalones vaqueros  y una camiseta de manga larga y ropa interior, tomando la ropa su dedo meñique del pie izquierdo tropieza contra una de las tres gavetas del escritorio, aguantando el dolor, la chica camina semi cojeando hasta el baño que, por suerte, está a pocos pasos de la habitación.

Con miedo la chica entraba al pequeño y oscuro baño, cerrando la puerta tras de sí sin hacer ruido ya que no quiere que la madre despierte y le comience a gritar echándole el regaño por levantarse demasiado temprano. Después de cerrar la puerta, toma la camisa gris y blanca del pijama por la parte  baja y la levanta quitándosela y,dejándola en el manillar de la puerta. Seguidamente, toma la zona alta de los pantalones blancos con detalles grises haciendo el mismo gesto y dejando dicha prenda en el manillar, desganada ,la joven camina sobre la plana alfombra rectangular del baño y entrar en la ducha abriendo la calosa llave por el uso. El agua comienza a caer como si de una lluvia helada sobre ella mojando todo su cuerpo. Tras veinticinco minutos bajo esa lluvia helada cierra la gris casi blanca llave del agua, cortando  dicha lluvia y buscando una toalla, la joven de cabellos castaños con mechas violetas temblando se coloca encima de la rectangular alfombra con una toalla en la mano, comienza a secar su cuerpo lentamente, la chica desvió su mirada al pequeño espejo colgado de la pared del baño, el reflejo de una chica pecosa y blanca, ojos grandes y adormilados con grandes ojeras se deja ver mientras termina de secarse y colocar la toalla encima del lavabo.Tras dejar la toalla, toma, de un pequeño armario, un pequeño frasco de colonia y una barra de desodorante para seguidamente rociar la colonia y ponerse el desodorante. Terminó de echarse la colonia y el desodorante y los guarda en dicho armario, acercándose a la ropa, por la mente de la chica comienzan a pasar todas las escenas del pasado en el instituto,risas, golpes,insultos y gritos repitiendose una y otra vez día tras día. «Debo de dejar de pensar en eso ya,pero no puedo no se por que» pensaba mientras se colocaba la ropa interior del color de su piel, un rosa anaranjado casi blanquecino para ser exactos. Tras colocarse la ropa interior , toma la camiseta de manga larga por la zona baja y con un pequeño gesto vertical se la coloca, temblando del frio hace un gesto parecido con los pantalones,los cuales trata de ajustar para acomodarse y, tomando la sudadera y un cepillo, camina saliendo del baño en dirección a su cuarto apagando detrás de sí, entrando en su habitación ella suspiraba mientras tomaba los zapatos del suelo, unas botas oscuras de deporte, como las actuales nike o adidas(la gente pija entenderá de lo que hablo) caros y buenos, y sentándose en la cama deja los zapatos en la alfombra.

Nuestra chica de mechas y pecas a la luz de una bombilla led de su cuarto tomaba dos pares de calcetines de una pequeña gaveta de madera de la pequeña mesa noche el cual estaba colocada al lado de la cama, y se los colocaba un par encima del otro y encima de esto se pone las botas y suspirando mira una foto que tiene de ella en la mesa noche. «Supuestamente era feliz» pensaba tomando la foto y acercandola, al ver su reflejo vuelve a dejar la foto y se levanta para, seguidamente, tomar una de las esquinas de la almohada y alejarla del colchón para guardarla en el armario. Abatida decide estirar las sábanas y hacer la cama.

Tras 10 minutos de estirar, mover y colocar sábanas termina la cama y se dirige a la esquina contraria de la casa. No le rugía el estómago pero tenía que desayunar al menos un mínimo, entraba la cocina y se acercaba a la nevera para agarrar un yogurt. Dentro de la pequeña,clara y ordenada cocina, nuestra protagonista abría un agrio yogurt de limón y seguidamente, de una pequeña gaveta situada debajo del poyo, saca una pequeña cuchara de postre para comenzar a comer lenta y tranquilamente mirando al suelo decaída. Tras acabarse el yogurt deja caer la cuchara en el metalico y caloso fregadero mientras deja caer el pequeño vaso plástico del yogur en el largo y sucio cubo de la basura plástica y sale de la cocina de camino a su habitación.

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2020 ⏰

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