¿Quieres ir al baile conmigo?

-Profesora McGonagall -saludó un estudiante de último año a la directora del colegio mientras entraba a su despacho.

-¿Cómo estás, San Juan? -respondió alzando la vista para ver al estudiante al que más le tenía cariño (aunque ella no lo aceptara).

-Bien, gracias -se acercó al escritorio y posó sus dedos sobre él un poco nervioso -quería preguntarle si es… forzoso que asista al baile de navidad…

-¿Forzoso? -Minerva alzó una ceja- por supuesto -Leo no pudo evitar hacer una mueca al escuchar la respuesta- tú representas a Hogwarts en el torneo de los tres magos Y en la apertura del baile de navidad.

-Sí, lo entiendo -dijo desviando un poco la mirada.

-Si lo entiendes entonces no comprendo por qué has venido a preguntármelo -la mujer hablaba con el mismo tono que usaba cuando lo regañaba en segundo grado- pero en cuanto los demás alumnos comiencen a bailar podrás retirarte.

Leo asintió con la cabeza y se quedó pensando, pero no le decía nada más. La directora bajó un poco la cabeza para verlo sobre las gafas expectante.

>¿Necesitas algo más? -le preguntó al no verle ningún ademán de hablar o de irse.

-Bueno, también quería preguntarle… sobre mi pareja…

-Puedes ir con quien desees, San Juan.

-¿Puedo ir con un chico?

Se produjo un silencio en el despacho de solo unos segundos, pero fueron unos segundos demasiado largos y pesados.

-Los bailes de esta naturaleza son para parejas de un hombre y una mujer -respondió sin estar segura de si se trataba de una broma.

-Lo sé, pero usted sabe, también son para aprovechar… e invitar a la persona que te gusta… como una cita -Leo habló con tanto nerviosismo que le quedaba claro que no se trataba de una broma. San Juan le estaba diciendo que era gay y que quería asistir al baile con quien le gusta.

Como todos.

Y el que él no se atreviera a verla directamente le decía que era un secreto hasta hace un minuto.

-No puedo prohibirte ir con nadie en tanto sea un estudiante, si es a lo que te refieres -intentó parecer lo más desinteresada posible volviendo a atender los pergaminos sobre su escritorio. Si se mostraba aunque sea un poco escandalizada él podría asustarse. Si estaba dispuesto a ir con un chico al baile debe saber lo que eso significaba.

-Sí, gracias -Leo se retiró con una sonrisa dulce. Enamorada.

La directora solo esperaba que todo saliera bien, y que su estudiante no la pasara tan mal.

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-¿Ya conseguiste pareja para el baile? -Kubo le preguntó a su mejor amigo en murmuros para que nadie más lo escuchara ya que estaban a mitad de la clase de Defensa contra las Artes Oscuras.

-Aún no, no sé cómo preguntárselo… -Leo le respondió con el mismo tono de voz.

-¿Quieres ir al baile conmigo?

-¡¿Qué?! -Leo lanzó un gritillo sorprendido pero logró mantener el mismo volumen de la voz.

-Así es como debes preguntárselo -alzó la mirada de su pergamino para ver a Leo con una sonrisita traviesa. Burlándose.

Soltó una risilla al recibir un codazo de parte del moreno y logró que el profesor les quitara 5 puntos a su casa.

-No sé si deba hacer algo especial o si esté bien solo preguntárselo a secas.