CAPÍTULO ÚNICO

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-En serio madre? Por qué él?-.

Draco estaba que bufaba del coraje, su madre le había comentado que estaba viendo a alguien, que después de la muerte de Lucius ella merecía ser feliz y Draco había estado feliz por ella, hasta que supo de quién se trataba, nada más y nada menos que el mismísimo Harry Potter, del que él en secreto, también estaba enamorado, pero era un secreto que se iba a llevar a la tumba, aunque verlo a diario y convivir con él, iba a ser un verdadero dolor de cabeza, más aún saber que se había fijado en su madre y no en él, eso tenía a Draco con el corazón roto, pero no podía decirle a su madre que estaba a reventar de celos, ya que se veía muy contenta, tal vez debería planear irse a vivir a Francia, ahí por lo menos no lo vería y no dolería saber que no era suyo, si no de su madre, que cruel a veces puede ser la vida.

Harry se instaló ese día en Malfoy Manor, iba de la mano de Narcisa y se dirijan a la habitación de esta.

- Piensas compartir con éste, la habitación que compartías con Padre? Por lo menos mudate a otra habitación y no manches su memoria-. Dijo Draco en un tono demaciado amargo.

-Tienes razón hijo, lo siento, por respeto a él y a ti me mudaré a una de las habitaciones, le pediré a los elfos que cambien nuestras cosas-. Fue la contestación de Narcisa, y se dirigió con Harry de la mano a otra de las tantas habitaciones que tenía la mansión.

Draco estaba asqueado, y con un molesto dolor en el pecho, al saber lo que su madre y Potter harían al estar a solas en esa habitación, una punzada de celos cruzó por todo su cuerpo haciéndolo estremecer, así que mejor decidió irse a su habitación e insonorizarla, se recostó en su cama y ya a solas dejo que una lágrima escapara de sus ojos. "Por qué la vida tenía que ser así? Por qué su madre no pudo fijarse en otro que no fuera precisamente él?" Y con esos pensamientos y una que otra lágrima escapando de sus ojos, se quedó dormido sin saber que en la habitación de Narcisa un plan se estaba llevando a cabo.

Mmm- En serio crees que esto funcionará Cissy?-. Preguntaba Harry a su anfitriona.

- Confía en mi, yo se lo que te digo, conozco a mi hijo y se que está enamorado de ti-.

- De verdad lo crees?, no estarás equivocada? Por qué yo no veo mucho interés en él.

-Te digo que si, soy su madre y lo conozco a la perfección.

- Pero no lo estaremos haciendo sufrir? No quiero hacerle daño Cissy, no quiero que piense cosas que no son-.

- Ya le explicaremos después, que no hay nada entre tú y yo, mi hijo tiene que darse cuenta que la felicidad se le escapa si no tiene el valor de perseguirla, yo menos que nadie quiero verlo sufrir y ser miserable y creeme lejos de ti lo será, los Slytherin solo amamos una sola vez en la vida, solo entregamos el corazón una sola vez, y por lo que me doy cuenta él te lo dió hace mucho tiempo-.

Narcisa eligió una habitación que tenía acceso a otra, para que pareciera que Harry dormía con ella, sin ser del todo cierto ya que Harry tendría su propia habitación.

Harry Potter era el mejor partido que existía en esos momentos en el mundo mágico, ser el niño-que-vivo le otorgaba es ventaja, además de ser un chico de 22 años, soltero y muy atractivo y a su corta edad ya estaba en camino a ser el jefe de aurores más joven de la historia, en pocas palabras tenía pretendientes a montones, tanto chicos como chicas, los padres sangre pura que ni en sus más locos sueños podrían haber casado a sus hijos o hijas con un mestizo, estaban tras Harry para que hiciese caso a sus retoños, cuál más quería casar a su desendiente, con el salvador del mundo mágico. Por eso Narcisa tenía que sacarlo de enmedio, si Draco se descuidaba tal y como lo estaba haciendo podían arrebatarle a Harry para siempre.

NarcisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora