Yo jodo a la sociedad, pero ella me lo devuelve bien

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¿Stephen creía por lo que estaban luchando?

Sí.

¿Valía la pena?

Absolutamente.

¿No había otra razón por la que estaba ahí?

Ninguna.

¿Alguna de las anteriores es una mentira?

Sí.

Mayo, 1968 (Francia)

Las barricadas se asomaban en las calles de la capital francesa, al mismo tiempo que las luces nocturnas hacían aparición. Estudiantes se movían de un lado a otro; algunos pintando nuevos carteles, otro turnándose para ver si la policia hacia acto de presencia y debían prepararse.

No. A ninguno los iban a mover. Eso piensa el estudiante de medicina, Stephen Strange.

Escuchaba a Danvers desde lejos, vociferando palabras para motivar a los estudiantes que formaron parte de las tomas. Era la emoción y la adrenalina. Saberse que hacían algo nuevo, por un bien mayor. Demasiado grande, al nivel de que incluso trabajadores se sumaron a su lucha.

Stephen se sentía orgulloso de formar parte de ello. Se imaginaba a sí mismo algún día diciéndole a sus hijos y nietos "Yo estuve ahí". Ellos se emocionarían y preguntarían por su experiencia durante ese mes de mayo.

Eso sería posible...si siquiera le interesará una chica. Oquizá, en realidad, si esa vocecita en su cabeza no le dijera que era un hipócrita por tratar de covencerse de que le importaba algo la causa de los estudiantes.

Strange, respondía mentalmente a esa voz, de manera sumisa y arrepentida (no tanto), de que estaba en lo correcto.

Porque la razón de estar ahí era un alguien. Ese tipo no tan X que estudiaba Artes. Desde ahí veía su cabello negro largo (primera señal de que se iba contra la sociedad conservadora) y sus ojos verdes distraídos por primera vez en toda la noche.

Loki Odinson tenía más razones de estar tras las barricadas. Su padre y su deseo de llevarle la contraria fueron más fuertes; incluso más, porque desde lejos veía la mochila llena que el otro cargaba consigo y no dejaba que nadie tocara: Odín lo echó de su casa.

El hermano del pelinegro, sin embargo, no le dio la espalda. Era el miembro que pasaba víveres, su informante de afuera. Todo eso lo hacía por su hermano. Pero cada vez que venía, pedía ver al ojiverde (oh sí, esos enigmáticos y tenebrosos ojos verdes); el nombrado se negó la primera vez, mas la amenaza de que el otro dejará de abastecerlos por no cumplir su único capricho, lo obligó a ceder. La causa era importante.

Stephen lo conoció cuando un ex- amigo suyo, Mordo, lo llevo al sótano (forzadamente) un día de marzo. Ahí estaban las cabezas de las facultades francesas de izquierda, conversando/discutiendo sobre que hacer contra esa sociedad de consumo.

En eso, vio de reojo una sombra que se camuflaba con el ambiente. La misma que lo impulsó a unirse a las protestas de mayo (futuramente se sumaría junio).

Lo veía de lejos nada más. Se sabía de personalidad, pero sus pies se volvían plomo con el menor de los Odinson (aunque escuchó una conversación entre los hermanos donde Loki decía que ahora era Friggason). Alrededor del chico había un aura que impedía a cualquiera a acercarse. Él estsba entre los "cualquiera".

Era un hipócrita que traicionaba los ideales de sus compañeros para poder estar cerca de su amor platónico (era totalmente eso y no esperaba si llegaba a más).

Yo jodo a la sociedad, pero ella me lo devuelve bienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora