El callejón Diagón

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En la otra parte de la carta decía que lo podría encontrar todo en el callejón Diagón, yo ya llevaba un tiempo informándome de todo lo que podría necesitar para aquel viaje, y cuando llegué a aquella calle todo era tan impresionante que casi me dió un infarto, fui pasando por todas las tiendas, pero la que más me asombró fue una en la que ponía Zonko, era de bromaaaas!!! Yo adoro las bromas,a mis amigos siempre les gastaba muchas, de hecho me gané el mote de traviesa, cuando miré mejor por el cristal de la puerta vi dos cabezas pelirrojas que no sé porqué me impactaron bastante, pero pronto desaparecieron entre la gente y no le di más importancia y seguí mirando tiendas, ya volvería más tarde.

Intenté encontrar la tienda Olivanders donde vendían las varitas, pero me perdí y no encontraba ningún punto en el que ya hubiese estado cuando vi a una chica con el pelo castaño rizado y ojos de mismo color.
- Hola me podrías decir dónde estoy?
- Si te soy sincera no lo sé- vi que tenía la misma cara que yo, perdida y un poco angustiada.
- Bueno pues tendremos que buscar un mapa o algo- la dije intentando tranquilizarla, porque cada minuto que pasaba se movía más.- Me llamo Rouse y tú?
- Hermione, es mi primera vez aquí, les dije a mis padres que me las apañaria bien sola pero no es así.- la sonreí con cara de entendimiento y ella pareció comprender que a mí me había ocurrido lo mismo.

Caminamos un buen rato hasta que por fin encontré un letrero en el que ponía Olivanders.

- Por fin!- grité y salí corriendo hacia la tienda, después de mi vi como entraba Hermione.
- Buenas tardes, señorita Rouse- oí la voz de un señor mayor, pero no pude distinguir de donde provenía.
- Como sabe mi nombre?- pregunté.
- Simplemente lo sé- y entonces le vi, era alto y tenía el pelo largo y gris.- soy Olivander y tengo justo lo que necesitan, usted y Granger.
Se metió en un pasillo y de él sacó una caja.
-Usted primero Rouse, madera de roble,  20cm, núcleo de escama de dragón, no sea tímida- Estaba nerviosa y observaba la varita con cautela y él pareció notarlo- vamos, agítela.- al hacerlo unas cuántas cajas se salieron de su sitio y rápidamente la dejé en la mesa.
- L-lo siento mucho yo no quería...
- Tranquila, esto suele ocurrir.
Salió otra vez al pasillo y esta vez sacó una que tenía unos símbolos preciosos en el mango y una rama que parecía rodearla por completo en forma de espiral, la agité y esta vez algo me hizo sentir que por fin estaba completa y me llenó de fuerza.
-21cm, madera de abeto y núcleo de pelo de unicornio, la ha elegido señorita. Feliz cogí mi varita y esperé a que Hermione consiguiese la suya.

Al salir de la tienda me quedé observando otra de escobas, dos chicos hablaban sobre una de ellas, espera son ellos otra vez! Uno se dió la vuelta y me vio, nuestras miradas se conectaron, tenía los ojos color marrón que parecían soltar chispas con muchas pecas y el pelo anaranjado, el otro chico era igual, debían de ser gemelos. No tuve el valor de romper aquella conexión hasta que noté que alguien me tiraba del brazo.
- Rouse, Rouse! Qué te ocurre?
- Perdón, no sé son esos dos chicos... - Cuando volví a mirar habían vuelto a desaparecer.
- Quienes?- preguntó
- Se han ido- respondí confusa
- Por Dios mira que eres rara.- se rió
- Culpa tuya por querer ser mi amiga

Conseguimos el resto de libros, y como ya era tarde las dos nos fuimos a nuestras casas, pero antes ella me dió su dirección porque yo me había comprado una lechuza blanca con los ojos verdes con la que podría mandarle cartas.

Pronto nos iríamos a Hogwarts.

No me dejes Fred weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora