Capítulo 15

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Las puertas de la gran mansión se abrieron y una joven de cabellos castaño atravesó esta junto a unas maletas, miro todo el lugar curiosa, pensando en que es bendecida porque su nuevo hogar era una mansión, se quedo un tiempo más en la entrada, esperando a un criado o una criada que la atendiera, pero no fue así, confundida, se adentro más. Pobre doncella, inocente y frágil, una humana insignificante en todo este drama, bueno, no tanto, pero de todas formas, como otra novia sacrificio, los Sakamaki no tendrían piedad con ella. Esta siguió adentrándose hasta que se encontró con una refinada joven, Nanami se encontró frente a frente con esta chica, algo se removió en sus entrañas, olía muy bien, realmente olía bien, los ojos grises la recorrieron de pies a cabeza, la vampira comenzó a sentir una sed extraña pero muy tormentosa.

– Mi nombre es Halton Laira – hizo una reverencia y se enderezo, hablando con un ligero acento extranjero – Antes vivía en la iglesia, el padre me ha dicho que ahora viviría aquí – sonrió humildemente, pero Nanami no podía responder, estaba tan perdida en ese exquisito olor que ella desprendía, que pensar ahora no era su prioridad

Por suerte, apareció Raito atrás de Karin tomándola por sus hombros sorprendiéndola, no solo a ella, sino también a la joven de ojos grises, que al verle, recobro la conciencia.

– Mmmfu – alargo divertido – Mejor te presentas con todo Bitch-chan – sonríe – Nanami-chan, mejor vas a tu habitación – sugiere con una expresión seria.

Nanami solo se limito asentir, sentía su garganta tan seca que no podía siquiera hablar, miro unos minutos más a la joven y luego se giro para retirarse. Raito guio a la joven a la sala donde estaban todos los hermanos, donde se presentaron y solo fuere cuestión de minutos, cuando Nanami escucho un grito de terror; pero mientras ya ella estaba en su habitación, el grito fue lo menos importante para ella, pero no podía quitar la atención de aquel deseo tan desconocido por ella, tenía tanta sed y su pecho le apretaba tanto que podría jurar la muerte.

Un recuerdo la invadió, estaba la vampira en una de sus clases de etiqueta, dada por uno de los profesores más querido por ella, este le explicaba cómo funcionaba la ética humana y entre explicaciones, hubo un silencio en donde el profesor miro a Nanami, se inclino para estar a su altura.

– Joven Nanami – el tono serio resonó en el recuerdo de la femina– le daré un consejo, si en un momento, se encuentra con un humano y sienta sed, deberá – Nanami respondió.

– Resistir mi necesidad – recito a su padre divertido.

– La necesidad de un vampiro, es su necesidad y a usted no se le ha enseñado a resistir esa necesidad – recalco y sonrío comprensivo – si bebe su propia sangre, no pasara nada – explico – cuando sienta sed y sienta que no puede soportarlo... podrá calmarse un poco, bebiendo su propia sangre– .

Volviendo a la actualidad. En el mismo segundo que terminó el recuerdo, la mirada de los ojos grises se comenzó a distorsionar y sin dudar más, Nanami mordió su muñeca, clavando sus colmillos hasta lo más profundo, comenzando a succionar con desespero, una gota reboso fuera de sus labios, trago y así pudo sentir una especie de alivio, comenzó a jadear y miro su muñeca donde comenzó a salir más sangre, paso su lengua sobre la herida para así sanarla, mirando por más tiempo el vacio.

Dejando de lado a la dulce rubia, vayamos a ver a su hermana menor, quien estaba tomando del primer barril de sangre, la sangre desbordaba sus labios, ensuciando su ropa, mientras ella solo tragaba con desespero, con ansias, como si fuese a morir. Cuando acabo el barril, se lamio la mano, limpiándose, para luego comenzar a reír de la nada.

-Oh – alargo – Soy un monstruo – rio de nuevo- ¿estás orgulloso? – Miro con rabia- ¡¿ESTAS ORGULLOSO!?- grito con odio.

Si nos adentramos a la cabeza de Katsura, veremos que comenzó a trastornar la realidad con el pasado, al estar consumida por un recuerdo más, de tantos que la perturbaba.

Esta ella, detrás de la puerta escuchando a sus padres pelear, tan solo de 4 años.

-Solo tiene cuatro años, por el amor de dios – hablo Verónica con rabia.

-¿Y eso importa? – Resonó la profunda voz del padre de las mellizas – Un monstruo solo es vencido por un monstruo, ella no puede tener piedad.

-Victoria no tenía a alguien que la siguiera y cuidara – protesto

-¿y? – Pregunto el hombre con insignificancia – Nanami es quien importa – concreto.

Debería aclarar el punto que Verónica ( Violet la cazadora) amaba a sus dos hijas, por ello, nunca estuvo de acuerdo que Katsura matase a quienes eran su media sangre, no lo veía ético ni moral, no veía bien someter a una de sus hijas a tan cortar edad al asesinato mientras que la otra era tratada como princesa. Verónica era una gran mujer, aunque sus dos únicas nacieran por una violación... Si, Tamashī Nao hace 17 años, violo a Violet la cazadora, abuso de Verónica, secuestrándola, llevándosela a su mansión, al principio Verónica lucho con todo, hasta que se entero que estaba embarazada, siendo obligada a cazarse con aquel despreciable hombre, siendo sometida a su voluntad... la única felicidad para aquella mujer, eran sus dos hermosas hijas, aunque solo pudiese tratar con Katsura, también amaba a Nanami.

Seguro, ahora que se respondió la duda de quienes son esas hermanas, tendréis la duda de su padre, de su madre, de su pasado, y todo ese se revelara de forma pequeña, entre los recuerdos de Katsura, conoceréis a una gran oscuridad que ha consumido la vida de las dos mellizas, sabrán sobre Nao, el padre de ellas dos, una sombra, que no pudiese llamar oscuridad, no, le quedaría mejor la etiqueta de un gran abismo, un gigantesco abismo de maldad.

Volviendo con la de los cabellos negros, que recobrara la conciencia después de destruir gran parte de la habitación. Se sentó cerca de la ventana mirando al jardín, sintiendo el aroma de la humana, preguntándose si estaba bien confiar en esos hermanos, si Nanami estaba bien; miro la habitación, notando como tan solo en un día ya había hecho tal desastre, se levanto y se recostó en la cama mirando el techo, tratando de calmarse con los pocos recuerdos que tenía su vida, recordó a su madre y sonríe melancólicamente, en su mente se recobraba la melodiosa voz de ella, cantándole.

-Estas solo – canto en un pequeño murmullo- Estas por tu cuenta – continuo- ¿y qué? – Sonríe melancólica - ¿te has vuelto ciego? – su voz se quebró, mientras, una vez más la realidad se distorsionaba, allí estaba, en el regazo de s madre, mientras ella suavemente le cantaba- ¿Has olvidado lo que tienes y lo que es tuyo? – su madre le sonrió mientras cantaba y se unía con ella – Vaso medio vacío, vaso medio lleno. Bueno en cualquier caso no tendrás sed ...

"Lo tienes todo"

- Katsura – sonríe dulce acariciando sus mejillas-

"Perdiste tu mente en el sonido"

-Katsura – volvió a llamar su madre, mientras la miraba con amor-

"Desaste de los mounstruos en tu cabeza"

-Te amo.

Y sin más, mientras las mejillas de Katsura eran mojadas por sus lagrimas, la imagen de su madre se desvanecía, mientras los ojos purpuras volvieron a la realidad a la que estaba condenada, la realidad que tanto odiaba. Su llanto se incremento mientras seguía cantando la canción a duras penas, con el anhelo que su madre volviese, asi fuese una ilusión, aunque no fuese real, verla. Agregando que el único corazón roto no era el de Katsura; Subaru se encontraba sentado en el techo de la torre, quien escucho cada discusión, cada grito y ahora podía escuchar el llanto de Katsura, sintiendo como su corazón también se comprimían, teniendo la necesidad de ir abrazarla.

Aléjate. No soporto ser débil ante tus ojos – Katsura.

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⏰ Última actualización: Jul 02, 2018 ⏰

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