Segundo estadio

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Segundo Estadio:

Capítulo 6/Seis:

El delgado chico suspiró después de ver por un momento los copos de nieve chocar contra la ventana.

El viento los mecía con fuerza y hacía que algunos de ellos en lugar de terminar en el suelo, acabaran acorralados en el alféizar de la ventana, dándole al lugar un aura invernal.

Vio a los comensales del café de enfrente entrar a paso apresurado a este y algunos otros simplemente se quedaron de pie cerca de la entrada para poder admirar de una mejor manera los bellos copos helados que caían del cielo.

—Comenzó hace casi un año— dijo el chico sin dejar de mirar la nieve, perdiéndose en la tranquilidad que esta traía consigo.

—Aunque para ser sincero, creo que él y yo sabíamos que esto comenzó en el momento en que ambos juramos que podríamos contra cualquier adversidad. Él no estaba convencido de su decisión y aunque yo le vi dudar, no hice nada para impedir que cometiera el error que nos trajo aquí hoy.

Yuzuru sonrió tristemente.

—Sus padres no aceptaban que él y yo tuviésemos una relación. A decir verdad, los míos tampoco. Pero yo estaba muy seguro de que no me importaba en lo absoluto el dinero de la herencia que me dejarían mis padres. El dinero me había facilitado la vida, es cierto. Pero no me había hecho feliz y no quería seguir los pasos de mi hermana —declaró el joven arrastrando la voz en un intento de mantener la calma. Un nudo se había instalado en su garganta y presionaba hacia abajo dándole a su pecho una sensación de dolor que hacía tiempo no experimentaba.

—No sentí remordimiento alguno cuando les dije a mis padres que incluso si la relación que llevaba con Javier no funcionaba, jamás volvería y que jamás me arrepentiría de mi decisión.

La mujer sirvió un poco de té mientras escuchaba atentamente la historia del pequeño niño que estaba perdido en sus pensamientos, recordando y añorando aquellos recuerdos que parecían haberlo hecho tan feliz y que ahora lo atormentaban incluso si se encontraba viviendo una vida de ensueño.

¿Cómo había llegado ahí Yuzuru?

Lo cierto es que no tenía ni la menor idea. Es como si cuando la nevada comenzó y lo tomó por sorpresa en la calle, con el pequeño Jun en brazos, sus pies hubiesen sabido exactamente a donde dirigirse.

—Javier en cambio lo pensó mucho más. Él tiene un buen corazón y siempre quiso hacer que sus padres se sintieran orgullosos de decir que él es su hijo a todas sus amistades, siempre quiso la aceptación de estos.

"Cuando decidió que quería estar conmigo después de que hubiéramos hecho el amor, me sentí la persona más feliz del mundo." –El pelinegro hizo una pausa y sus bonitos ojos avellanas se vieron opacados por lágrimas que jamás se había permitido soltar. Ni en ese mundo, ni en ninguno.

—¿Pero...? —cuestionó la mujer para animarlo a que siguiera.

—Pero cuando se los comunicó a sus padres vi la duda en sus ojos —dijo por fin Yuzuru unos segundos después mientras una lágrima resbalaba de su mejilla.

El japonés la limpió rápidamente y esbozó una sonrisa avergonzada a la mujer, quien puso la taza de té delante de él en la vieja mesita de madera y le sonrió cálidamente a este para que no se sintiera cohibido de continuar con su relato.

—Supe que debía hacer algo cuando salimos del consultorio de su padre y estos prácticamente le habían maldecido y habían renegado de él. Vi el dolor en sus ojos y en su sonrisa, aunque él no quisiera aceptarlo. Aun así, no hice nada. Permití que mi amor por él me cegara.

To the stars who listenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora