innocentia (kookmin)

primera parte

Jeon se esforzó por mantener la suave sonrisa en su boca una vez más. Estos últimos conciertos habían sido por lejos los mejores, sin embargo...

Su empresa era lo peor.

Cuando se unió a Big Hit Entertainment a los dieciséis, pensó que el concepto adorable duraría un pequeño período pero en efecto, con el tiempo, fue la escencia que caracterizó cada comeback desde hace cinco años. Había hablado con el staff sobre esto incontables veces, podía cambiar muy pocos elementos más no su estilo, tenía que mantener la imagen de chico tierno e inocente porque su fanbase era masiva y sobretodo, se la pasaban infantilizándolo, odiaba eso pero ellos no tenían la culpa de verlo de esa forma tan pura.

El staff controlaba todo, la música que tenía que componer, cómo debía vestir, los colores predominantes en su propio armario cada vez que estaba en tour, todo, incluso le habían obligado a ocultar sus tatuajes.

La única razón por la cual se quedó fue por el dinero. Sí, se sentía explotado pero al menos, le pagaban de forma generosa.

Ahora... empezaría una nueva etapa.

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Estaba a sólo unos minutos de acabar su contrato, había soportado suficiente, el tipo de música que hacía no era su estilo, desde que lanzó Euphoria las canciones próximas se volvieron monótonas para él.

Gracias a toda la fama y fortuna, estaba seguro que nadie esperaba que Jungkook renunciara, no renobaría su contrato de ninguna manera.

Escuchó lejana la voz de un tipo frente a él, era su manager, Jung Hoseok. Posteriormente, había hablado con su manager sobre esto, él mismo Jung le sugirió seguir su carrera en otra empresa o empezar a hacer k-dramas, eligió lo primero porque una de las empresas que le señaló su manager en el momento había sido Worldwide Records, tenía buena reputación y era una de las pocas empresas que apoyaban la libre expresión en sus artistas mientras sea material rentable.

- ¿Estás listo? - esta vez la voz de Hoseok se oyó más nítida. Asintió en respuesta, estaba decidido.

Entraron de forma relajada a la junta y tomaron asiento. Un revoltijo se formó en la boca de su estómago. Miró detenidamente a su staff, eran buenas personas, sólo hacian su trabajo siguiendo las órdenes del director de la empresa. Su mirada se detuvo en Kim Seokjin, probablemente ellos se preguntaban qué hacía un magnate como Kim Seokjin allí.

- Sunbae... -comenzó, dirigiéndose al director- Pensé en la renobación del contrato y... voy a denegarla. -sentenció, sin titubear.

Por dentro temblaba de nervios pero quería demostrar ser alguien diferente a la imagen que su propia compañía había construído sobre él.

- Es un placer verlo en persona, Si-hyuk hyung. Soy el presidente de Worldwide Records, Kim Seokjin.

Las personas en esa sala se encontraban sorprendidas o al menos la mayoría. La excepción era Seokjin, él sonreía en grande. Tener a Jungkook le traería tantas ganancias que ya sentía el dinero abundar en sus manos. Es verdad que ser un CEO con buena reputación le prohibía demostrar esa parte codiciosa en él pero no podía evitarlo, meramente cerraba negocios cumpliendo sueños.

Todas las miradas se clavaron en Jeon y el staff comenzó a atacarlo con preguntas, aguantó los comentarios pasivo-agresivos del propio director tratandolo como un niño. Gracias a su manager y a Seokjin pudo sobrevivir a esa junta.

Se sentía libre y protegido, el plus de esta situación había sido Hoseok, quien trabajaría con él en Worldwide Records.

Estaba viviendo el sueño.

Tenía entendido que formaría parte de un proyecto de banda de rock/pop alternativo. Sólo necesitaban un cantante, el proyecto sería una mezcla entre The Neighbourhood, Måneskin, Olivia Rodrigo y Arctic Monkeys, se asemejaba al tipo de música que le gustaba.

Al salir de las instalaciones de BigHit no había cambiado su outfit e iban de camino a otra junta donde conocería a sus compañeros de banda.

Se vio así mismo en el espejo del ascensor, camiseta a rayas, un overol de jean, medias amarillas y zapatos negros, se veía como un niño pero tenía la ventaja de ser guapo, no bonito, guapo.

No podía permitir pedirle un respiro a Kim SeokJin, lo ayudó muchísimo sacándolo de ese lugar e invertiría en él sabiendo la imagen que tenía y lo intensas que podían ser sus fans protegiendo su "inocencia". Incluso si las cosas marchaban tan rápido así lo prefería. La semana que viene tenía una conferencia donde debía anunciar su renuncia en BigHit y su integro a Worldwide Records.

Todo iría bien.

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Siempre pensó que el momento de su renuncia sería el más cúlmine y tenso vivido, pero se equivocó.

Aunque conocer al nuevo staff fue ligero y acogedor, conocer a los miembros de la banda fue... una experiencia memorable.

El líder y baterista, Kim Namjoon fue cordial y amable en líneas generales. Su cabello era azul pálido y tenía un piercing en la ceja. Se presentó junto a la persona más humilde y genial del planeta, Min Yoongi, quien componía todas las canciones siendo el bajista de la banda. Todo el material que dejó escuchar a Jeon cuando le enseñó el estudio, le había encantado, el tipo era un genio.

Min Yoongi tenía un aura fuerte con todos esos tatuajes, sus ojos delineando esa mirada filosa y la mueca de desagrado natural, no obstante, el de cabellos azabaches fue dulce y lo hizo sentir en casa.

El guitarrista principal, Kim Taehyung, por el contrario, se veía intimidante y lo era. Fue cortante, no dijo mucho, se presentó y sonrió forzado, le vio con esos ojos profundos pero al menos no le juzgó. No poseía ningún tatuaje, su cabello castaño y ondulado caía un poco más arriba de sus hombros. Medían más o menos lo mismo y tenía un piercing en la lengua.

A decir verdad, todos tenían perforaciones en algún lado, probablemente los cinco compartían las mismas perforaciones en las orejas.

Pero todo se complicó con el segundo guitarrista, Park Jimin. Un rubio bellísimo de ojos delineados, nariz de botón y voz angelical. Jamás había visto un rostro tan delicado en su vida. La situación no se estropeó por su apariencia, si no, por la actitud de Jimin. El más bajo lo miró de arriba a abajo con desdén diciendo "mira a este mocoso, joder, no sabía que empezaríamos a hacer música de infantes" señalando su apariencia. Jungkook había sonreído al instante, acercándose a Jimin y presentándose con normalidad, entornando sus ojos en dirección a su precioso hyung.

La diferencia de altura logró hacerlo enternecer, Park no parecía enojado, sólo confundido. Sabía que alguien de la banda lo juzgaría pero le demostraría ser suficiente.

Jungkook no era tonto, enojarse con Jimin por una estupidez de ese tamaño tan dimunuto lograría perjudicar a la banda y a su carrera, ya no era un niño solista con un concepto impuesto, era un adulto libre.

Al estar frente a frente, Jimin cruzó sus brazos y con esa expresión neutra se presentó a regañadientes bajo la mirada del líder.

"Tiene un carácter de mierda" pensó, él podría hacer que se comporte. Le había encantado de sobre-manera el rubiecito que le miraba así. No sería inconveniente.

No es como si planeara enredarse con Jimin, de todas maneras parecía que él y el guitarrista principal compartían algo. Sí, era tan claro como el agua, notó una conexión entre el castaño y Jimin que catalogaría como algo más que una amistad.

Incluso con ese encuentro, se animó porque
al final del día mantenerse positivo lo orientaría a ser mejor.

Porque él podría lidiar con cualquier cosa, ¿cierto?