En las mañanas, tengo de costumbre (desde la antigua casa), salir del cuarto e ir al baño, pero sin tocar la puerta (tomando en cuenta que éramos dos chicas). Pero como estoy en el lado donde hay dos niños se me olvido y cuando entre estaba Eduardo, ¡sin camisa!, lo único que hice fue cerrar la puerta y salir disparada a mi habitación, no podía creer lo que vi.
Escuché que alguien tocaba mi puerta así que la abrí y cuando vi quien era, era el diciéndome que ya había salido del baño, que si yo lo quería usar. No podía responder por lo nerviosa que estaba y porque aún seguía sin camisa.
-¿Te comió la lengua el ratón?-dijo con esa sonrisa.
-N…n…no, ¿po…po…por…que dices?-tartamudeé.
-Porque te pregunte y no me respondiste-dijo.
-Si, si lo voy a usar, gracias-dije, mirando a otro lado.
-Ok, solo tranca la puerta-dijo burlándose.
No podía creer lo que había visto, tenia un cuerpo de modelo, pero no escuche sobre que fuera al gimnasio, sus ojos eran de color miel y su cabello estaba mojado, pero hermoso.
Luego de esa hermosa descripción mental, me dispuse a entrar al baño, cuando me dirigía a mi cuarto, noté que no había llevado la ropa y tuve que salir en toalla, y claro viendo que nadie anduviera por ahí, pero todos estaban levantados, no me quedo más remedio que pedirle ayuda a Jeremy que estaba parado afuera para que me ayudara, cuando escuche la voz de mi hermano.
-¡Eh!, ¿Quién está ahí?-preguntó Derek.
-Elizabeth, la princesa-dijo Jeremy.
-¿La princesa?-preguntó Derek en tono sarcástico.
-Si es la princesa del lado derecho-dijo Jeremy de una forma inocente.
-¡Ya basta déjalo!-le dije.
-¡Ah! Hermana ¿eres tu?-dijo.
-Si Derek, ¿Puedes hacerme un favor?-dije.
-Si esta a mi alcance, si-dijo.
-¿Podrías buscarme la ropa en el cuarto?, que se me quedó-dije-y agregue-por favor.
-Está bien-dijo.
-Gracias-le contesté.
Cuando me trajo la ropa, me cambié y salí del baño, afuera estaba Jeremy esperando.
-Princesa, ¿Puedes quedarte cuidándome, hoy?, mientras que nuestros padres salen-me dijo.
-Claro, Jeremy-conteste con una sonrisa.
Cuando salí de la habitación, y baje todos estaban esperándonos, cuando digo eso, es a Jeremy y a mi, pero por el tiempo que estuve en el cuarto, pensé que él ya había bajado, pero vi que no.
-Beth, ¿Dónde esta Jeremy?-preguntó Luz.
-En el baño-contesté.
-¿Por tanto tiempo?-dijo Gabriel.
-Voy a ver que pasa-dijimos Eduardo y yo al mismo tiempo.
Cuando subimos, tocamos la puerta del baño y solo escuchamos la regadera.
-¿Jeremy, estas ahí?-grité.
-Si, princesa estoy aquí-respondió.
-¿Qué estas haciendo?-preguntó Eduardo.
-Nada, ya voy a salir-dijo.
Unos segundos después Jeremy estaba afuera, pero vi que tenía la boca hinchada.
-¿Qué te pasó en la boca?-pregunté asustada.
-Me saqué un diente-dijo orgulloso.
-Bueno, vamos abajo a enseñárselo a todos-dijo Eduardo, levantando a Jeremy para cargarlo.
Ya abajo todos felicitaron a Jeremy, pero como yo ya lo había felicitado, me dispuse a caminar afuera. Cuando vi a Derek hablando con Eduardo.
-Hey, hermano, tiempo sin verte-dijo Derek.
-Es cierto, dejé de verte en la escuela, cuando dejaste de ir a la biblioteca-dijo Eduardo.
-Es cierto que deje de ir, porque estaba con las prácticas de baloncesto y venia el intercolegial-dijo Derek.
¿Qué?, Eduardo estaba en el mismo colegio que yo ¿y nunca lo había visto?, eso no podía ser posible, me dije. Tal vez era la biblioteca del municipio por lo que no me preocupe.
-¿Y ganaron?-preguntó.
-Claro que ganamos-dijo Derek Egocéntricamente.
Bueno, por lo menos ellos tenían con quien hablar, pero yo: una chica de 17 con un chico de 18 y otro de 19 y el que es más lindo de todos tiene 7 y las únicas niñas tienen 10 y 12, eso es triste.
-Beth, ¿Vienes o te quedas ahí?-dijo mi hermano.
-¿Ah?-dije extraviada (como no iba a estarlo si me sacó de mis pensamientos).
-¿Quieres venir?-dijo Derek.
-¿Adonde?-pregunté.
-A conocer el nuevo lugar-dijo Eduardo.
-Está bien, pero esperen que tengo que ir a buscar mi cartera-dije.
-Mujeres-dijeron al unísono.
Subiendo las escaleras me di cuenta que tal vez con ellos podría hablar y que no me sentiría tan sola, y con eso de salir a conocer tal vez podría hacer una amiga que tuviera mi edad para no sentirme tan excluida.