Cristian Moore es un joven oficial de policía que llega a Forks luego de ser transferido a la estación de policía de dicho pueblo, aunque bastante apuesto es soltero pues, entre sus prioridades no está el encontrar el amor de su vida y piensa que ha...
-¡Rayos! Leah ¿entonces que quieres? – me pregunto Louisa con frustración, luego de que yo me quitara la chaqueta de cuero negra y la lanzara agresivamente contra mi cama causando que Anna y Monserrath que estaban sentadas en el centro de esta huyeran despavoridas ante la posibilidad de ser golpeadas por algo más que yo lanzara.
-yo creo que te ves muy linda. – dijo Emily, mientras me miraba examinarme a mi misma en el espejo con el ceño fruncido, esta se encontraba junto a mi madre paradas en el umbral de la puerta viendo el caos de prendas que Louisa había traído, esparcidas por la habitación.
-si. – soltó Kim, tomando una bocanada de aire. – además especificaste, nada colorido, ni vestidos, tacones, sandalias o atrevido. – dijo, mencionando cada una de las anteriores cosas a la vez que contaba con los dedos de su mano, como si mis exigencias fueran tantas que no le iban a alcanzar los dedos para contarlas.
-pero es sofocante. – dije respirando con frustración. - ¿Por qué tanta tela? – pregunte girándome para mirar a Louisa que ya estaba roja de la ira.
-¿tienes idea de que fecha es? – dijo ella luego de un suspiro que asumí, era un intento de reunir paciencia. – estamos a finales de enero y si te asomas a tu ventana notaras que la nieve cubre el suelo porque es invierno, boba. – dijo soltando aquel insulto en un susurro, la mire con los ojos entrecerrados preguntándome qué tipo de lógica tenia Louisa al insultarme, pues le gustaba hacerlo, pero siempre bajaba la voz, como si esperara que no lo escuchara, lo que era estúpido; o simplemente le diera miedo soltarlo en voz alta.
-¿y? – pregunte yo con los brazos enredados en mi pecho.
-que la gente normal se abriga, porque esta haciendo mucho frío. – explico Sarah con pereza, pues Louisa solo estaba mirando en mi dirección mientras negaba con la cabeza.
-pero yo no soy normal. – dije encogiéndome de hombros.
-genial. – dijo Monserrath con un tono de sarcasmo. - ¿y le explicaras eso? – pregunto cambiando a un tono burlón. – abrirás la puerta y dirás: ¡oh! Hola Cris ¿Qué porque no voy abrigada? Ah sí, olvide decirte, soy un jodido lobo gigante, mis ancestros nos apodaron los cambia formas y no me da frío, es genial ¿no? – termino con una sonrisa y yo la mire con palpable odio. – no me malinterpretes. – se apresuró a decir. – desde mi punto de vista, es lo más inteligente que puedes hacer. – entrecerré mis ojos en su dirección y caminé hasta la cama para tomar la jodida chaqueta y ponérmela de nuevo.
-¿a qué horas estará acá? – pregunto Louisa que se había acercado para acomodar la ropa que me había traído de su taller y que según ella "había diseñado pensando en mi", esta se esmeraba porque los detalles de la chaqueta no se vieran opacado por mi "mala postura".
-a las 3:00 – dije recordando que esta mañana había llamado para acordar la hora en la que vendría por mi, a la vez que me fijaba en el reloj en la pared de mi habitación, este marcaba las 2:30.
-genial. – dijo Monserrath. – alcanzamos a maquillarla. – dijo, poniéndose en pie del banquito que estaba ocupando, la imagen mental de mi misma llevando ese perfecto delineado de ojos que ella solía llevar apareció tan abruptamente en mi cabeza que el estómago se me revolvió.
-¡alto ahí! – dije extendiendo mi mano frente a ella, de tal modo que la planta de mi mano quedara a centímetros de su cara. – no te pases, niña. – le dije y esta profirió un bufido al momento que rodaba sus ojos para luego regresar a su silla.
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