CAPITULO 9

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El reloj sobre la pared de la sala marcaban las 10:00 a.m, me recosté sobre el sofá tratando de poner mi atención sobre el partido de futbol que se estaba proyectando en el TV, mire de nuevo el reloj, ni siquiera habían pasado cinco minutos desde la última vez que lo vi y me senté con frustración para luego pararme y caminar hasta la cocina para ver el plato con pancakes que había hecho para April en el desayuno ¿Por qué no había bajado aun?; sabia que estaba bien, pues al llamarla esta mañana para desayunar ella había asomado la cabeza por la puerta de su habitación y gritado que bajaría en un rato, subí con pereza los escalones y al acercarme a la puerta de la habitación de mi hermana, un pequeño sollozo se oyó al otro lado de la puerta.

-April ¿estás bien? – pregunte confuso, nadie me respondió al otro lado de la puerta; me devane los sesos pensando en cual seria la razón de su tristeza, me pregunte si acaso era porque mañana empezaban sus clases en el instituto y se sentía nerviosa por aquello, pensar en fechas provoco que sacara mi teléfono móvil del bolsillo de mis pantalones, al iluminar la pantalla, la fecha que esta marcaba ¿Cómo pude haberlo olvidado? Era 27 de enero, el quinto aniversario de la muerte de mis padres. – April. – insistí dando un par de golpes en la puerta. – hablemos ¿sí? – le dije, el sonido de su nariz al absorber a causa de su llanto fue todo lo que escuché de su parte. – April. – dije con un tono de súplica, al momento que giraba el pomo de la puerta, esta estaba con seguro; suspiré resignado. – April, no me iré hasta que hablemos. – solté.

-¡vete! – grito ella, y yo fruncí el ceño ante la puerta; estaba seguro de que no habíamos peleado por nada últimamente, estaba seguro de que las cosas estaban bien entre nosotros. ¿Por qué se comportaba de esta manera? Yo solo quería abrazarla. – se te hará tarde para el trabajo. – dijo ella. - ¡vete! – soltó de nuevo y el sonido de algo impactando contra la puerta me sobresalto, de seguro acababa de tirar un zapato; rodé los ojos para luego bajar con frustración las escaleras.

La fecha me acababa de tomar por sorpresa, tenía hasta las seis de la tarde para pensar en que hacer, pues me negaba a dejar a April sola en un estado tan frágil, en los años anteriores esta fecha con suerte caía en mis días libres y de no ser así, igual estábamos en Oregón y tía Mary se quedaba con ella aunque esta no hiciera mas que vigilar que April no cayera en la depresión que había sufrido hace unos años teniendo en cuenta que sobre todo en un día como este, ella era totalmente inestable.

Me senté en el último escalón de las escaleras, suspire profundo; no habían pasado ni dos días desde mi cita con Leah y no podía creer que ya estaba pensando en tomarle la palabra, ciertamente necesitaba a alguien y Leah era en la única persona en la que confiaba para dejarle el cuidado de April; con todo y mi vergüenza marque el numero de la casa de Leah.

-¿si? – pregunto una voz femenina al otro lado de la línea, estaba seguro de que no era Leah.

-hola ¿esta Leah? – pregunte.

-¿Quién la necesita? – pregunto la cual empezaba a creer, era Sue.

-Cristian Moore.

-ay! Muchacho, haberlo dicho antes. – dijo ella y entonces estuve seguro de que se trataba de Sue. -Leah no está, pero ella regresara en unas horas ¿quieres que le diga que te llame o vaya?

-no, no es necesario. – me apresure a decir pensando que de seguro Leah estaba en el trabajo y regresaría cansada a casa.

-¿seguro? Tu tono de voz no se escucha muy estable. – dijo ella y yo fruncí el ceño ¿tan evidente era?

-no te preocupes, Sue. Gracias igualmente, adiós. – le dije y corté la llamada luego de que ella respondiera a mi despedida.

***

The Wolf And Her Love /Leah Clearwater\ |Libro 5| de la serie 'improntas'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora