Única parte

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Cuando las puertas se abrieron y ambos entraron, todo los presentes se quedaron embobados ante la presencia que irradiaban de sus cuerpos. Cosa que por dentro era todo lo opuesto para uno de ellos. El más conocido como Top 1, dejaba ver una personalidad que pocas veces sentía genuinamente. Y para su desgracia Inpyo era uno de los pocos -para no decir el único- que podía ver a través de esa pared egocéntrica que él había construído.

Lo que justificaba como se encontraban en ese momento. Inho hiperventilando e Inpyo sobando su espalda tranquilamente. Habían terminado de grabar las audiciones y en qué posición quedaría cada uno de los líderes de unidades. Como era de esperarse desde el momento en que entró, Inho quedó primero. Diferente a como se desenvolvió en el programa, bien terminó se encerró en la primera habitación que encontró vacía, y al segundo había sentido un par de manos rodear su cintura. -Lo hiciste de maravilla Innie -Susurró Inpyo contra su oreja, desde atrás. -Trabajaste tan duro, mereces ese lugar -Lo apretó más contra su cuerpo y sintió más de cerca su respiración entrecortada y el temblor de su cuerpo. Quería brindarle tranquilidad y lo que menos se le pasaba por la cabeza era que había quedado en sexto lugar.

Inho apretó las manos bajo las suyas y en ese momento, el menor comenzó a proporcionarle besos en el cuello que tenía a su alcance. -Innie -Lo volvió a llamar. Ya en la intimidad de su extraña relación, había dejado de decirle hyung hacía bastante tiempo, la confianza que se tenían ya era demasiada. -Lo hiciste perfecto -Suspiró entre besos mientras acariciaba con el pulgar sus manos, a esto Inho cerró los ojos y ladeó su cabeza para atrás, intentando dejar de temblar. -Tendrías que haberles visto la cara a todos -sonrió detrás de él- hasta Rihanna te tendría envidia -El mayor no pudo evitar reír y comenzó a regular su respiración.

-Recuerda que eres el mejor -Se separó y lo vio de frente, tomándolo de la mejillas. Inho sonrió con sus curvosos labios y miró al piso un poco apenado.

Fuera de lo que todos opinan de Inpyo, su masculinidad e instinto protector salía en bruto cada vez que algo sucedía con el mayor. Además de la desesperada necesidad de sentirse útil, indispensable para Inho. Éste, volviendo en sí, incorporó su cabeza lentamente y se quedó sonriendo, con el brillo diario que tenían sus ojos. -Gracias-Habló por fin, con el tono del Inho normal y sonrió, palmeando la mejilla de menor ligeramente. Éste pasó una mano por su pelo, suspirando, mientras lo veía irse.

Al revelar el grupo que le tocó, Inpyo demostró puro lujo en sus presentaciones. Mientras que sorpresivamente, Inho, pese a lo talentoso que era no tuvo el más esperado resultado. Al ser un ser muy individualista, las decisiones que tomaban no siempre quedaban tan bien para todos los miembros de su unidad. Solo, él brillaba. Pero lamentablemente en el grupo solo era uno más. Por eso, ninguno se sorprendió cuando la segunda unidad que anunciaron para la eliminación. Aunque todos se sentían tristes, el verdadero problema empezó después.

Inho había tardado en darse cuenta que esa seria su ultima noche, y cuando lo hizo, comenzó a gritarle a todos sus compañeros. Diciendo cosas que realmente no sentía, pero no podía evitar por las inseguridades que estaban inundando su cabeza.

Nadie podía detenerlo, intentaron calmarlo pero no había funcionado. Su cabeza estaba teniendo un colapso.

Al segundo, varios chicos de otras unidades se asomaron y entraron a intentar ayudar, pero el mayor cosa que veía tiraba al piso. Los chicos de la unit blue también estaban tristes de que sería su última noche, pero nadie alcanzaba la rabia y desesperación de Inho. Algunos de los más chicos salieron y fueron a buscar a Doha, que como era el más grande pensaron que podía ayudar. El mayor que no sabía nada, se acercó a la habitación y caminó hasta Inho. Posó sus manos en los hombros del menor y creyó que de la nada se había calmado, pero nó, en realidad había detenido porque su respiración comenzaba a ponerse pesada.

Doha notó esto y giró mirando a los chicos que estaban ahí observando. -¿Donde esta Inpyo? Llámenlo ahora -Dijo más autoritario y serio de lo que hubiera querido.

Jaemin salió rápidamente de la habitación y se dirigió al cuarto de la unidad verde. No lo encontró ahí, así que siguió buscando en el resto de las habitaciones, hasta que recordó haberlo visto yendo al baño. Se pegó mentalmente y se dirigió rápidamente hacia allí. Escuchó el sonido del agua y por fín pudo dar con él al entrar. -¡Inpyo hyung! -Gritó, y éste desde la ducha asomó la cabeza confundido. La cara de Jaemin asustó un poco a Inpyo, que no se dio cuenta del shampoo en sus ojos hasta que comenzó a arder. -L-lo siento, Doha me mandó... Inho hyung-Intentó decir. -Él...- Ni siquiera sabía cómo explicar que rayos le estaba pasando.

Pero como si le hubiera leído la mente, Inpyo comprendió todo y abrió los ojos aún más. Enjuago su pelo como pudo y rápidamente salió, mojando toda la ropa que se había puesto, excepto en los pies que seguía descalzo.

Fue como alma que lo lleva el diablo hasta su destino de todos los dias y entró, encontrando todo hecho un desastre y a Doha e Inho un poco más apartados del resto. -¿Pueden esperar afuera un minuto? -Preguntó mirando a las pobres almas asustadas y al segundo la habitación quedó vacía, a excepción de ellos tres. El menor se acercó hasta Doha y posó su mano en la espalda, a lo que el mayor sonrió agradecido y le palmeó la cara al irse.

Inpyo suspiró y se agachó hasta llegar a la altura de Inho, goteando en toda su espalda en el proceso. Lo levantó como pudo y por fín pudo enfrentar su cara, que estaba llena de lágrimas.
-Cielos Inho ¿No pudiste esperar hasta la noche? -La pregunta fue absurda para ambos, porque sabía que no podía evitarlo. Habían quedado verse en la noche para pasar al menos lo que quedaba el tiempo juntos y seguramente hablarían, pero el mayor se adelantó por completo. Inho aún más frustrado, comenzó a golpearle el pecho no muy fuerte, mientras las lágrimas bajaban hasta perderse en sus labios.

-Escúchame- Dijo seriamente con sus ojos rojos, mientras lo tomaba de la barbilla y lo pegaba a la pared bruscamente. -Sí. Mañana te vas a ir -Sonó dolido. -Pero los productores son unos ilusos si creen que esta bien dejarte ir, eres el top 1 -Sonrió- Demonios Innie, estarían locos si dejan que te vayas, confía en mí -Terminó y sin darle tiempo a responder, acercó su rostro y estampó sus finos labios contra los de él, probando lo salado de sus lagrimas en el proceso. El beso se profundizó y el menor sentía como el cuerpo contrario iba relajando la tensión en sus manos.

-No dejes que nadie subestime tu talento -Susurró contra sus labios al separarse y sintió por fín calma en el ambiente. -Estás todo mojado- Dijo Inho por fin y ambos rieron.

-Tu también -Posó sus manos en las mejillas y secó todo lo que había llorado.

Aunque Inpyo hubiera hablado todo sin saber, la realidad era otra y al final había tenido razón. Por eso quedo boquiabierto cuando cinco de los chicos eliminados volvieron al programa y uno de ellos era Inho.

Los ojos del líder de la unidad verde brillaron al verlo y el mayor no podía sentirse más poderoso al volver. Aunque había quedado en la unidad blanca, ambos estaban conformes de que el dúo volvía a juntarse.

Gracias a las palabras de Inpyo, a Inho se le subieron los aires de grandeza a la cabeza en varias ocasiones, casi causándole varios problemas con su compañero de unidad Jinsub, que no resistía que el mayor se creyera líder cuando no lo era. En casi -para no decir- todos los casos, Inpyo tuvo que intervenir, en caso de que Eno quisiera volver a pasarse.

Ya a esa altura de su convivencia, todos sabían que el único que podía parar a huracán Inho era Inpyo. Aunque casi siempre éste tenía conflictos internos, culpandose de que Inho en su mayoría era el monstruo que él había creado. Porque simplemente podría haber alimentado sus inseguridades y convencer al mayor de abandonar sabiendo lo inestable era su mente. Pero sin embargo no lo hizo.

La realidad era otra y ambos sabían que la relación algo enfermiza de necesidad y petición que tenían funcionaba de esa forma, y ninguno nunca habló de eso ni cuestionó al otro. Así ambos se fueron acostumbrando, Inho sobresaliendo en todo lo que hacía e Inpyo siendo su sostén, aunque en la intimidad fuera al revés. Se amaban, eso estaba claro, e iban a estar así cuánto tiempo el destino se los permitiera.

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⏰ Última actualización: Aug 04, 2018 ⏰

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