25. Mi lugar favorito

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Vee.💭

Suspiro mientras miro por la ventana, ya casi acaba la jornada de mi día.
Era lunes, el día más agotador.
A veces me pregunto porqué sigo en este campamento.
Supongo qué será para no defraudar a mi madre y Angus.

Pero últimamente no me apetece nada.

Keke para disfrutarlo más, ella baila todo el día, hace actividades acuáticas y siempre hace fogatas con los demás.
Quizás soy yo la qué se está cerrando de todo.

Pero esto no es para mí.

A lo mejor es mi trabajo, y quiero algo más artístico.
Echo de menos cantar.
También me pregunto qué es de Axl, no le veo desde el evento de su padre. Le mandé mensajes y nada, no contesta. Hoy sólo lo vi salir de la cafetería a la hora del desayuno con prisa.

Muerdo mi labio indecisa y decido ir a su cabaña, con suerte estará allí, sino iré a su clase.

Qué conste qué no me gusta ir detrás de la gente.

Cuándo me encuentro allí, miro a ambos lados, no vaya a ser qué Candy y Chase estén rondando por aquí.

Cuántas menos sospechas, mejor.

Una música se oye en el interior de la cabaña. Toca tres veces la puerta suavemente, y la música se apaga. Segundos después la puerta chirria cuándo se abre. Axl me mira fijamente, sorprendido por mi presencia. Su cabello pelirrojo está húmedo y algunos mechones caen por su frente. Está sin camiseta y viste un pantalón de deporte. Trato de no mirar el paquete de abdominales en su cuerpo bronceado o las venas corriendo a lo largo de sus brazos musculosos. De cierta manera, parecen más pronunciados ahora qué su piel está a la vista.

Soy una babosa.

Y orgullosa de ello.

—Hola —sonríe— No sabía qué ibas a venir.

—No respondiste mis mensajes —Reprocho.

Sus manos rodean mi cintura y me obliga a entrar a su cabaña. Una vez qué la puerta se cierra, mi espalda es presionada contra ella y la boca de Axl ataca la mía. Me besa con tanta emoción qué me pierdo en sus labios, en él. Agarra una de mis piernas y lo engancha alrededor de su cintura. Al principio me sorprende, pero le devuelvo el beso con la misma desesperación.

—Te eché de menos hoy, sunshine —dice entre besos— Perdón por no haberte respondido. Tuve un día muy ajetreado.

Mi pequeño gemido se convierte en un jadeo, y me inclino hacía atrás para mirarlo. Sus ojos celestes están oscuros por el deseo y sus labios muy húmedos. Este increíble chico me mira cómo si fuera la única mujer en el mundo.

—¿Por qué?

Sé que debe ser a su padre, probablemente lo ha descubierto.

—Te deseo más qué a nada, pero vamos a tomarlo con calma, ¿de acuerdo? —Musita— No quiero qué huyas de mí.

Entonces sus manos bajan al borde de mi pequeño shorts, acariciando mi ropa interior.
Pues menos mal qué lo quería llevar con calma.

—¿Te parece qué ahora mismo quiero huir? —Pregunto y él maldice.

Sus rasgos se relajan, y está tratando de no reírse.

—Me gusta tu faceta de chica fría, pero sin duda está es mi favorita —Admite.

Hago una mueca cuándo siento sus dedos dentro de mí. Los mueve dentro y fuera, dando vueltas, y gimo su nombre. Su boca silencia mis gemidos y abro mis piernas un poco más. Estoy sintiendo demasiado a la vez y crea sensaciones mágicas en mi cuerpo.

God is a woman «Axl Rose» ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora