CAPÍTULO 3: DESPERTAR

11 3 0
                                    

Aquella joven luego del evento quedó desmayada por unos minutos. Mientras tanto el  ángel estuvo cuidándola hasta que despertó y pudo preguntarle dónde vivía.

Ella le respondió "no muy lejos de aquí" y es así como él decidió acompañarla. Camino a casa la joven le pidió saber su nombre, él permaneció mudo por unos minutos incómodos hasta que respondió "me llamo Ángel".  No era un nombre muy original pero definía lo que era o lo que un día fue.

Luego de aquello él también preguntó a la mujer cómo se llamaba, indicándole al instante que su nombre era Almendra. Segundos más tarde ella señaló hacia al frente, lo cual significaba el final del camino.

Era una casa grande pero parecía que la fachada no había sido arreglada hace mucho tiempo, las paredes color marrón víctimas del pasar del tiempo eran evidencia de una situación económica poco favorable.

Fue invitado a pasar y dentro de aquel humilde hogar se encontraba un niño y un joven muy parecidos a la anfitriona. Ella le dijo que ambos eran sus hermanos, el mayor de 17 años llamado Lorenzo y el menor de 10 llamado Pedro.

Fueron las horas más largas del ángel, siendo bombardeado de preguntas difíciles de responder, como de dónde viene, si tenia familia, dónde vive, entre otras que luego ya no supo cómo responder. Sólo Almendra notó algo raro en él, aires de soledad, incertidumbre pero a la vez paz.

En ese momento sintió la necesidad de invitarlo a quedarse, ofrecerle aquella habitación que ha permanecido sin visitantes desde la muerte de sus padres y así lo hizo. Al escuchar el ángel aquella propuesta tuvo que rechazarla y se despidió, dejando el corazón de aquella joven enamorado.

Dentro de ella había despertado el amor y lo cierto es que Ángel no podía sacar esa mirada tan inocente de su cabeza.

LA MORTALIDAD DEL ÁNGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora