Otra vez los golpes a mi puerta. Corrí a ver quien era pero no volví a ver ningún rostro. Era una última carta. Era de amor. No entendía lo que quería decir con ella. Las palabras eran confusas y muchas letras estaban mal escritas. Creo que él ya estaba muy mal.
«veintiuno
Otra vez los golpes a mi puerta. Corrí a ver quien era pero no volví a ver ningún rostro. Era una última carta. Era de amor. No entendía lo que quería decir con ella. Las palabras eran confusas y muchas letras estaban mal escritas. Creo que él ya estaba muy mal.