El día era un poco oscuro, Suga llevaba esperando por más de media hora a su amigo, pero el pelirrojo no aparecía por ningún lado, habian quedado en encontrarse en su parque favorito para hablar de unas cuantas cosas y pasar bien el rato.
Hobi iba demasiado tarde, había tenido un debate mental antes de venir, le tenía unas ganas inmensas a su mejor amigo y por eso fantaseaba con absolutamente todo, pensaba en cómo sería que lo follara duro por horas sin compasión alguna.
Unos minutos más tarde que para el mayor se hicieron eternidad apareció el pelirrojo con su bella sonrisa, aquella que iluminaba a pesar de cualquier problema u otras circunstancias.
Se saludaron como habitualmente lo hacían y Hobi decidió hablar, era una buena excusa tener dolor de estómago para poder estar solos en la casa de Suga, un plan perfecto y sin duda alguna el momento preciso.
No tardaron mucho en llegar y a penas estuvieron dentro, Hobi empezó a quitar su camisa, El mayor paso en seco al ver el cuerpo de su amigo, su mirada paseo por todo su cuerpo desde sus mejillas sonrojadas y su suave piel, sus pezones tan deseables, su cadera y su pequeña cintura. No entendía muy bien que le estaba sucediendo pero un gran problema se instaló en medio de sus piernas.
Se acercó lento al ver al pelirrojo jugando con el borde de su pantalón y lo enrollo en sus brazos.
--¿Que tratas de hacer?-- Cuestiono el mayor de los dos antes de bajar sus manos hasta su redondo y grande trasero dando apretones suaves provocando que el otro mordiera su labio tratando de callar los gemidos que intentaban salir de su rosada boquita.
El menor no dio respuesta pero no hacía falta, sin control alguno deslizó ágilmente su mano hasta el miembro de su "Mejor amigo" y comenzó a acariciar su erección por encima de su boxer, debía admitir que estaba un poco asustado ya que para ser sinceros Suga tenía un excelente tamaño pero valía la pena no poder caminar, después de todo ya era el momento y ninguno de los dos pensaba en retractarse.
El mayor no perdió tiempo, lo llevó hasta la cocina poniéndolo arriba de uno de los mesones bajos de allí y comenzó a quitar la poca ropa que le quedaba, Hobi estaba ansioso y perdido en cada acto realizado por su amigo, su miembro se hallaba ya demasiado duro y empezaba a doler, necesitaba ayuda, las caricias y apretones en su trasero los cuales propinaba el mayor lo estaban desesperando.
--H-hyung-- Hablo con su respiración agitada a la misma vez que abría sus piernas. --Te necesito... Ahora--. Suga mordió su labio y llevo tres de sus dedos a la rosada boquita del pelirrojo pero este negó al instante.
--Y-yo M-me P-prepare P-para ti--. Admitió totalmente avergonzado pero deseoso, El mayor Sonrió y alineó su gran miembro en la estrecha entrada de su amigo.
Entró en el despacio gruñendo por como la entrada del menor apretaba su miembro de una manera totalmente deliciosa. Hobi cerraba sus ojos con fuerza mientras algunos pequeños gemidos de dolor y placer se escapaban de sus labios.
Suga comenzó con un vaivén lento, quería desesperarlo y si, lo estaba logrando. Puso sus manos en la pequeña cintura del contrario y decidió hablar. --Si quieres más rápido... Ruega.--. El menor perdido en el placer, dolor y la desesperación empezó a mover sus caderas bruscamente en busca de mayor contacto pero fue inútil. -- D-daddy... Follame... Follame duro ~.-- Rogaba este con su mirada fija en los labios de su Daddy.
El mayor no pudo contenerse más, recostó al pelirrojo encima del aquel mesón y dobló sus piernas hasta su pecho teniendo estas con sus manos. Se movía bruscamente y sin compasión alguna, si el menor no quería caminar ese deseo se lo iba a conceder. Los gemidos de Hobi llenaron todo el lugar al igual que el choque de sus pieles desnudas y llenas de sudor por aquel acto tan caliente y satisfactorio.
Suga no tardó mucho y en unas cuantas estocadas profundas y rápidas había encontrado el punto dulce de su hermoso bebé, tomó el miembro de este y comenzó a masturbarlo al ritmo de sus embestidas, ganándose más agudos y altos gemidos de su menor.
Estaba a punto de terminar, podía observar y sentir como las piernas del pelirrojo temblaban y su interior se contraia repetidas veces anunciando su tan deseado orgasmo, y así fue, unos minutos más y el menor lleno su abdomen de su blanquecina esencia pero el mayor no se detuvo, siguio embistiendo el ya débil cuerpo del contrario hasta que pudo liberarse dentro suyo.
Soltó sus torneadas piernas y las dejo al lado de su cadera mientras con sus blancas manos despegaba y acomodaba el cabello que se encontraba en la frente del menor.
Después de unos segundos tratando de regular su agitada respiración el mayor salió de el, claramente sin querer hacerlo, observando cómo toda su esencia permanecía en la entrada de su bebé y un poco se deslizaba por sus piernas.
Hobi tenía sus ojos cerrados, estaba exhausto y satisfecho como nunca. Estiró un poco sus brazos y el mayor entendió el mensaje, cargo al pelirrojo en sus brazos hasta su habitación y lo acostó en su cama.
-- Daddy quédate un momento, por favor.-- Pidió el menor con sus ojos medio abiertos y Suga asintió, se acostó a su lado comenzando a repartir caricias en las rojizas mejillas de su bebé y acariciando su cabecita con las yemas de sus largos dedos.
-- Mi niño...--. Hablo el mayor antes de acomodarse a su lado y seguir mimandolo. --... Te amo mucho.-- Sonrió viéndolo a lo que el menor como pudo se acercó los labios del contrario y planto un casto beso en ellos. -- Yo te amo mucho mucho más--. Acostó su carita en su pecho y pronto se quedaron tranquilamente dormidos.
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Voten chikitit@s...