—Hey, no me llames así – Jake se tiró encima de ella, pero sin poner su peso encima, dejando que la manta se abriera. Impotente.- ¿Y qué harás al respeto? – dijo Am mirándolo con ojos tentadores. – A veces, pareces un crio... y eres tú el profesor. – dijo riendo. – Has empezado tu chinchándome.–
– ¿Por qué dices eso? – Jake cogió la mano de Am y la llevó hasta su pene - ¿esto te parece de crío?– la miró a los ojos.
Ella volvió a morderse el labio, apretando su mano alrededor de Jake. Él suspiró ante el tacto.
– No me refería a eso... pero ya que estamos... - susurró y empezó a mover la mano. Jake no pudo ahogar los gemidos. Eso le gustaba...
–luego no te quejes... - le dijo en el oído – tendrás que terminar lo que has empezado. –
– No te preocupes... - sonrió ella y lo besó.
A la mierda, ya me volveré a arrepentir luego. Solo quiero disfrutar con Jake, puede que sea la última vez, así que la aprovecharé al máximo. Amber mientras pensaba eso, salió de debajo de Jake y cerró la puerta del maletero.
–acuéstate boca arriba... - le dijo asegurando el coche, aun que una de las luces de dentro, estaba encendida. – Te recuerdo que te debo una...–
Jake gimió al recordar lo que ella intentó la última vez. Y lo que quería hacer ahora. Y para nada del mundo se lo impediría. Siguió sus normas y se apoyó en el antebrazo.
Amber se colocó encima de él y le empezó a besar, lentamente el cuello. Jake sentía como ambos sexos se rozaban. Pensaba que no aguantaría mucho más. Amber era demasiado. Ella bajó por su abdomen, seguido empezó a besarle ahí abajo.
–Ahh... - Jake pasó su mano por la nuca de Am y le dio un ligero empujoncito, haciendo que ella se lo metiera en la boca. – Oh... si... a fondo, nena–
Ahora Jake podía decir que sabía lo que era sentirse en el séptimo cielo. ¿Desde cuando una mamada había sido tan buena? Nunca. No tardó mucho en venirse. Ella se levantó, orgullosa de sí misma, y se volvió a colocar encima de Justin. Él aun estaba recuperándose de ese orgasmo. La miraba con la boca entreabierta. Cuando sintió que Amber empezaba a mover las caderas ligeramente, no tardó en volver a ponerse duro.
Jake sintió como entraba lentamente en ella. La vio allí, diosa afrodisiaca, subida encima de él, moviéndose para conducirlos a los dos a la cima del placer. Jake gimió al sentir su plena humedad en esa hendidura. La cogió de las nalgas y se hundió en ella.
–Sigue, sigue... - Jake se inclinó para ocuparse de sus pechos, ya que el ritmo lo llevaba Am. Él solo disfrutaba, ahora. – Joder, ¿por qué no te dejé conducir antes? – dijo entre jadeos.
–quizás por qué no se conducir– apoyó su frente en el hombro de él, sin cesar el ritmo.
–Oh... te aseguro que de eso no necesitas clases. – Volvió a hacer fuerza para hundirse en ella. – Lo haces tan bien... - sintió como los espasmos de Amber lo envolvían. Cerró los ojos, sintiendo así mejor como ella se corría. – Y tan bien... - dijo levantando la cintura, automáticamente, corriéndose él también.
Ella, abatida, se dejó caer en el pecho de Jake. Él le acarició el pelo. Los dos estaban sudados. Amber se levantó y se echó a un lado.
Así pararon unos minutos. – Amber ...– murmuró , dándole pequeños besos en el brazo. Era cierto que estaba mucho más cariñoso tras lo que habían hecho. – Amber– le dijo más fuerte y al mirarla la vio dormida.
Sonrió Para el; y decidió dormir también.
Pero antes recordó algo. –Mierda... - dijo en cuanto se dio cuenta– No me puse condón...–Ahora sí que se había metido en un buen lio.
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I'll be your teacher [Terminada]
Roman pour AdolescentsLa profesora de música estaba ausente ¿por qué? Pues se le había enfermado el marido y al parecer era bastante grave, cáncer de hígado, según decía la gente. ¿Esto es algo malo? Bastante, pero lo peor no es que el marido de Pamela estuviera a punto...