Capítulo 1: ¡Sorpresa!

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Son las 3 de la tarde y ya estábamos todos bebiendo, en nuestro bar favorito como siempre junto a la playa. La cerveza y la sangría corrían por toda la mesa, solo queríamos olvidar todo lo que habíamos estudiado.

Toda la clase que acabábamos de terminar los exámenes de 2º de carrera nos habíamos reunido para pasar el último día juntos, antes de las ansiadas vacaciones de verano.

***

-Despierta cariño.

Abrí levemente mis ojos y me fijé en que mi almohada estaba empapada de sudor y tenía sobretodo mucha sed. Menudo día el de ayer, y menuda noche. Después de la comida seguimos de bar en bar. El ron, mi debilidad, creo que nunca me había emborrachado de esa manera en mis casi 20 años.

Recordé la música recorriendo mi cuerpo y las luces de neón cegando mi vista. Reía sin parar con mis amigas y bailábamos hasta cansarnos. Desde luego las noches improvisadas son las que más se disfrutan.

Cuando volví de mi flash back ahí estaba mi madre, moviendo las manos por delante de mi cara como si me hubiera ido a otro mundo.

-¿Estás bien? –  Preguntó con preocupación.

-Si, si, claro... ¿qué hora es? – Estaba totalmente desorientada y el dolor de cabeza estaba empezando a aparecer.

-Hora de comer, dúchate y baja. Tu hermana y yo te estamos esperando. –  Se levantó y caminó hacia la ventana para abrirla de par en par mientras yo soltaba un gruñido por la luz que tanto me molestaba.

-¡Para! ¿Por qué haces eso? – Exclamo.

-Venga Ade, hace un día precioso, y tenemos que hablar, dúchate y baja – Cerró la puerta tras su ultimátum

¿Qué tenemos que hablar? ¿Qué he hecho ahora?

Me duché y me puse unos shorts blancos y una camiseta de tirantes amarilla. El poco –bastante poco - moreno de mi piel se acentuaba con esos colores y me encantaba. La verdad es que para vivir en la costa soy muy blanca de piel, y más después de un año entero sin que el sol viera mi cuerpo.

Recogí mi pelo en una coleta bien alta. Gracias al sol mi pelo estaba cogiendo un color dorado a pesar de ser castaña, varias mechas rubias a ambos lados de mi cara comenzaban a asomar. 

Mis grandes ojos azules estaban un poco rojos a su alrededor, aun así decidí ponerme las lentillas, a veces el líquido de estas me ayudan a quitar la irritación.

Eché un último vistazo a mi habitación y volví a quedarme embobada con el único poster que ha sobrevivido colgado en la pared de mi grupo favorito, ante la insistencia de mi madre para que le diera otro aspecto a mi habitación. Los cinco chicos me miran alegres con sus preciosos ojos, mientras Harry me lanzaba un beso. "Ojala ese beso fuera cierto" piensa mi subconsciente. Creo que no viviría para contar un beso con Harry Styles sinceramente.

Bajé rápido las escaleras y me senté en la mesa a comer con mi hermana y mi madre.

-Carla come más despacio. – Rechisto mi madre a mi hermana.

-¿Mamá, querías hablar conmigo? – Hablé nerviosa. La verdad es que no tengo la menor idea de sus intenciones, espero no haber montado un jaleo al volver esta madrugada algo contentilla.

-Am... si, bueno, no... puede ser... - Balbucea, hablaba nerviosa, mi cara en estos momentos era un cuadro, le hice un gesto con las manos para que siguiera hablando. – Adelia, ¿nunca has querido viajar a Londres a visitar a tu padre?

-¿Perdona, qué? No tengo nada que hablar con ese señor – Contesto cabreada volviendo mi mirada al plato de comida. ¿Mi padre? Venga, por favor...

-No es "ese señor", es tu padre y creo que va siendo hora de verlo. El otro día hablé con él y... ¡Sorpresa! – Exclama. ¿Sorpresa? Una mierda...

-No pretenderás que viaje a Londres, mamá... No puedo, sabes que no, que no lo soporto. – No dejé que siguiera hablando y le interrumpí para dejar clara mi posición.

Mis padres están divorciados desde que yo tenía 7 años. Desde que se separaron y mi padre volvió a Londres, donde él nació, nunca se ha preocupado seguidamente por nosotras. Abandonó a mi madre y para sentirse bien consigo mismo le pasa una pensión. Bastante generosa, por cierto, pero no es suficiente para que yo no le guarde rencor. Nunca me he metido entre sus problemas, siempre he sido lo suficientemente madura como para saber que nada de eso me tenía que afectar. Así que me limité, a mi corta edad, a apoyar a mi madre en todo.

Mi padre es un gran empresario. Tiene una gran multinacional con empresas situadas en 7 países, con un gran beneficio de estas, teniendo su sede en Londres. Y al parecer mi madre está dispuesta a mandarme con un hombre al que apenas conozco ya. Esto es genial, nótese la ironía. 

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Primer capítulo publicado!

Espero que os guste y me digáis vuestra opinión y si os gusta votar y espero que disfrutéis del resto. Gracias!

Andrea xx.

Extrañas coincidencias (Harry Styles) Terminada/Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora