Con tan solo pasar el umbral de la puerta siento como un peso enorme se instala en mi pecho, escucho el ruido fuerte y metálico que hace la puerta al cerrarse y por un instante casi dejo caer mi mascara de seguridad, tengo que correr para alcanzar el colectivo. Consigo un asiento y automáticamente saco mi libro de la mochila, un ejemplar de “Orgullo y prejuicio” y desconecto del mundo unos minutos después requiere todo mi esfuerzo cerrarlo para bajar del vehículo.
….
Ahí está, me encuentro parada frente al lugar donde todos mis demonios obtienen su poder máximo, el colegio. No lo digo por ser de las que odia el estudio, siempre me gustó saber cosas nuevas, pero no es de eso lo que trata el colegio, no. Nadie te dice desde el mismo día en el que comienzas el jardín de infantes que te esperan años de tortura con miles de personas que se burlarán de vos como si fueras la basura más grande, con amigos que en realidad no lo son, los falsos amigos esos que te dicen las palabras más hirientes con una sonrisa en la cara, esos son los peores porque antes de llegar a todo esto se robaron tu confianza y cuando menos te das cuenta comenzas a creer todo lo que dicen de vos hasta que no te queda nada a lo que aferrarte y es ahí cuando comienza la verdadera pesadilla… De repente una de tus “amigas” con aspecto de modelo te trata de gorda y ya no quieres comer, el chico que te gusta te ignora y te trata de hueca sin darse cuenta de las lágrimas que correrán luego por tus mejillas hasta que te conviertes en una muerta en vida y no ves el momento de llegar a tu casa, si es que tenes la suerte de sentirte mejor al llegar a ella… lamentablemente no es mi caso.
….
Las clases terminaron y camino por el pasillo rápidamente intentando encontrar la salida lo antes posible, puedo sentir las miradas desgarrando mi espalda, pero lo peor es lo que dicen en voz lo suficientemente fuerte como para que llegue a mis oídos “ahí va la rara” “ zorra” “fea” Pero ellos no saben nada de mi
O tal vez mi realidad esté distorsionada y ellos tengan razón pero me aseguro de no mover un solo músculo de mi cara ya tendré tiempo de pensar en esto en la seguridad de mi habitación.
ESTÁS LEYENDO
Black tears
Teen FictionEsta historia no es una ficción, tampoco es una de esas historias paranormales en las que un vampiro y un licántropo se desviven por obtener el corazón de una chica. Esto trata sobre una adolescente de 17 años con problemas de depresión que la lleva...