No hay vuelta de hoja (30)

54 1 2
                                    

Residencia Contreras. Instantes previos a lo narrado.

Gerardo miraba por la ventana de aquel día nublado. Llevaba en casa apenas un día, había vuelto de una manera que ni él mismo entendía. Todavía tenía arrinconada en una esquina la única maleta que había llevado consigo, la vio por un momento recordando que, hace muchos años, una maleta parecida también fue su compañera. Viejas memorias se estrellaba contra su mente y no podía huir de su pasado.

A pesar de haber echo un buen trabajo con Anny, durante todo este tiempo nunca se percató de que aquella herida no había sanado. Hace dos meses fue que un amigo íntimo le llamó y, de la forma más delicado posible, le expuso el caso; en lo primero que pensó fue en tomar la misión pero ahora tenía que pensar en Anny. Ella desconocía muchas cosas de su pasado, se había criado como una chica normal y su padre no quería que eso cambiará por tratar de revivir viejas glorias. Agradeció y pidió tiempo para pensarlo. Después de eso estuvo dándole vueltas al asunto hasta un día anterior a aquella noche dónde, súbitamente, hizo que Anny cambiara de planes en sus vacaciones. Era el único lugar donde podía dejarla, ella estaría a salvo, él un poco más tranquilo, y podría centrarse en la misión.

Aquello fue lo que lo orilló a separarse de Anny por ese tiempo, sabía que tenía que contarle de su pasado, de su madre pero ¿Por donde empezar? Había intentado hacer eso durante los últimos 14 años, de echo, cuando ella era más pequeña fue sencillo hablarle de su madre pero, conforme fue creciendo la cosa parecía ser peligrosa. Eso sucedió cuando Anny tenía 4 o 5 años. Él tuvo que salir por un imprevisto de trabajo y la dejó al cuidado de la familia de su mejor amigo, allí no hubo problema alguno pero, al llegar a su destino, creyó reconocer a antiguos compañeros y ellos trataron de averiguar dónde estaba viviendo. Eso lo alertó y agradeció no haber llevado a la pequeña Anny con él, a partir de allí procuró cuidar los lugares a dónde iban. Casi nunca eran aquellos donde había estado con su madre, no quería correr ningún peligro... O eso decía él.

Para ser honestos, podríamos decir que lo que no quería era rememorar el pasado, Anny era muy parecida a su madre, los mismos ojos curiosos, la misma inocencia... Y eso era lo que le aterraba ¡Si Maribel la hubiera visto! ¡Era idéntica a ella cuando tenía su edad! Gerardo la recordaba muy bien y por eso tenía paciencia cuando Anny metía la pata con algo que Maribel o él había echo a esa edad. Nunca se lo había dicho pero, todas las veces que la escuchaba y guardaba silencio, en su mente se aparecía algún recuerdo de algo muy parecido echo por ellos. Después, extendía un útil consejo y así se evitaban terribles consecuencias.

Pero ahora, ese pasado corría a toda velocidad y lo había alcanzado. Él sentía que podía haber echo más, incluso estaba seguro de haberla hallado pero quizá solo era su ilusión.
Se sentó en el sillón pensando que le diría a Anny al regresar. Sería un mes complicado para ambos, él vería hasta donde había corrido la noticia y el estar en casa antes le permitiría conocer los posibles nuevos peligros y actuar en caso de ser necesario. Vio a través de la ventana y tomó su teléfono para marcar a Anny. Este sonó dos veces hasta que por fin le contestó. Él trataba de oírse un poco tranquilo y animado. Comenzó preguntándole cómo le iba y la conversación siguió hasta un par de minutos, de momento, la pregunta que tenía de ¿Cómo te va en la AIME? fue suplantada radicalmente por un

- ¿Y qué cocina te están enseñando?

Él mismo se extrañó ante eso ¿Por qué lo había dicho? De momento, su memoria comenzó a jugarle una mala pasada y por un instante olvidó realmente dónde estaba Anny. Por su mente, lo del campamento de cocina tenía lógica pues había sido la primera opción que pensó y, por alguna razón, siguió insistiendo con el tema.

- Te he tratado de marcar pero no entraba la llamada - dijo ella al otro lado de la línea sin responder la pregunta inicial y cambiando radicalmente de tema. Su padre trataba de hacer memoria de dónde había pasado los últimos días pero ¡No podía recordarlo!

Nadie es quien dice ser.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora