A veces se hacía extraño, a veces, sentía que su vida no estaba completa pero aun así, todos los días, todas las mañanas cuando el despertador marcaba las 6 su cuerpo se levantaba. Era la hora de trabajar y a decir verdad, le encantaba, adoraba su trabajo. Muchas personas se habían metido con el e incluso, sus propios amigos, se burlaban de ese trabajo que tanto amaba por que, irónicamente, siempre había sido algo para ''mujeres''.
Aun así él era feliz. Johnny siempre había sido feliz en aquella pequeña floristería que había heredado de sus padres. Si, las flores siempre habían sido su pasión, siempre había visto algo en ellas que le hacía sentir tranquilidad. Quizás era porque desde bien pequeño su madre le había inculcado inconscientemente su amor por estas plantas y gracias a ello, había conseguido que su mente se centrara.
Como todas las mañanas, tras levantarse y arreglarse fue directo a trabajar... Como todas las mañanas. Daba igual si llovía, tronaba, hacia sol o nevaba, su pequeña tienda siempre estaría abierta y aquel día, no iba a ser diferente.
A pesar de ser verano, las nubes habían cubierto el cielo con un manto grisáceo del cual, enseguida comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia. Quizás era extraño para los demás, pero esos eran sus días favoritos. Podría leer libros en la tienda mientras esperaba que alguien entrase buscando una flor hermosa para su madre, su hermana, su esposa o alguna persona importante o quizás, simplemente para alguien prohibido. Si, desde luego iba a ser uno de esos días perfectos en los que nada ni nadie podrían perturbar su tranquilidad...
Bajo su paraguas caminó por las calles de la ciudad, algo vacías a esas horas y con ese tiempo. Abrió la tienda con una de esas enormes sonrisas que aparecían en tu rostro cuando sabias que realmente, tu trabajo te llenaba.
El incienso encendido, la música chill, un ambiente perfecto en aquel local lleno de cientos de flores, cada cual más hermosa y distinta con un significado diferente y una enorme estantería llena de libros. Desde luego, estaba orgulloso solo de pensar que ese posiblemente, era uno de los locales más bonitos y tranquilos de todo el barrio.
Apenas pasaron unos minutos, quizás una hora aunque dudaba que hubiera pasado tanto tiempo cuando la puerta se abrió. Le sorprendió que alguien entrase tan temprano pero para su sorpresa, se encontró con una muchacha, calada hasta los huesos que al parecer parecía huir de la tormenta que se había levantado tan temprano.
Sus miradas se cruzaron, tan solo un instante aunque a su pobre corazón le pareció una eternidad. Los ojos de aquella chica brillaban con una intensidad increíble, aquella sonrisa tímida en sus labios le hizo perder la respiración en el momento en que ambos se miraron, en silencio... Casi podría perderse en la belleza de aquel pequeño rostro.
- ¿Le importa si... me quedo aquí un momento? – Por fin la chica alzó la voz. Al parecer, o por lo que su uniforme le daba a entender, debía trabajar en la cafetería que había en la cera de en frente, un par de locales por debajo al suyo. Le costó un poco reaccionar pero en cuanto los hizo, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios
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Dangerous Love
RandomUna cautivadora sonrisa, unos ojos llenos de vida, el rostro inocente de una mujer dulce.... No os dejeis engañar por el aspecto puro de los ángeles pues todos tenemos nuestros secretos, nuestros demonios y nunca sabes cuando querrán salir a la luz...