Hace mucho, mucho tiempo las personas se chocaban al caminar entre todas, eran tiempos de caos, muchos de ellos terminaban heridos. Los niños lloraban porque siempre los empujaban o pisaban y los padres por la desesperación abrían paso con furia, moviendo las manos de un lado hacia otro sin importar quien este ahí presente. (en su camino)
Todo este desorden se daba a diario y muchas familias preferían quedarse en casa aguantando el hambre y los niños con las ganas de jugar y divertirse.
Hasta que una tarde un hombre llegó a la ciudad del caos, nadie se atrevía ir a aquella ciudad por como vivían. El escuchaba todo el ruido estruendoso antes de entrar a la ciudad del caos . Hasta que vió con sus propios ojos todo lo que pasaba, no podía creerlo. Tanto era el caos, la suciedad y el desorden de todo, que incluso el alcalde que gobernaba allí no podía hacer nada, no prestaban atención, eran todos contra todos.
El hombre indignado entre el desorden, subió a un escenario abandonado, conectó un micrófono y comenzo a hablar: "Molesto"
- ¿Que está pasando con esta ciudad? ¡no se dan cuenta que se están haciendo mucho daño! escuchen... si siguen así, no durarán mucho. Darán más que lamentar, piensen en los demás, en sus hijos , en sus familias, amigos.
La gente que estaba chocando aún unos entre otros, hicieron un alto y se pusieron a escuchar. Hasta que una de ellos grita y habla desesperado: ¿Cómo lo haremos? ¿Acaso no ve que todos estamos ciegos? acaso cree que lo hacemos porque nos gusta ó ¿Por qué queremos dañar a los demás? ¡Nooo! No señor ¡ya no se puede más!
El hombre al escuchar esto contestó diciendo:
-Si esto es lo que quieren, esto es lo que estan logrando hasta ahora, si no hacen nada para cambiarlo, sí esto es lo que quieren, sigan en el caos, en la miseria que pronto todos morirán, aunque les duela será así. Al escuchar estas palabras muchos comenzarón a gritar alborotados ¡no! ¡no! no! ayúdanos por favor, guíanos para organizar de nuevo nuestra ciudad.
Y es así, como pasaron días y días que el hombre empezó a ayudar y apoyar a todos, no descansó hasta lograrlo...
Por fín después de varios meses vió como a pesar de que la gente no veía, todos trabajaban en equipo, dialogaban y ya no se empujában más. Se ayudaban alegremente y amablemente practicando no solo la empatia sino muchos valores más como: el respeto, la tolerancia, disciplina, responsabilidad.
Una noche el hombre volvió a subir al escenario y dijo:
¿Recuerdan el primer día que estuve aquí? y todos más organizados y contentos contestarón: ¡si!, ¡si!... el día que nos ayudaste a cambiar nuestra situación, dijo una mujer.
-Y el hombre contestó: No, ese no fue el primer día, el primer día fue cuando cada uno de ustedes recibió de mí un regalo, ese que hizo que quedarán ciegos ( el silencio se hizo notar de inmediato) Sí, asi es, yo les regalé aquel día cientos de esas bebidas para que se refresquen, pero mi intención no era solo esa, era que también queden ciegos por un tiempo para que sepan que aún estando en una condición no agradable todos ustedes podían vivir apoyándose, pero no, no fue así, lo hiceron mucho peor y saber también cuan sensibles eran con su prójimo, pero ninguno pensó más, que en sí mismo.
Hice lo que hice para ver crecer esta ciudad, soy una persona más en este mundo que quiere que este mundo sea mejor. Y será mejor cuando todos seamos empáticos, conectándonos con nuestro interior y haciendo valer de verdad a eso que llamamos amor, el amor no sólo a los que tenemos a nuestro lado o a los que nos rodean, sino también a la vida, la bella naturaleza y a nosotros mismos que es lo más impotante y donde nace todo lo demás.
Nadie se lo podía creer, todos comenzaron a hablar gritando, otros gritaban más fuerte insultando. Uno más enfurecido entre todos ellos dijo: como te atreviste hacernos esto, nunca más volveremos a ver por tu culpa...
(Maldiciendo al hombre)
-El hombre contestó: de mi no volverán a saber más , estoy contento y feliz con lo que hice, porque ahora veo personas más sensibles al cambio, más cooperativas y con mucho más que dar y quédense tranquilos que lo que tomaron hace medio año, hoy culmina, adiós.
Todos al unísono una vez más quedaron en silencio, muy sorprendidos y escuchaban a lo lejos el sonido de algo bajando desde el cielo, haciendo mucho viento. Luego de un par de minutos ya no se escuchaba nada, el hombre se había ido. todos con sensaciones raras quedaron aún parados en conjunto, luego poco a poco se iban moviendo y cada quien tomaba su camino, ahora todos dialogaban, se guiaban y pedían permiso, por favor, ayuda y muchas cosas agradables más que se podían oír muy bien.
A los 5 minutos se escuchaba un grito muy fuerte de una mujer (ahhhh)... gritaba muy muy fuerte de alegría pues sus ojos después de medio año habían visto la luz y el lindo celeste de los cielos. De ahí uno por uno iba sintiendo la sensación de ver de nuevo. la alegría de ver nuevamente a sus familias fue muy emotiva (lloraban de alegría) Y al verse entre todos, era otra emoción agradable, se sonreían entre todos y se abrazaban en conjunto, de esta manera después de un buen rato cada quién iba contento a sus hogares. La vida de cada uno de ellos y como la veían ahora ya no era la misma.
En la vida, muchas veces andamos ciegos, caminamos por muchos rumbos sin saber a veces quién nos apoya, quién nos acompaña y lo bueno que poedemos obtener de todo ello.
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LA CIUDAD DEL CAOS
Short StoryMuchas veces andamos por la vida sin ver las cosas que tenemos, sin apreciar lo bello de la vida, este cuento está dedicado a todo aquel que ve la vida con mucho amor y lucha por sus sueños.