Capítulo 18

717 77 45
                                    

— ¿Qué? — murmuró contra mis labios tomándome de la cintura.

— Simón... Eso es muy... íntimo.

— Mi amor, vamos a compartir la vida juntos, ¿Y no quieres compartir la ducha conmigo? ¡Auch! — fingió dolor en su pecho, solté una risotada.

— Es que... No estoy lista para eso.

— Es como un mañanero — comentó, lo miré de mala forma y el alzó sus hombros.

— Eres un maldito perver... — me interrumpió con un abrupto beso en mis labios.

Sonreí divertida cuando él se separó, le tomé con una mano ambas mejillas e hice que su rostro se acercara al mío.

— Álvarez, no te rendís fácil, ¿Eh? — le guiñé un ojo, deposité un beso corto en sus labios.

— Oye... — habló con dificultad, ya que seguía tomándole las mejillas — ¿Esta noche salimos con Pedro y Delfi?

— ¿Te invitaron ellos o vos lo hiciste?

— Delfina insistió en que... Arreglemos las cosas — rodé mis ojos.

— Sí, sí... — fingí interés —. Arreglar las cosas, claro.

— Bonita, hazlo por mí.

* * *
Días después...

Nos encontramos en los camerinos, Simón me rodea con su brazo el cuello mientras habla con Ramiro y yo miro como Matteo habla entretenido con mi mejor amiga. Se preguntarán dónde está Luna, pues se fue de shopping con sus disque mejores amigas. Bufé ante la idea de que Matteo usara a Emilia, y que ella no levantara un solo dedo porque está indignada con su novio.

Pero había un tema más importante que los ajenos, los míos, obviamente. Rodé los ojos.

— Cariño, voy a decirle algo a Emilia... — le sonreí forzosamente, me solté de su pequeño agarre y corrí hacia mi amiga, para tomarle del brazo y arrastrarla hasta afuera.

— ¡Oye, Ámbar! Neta, estaba súper entretenida... — reí.

— Sí, obvio, se nota.

— Bueno y, ¿Qué quieres? — miré de un lado a otro.

— Hace media semana que no me viene mi período, Emilia... — la rubia semi castaña abre expectante sus ojos, pasmada ante la noticia — no es el momento indicado para embarazarme.

— Amiga, Simón tiene una carrera súper chida, tú estas feliz trabajando con tu mamá y hermana. Tienes casa, es el momento indicado — fruncí el ceño.

— Simón tiene una carrera que está a punto de despegar, mi matrimonio será dentro de poco y además tengo un presentimiento que... No me conviene estar embarazada — dije con mi voz temblorosa.

— Entonces haz el test, mientras antes sepas mejor, ¿No? — me animó.

— Tenés razón... — mordí levemente mi labio.

Cuando llegamos Emilia y yo a la suite con la bolsita de farmacia, que contenía la cajita con el test de embarazo, ambas estábamos con el corazón en la boca. Yo más.

— Bien, seguí los pasos y... — me abrazó —... Suerte.

Nos separamos y entré al baño, seguí cada uno de los pasos indicados para realizarme el test de embarazo. Mis manos temblaban de los nervios que contenía en mi interior, esperé los minutos indicados.

  Ya era hora.

Entré al baño y fui la primera en revisar la prueba de embarazo, mis ojos se abrieron como dos platos enormes. Mi sangre se congeló y sentí como dejaba de respirar como por un minuto, estaba en grandes problemas...

— ¿Emilia? — la llamó —. Estoy...

Entró inmediatamente al baño, sacándome la prueba de las manos.

— ¡Amiga vas a ser mamá! — me abrazó.

No, no puede ser, acabé de cavar mi propia tumba. Tenía que hacer algo al respecto, cueste lo que le cueste. No podía dejar las cosas así, arruinar todo mi progreso por un bebé...

Y Simón, ¿Yo que le iba a decir a Simón?, no podía mencionarle que íbamos a ser papás. Arruinaría su carrera, lo destruiría por completo.

— Emilia, ayúdame por favor — sollocé en su hombro —. No puede ser... Aún no lo creo, Simón me odiará.

— Amiga, tener un hijo no es malo, es maravilloso.

— Pero vos no entendés, esto va a hacer depender de un hilo la carrera de Simón, es una responsabilidad muy grande. Apenas la Roller Band comenzó a ser muy famosa, ¿Entendés? — lloré más y más —. Necesito... Necesito hacer algo para revertir esto.

— Ni se te ocurra abortar.

— No... Te puedo prometer nada — me alejé de ella y me crucé de brazos —. Me quiero morir...

Simón, perdóname.

Hasta el final© | SimbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora