Clown || ʲᵃᵉʲᵘᶰ

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Cuentan los internautas que un simple "hola" es suficiente para que él te atrape en sus redes.

Después, te llevará a la mejor cita de toda tu vida, tal como un príncipe, será caballeroso y atento contigo, en un parpadeo te llevará a su guarida y te ofrecerá de cenar carne humana diciendo que es res.
En ningún momento se intentará propasar, no te va a poner un sólo dedo encima. Él es un príncipe envidiable y justo cuando ofrezca llevarte a casa, tú subirás a su auto sin placas.

En la red dicen que te pedirá dejarlo cargar gasolina, pero que conducirá a algún lugar en el bosque de la ciudad y cuando frene el auto, te sonreira.

El príncipe destripador, su bello rostro y su reluciente sonrisa serán lo ultimo que verás antes de caer en la oscuridad de tu muerte.

«La corona pesa más de lo que su cabeza puede soportar»

Algo extraño estaba pasando.

Renjun había entrado a clases en su nuevo colegio hace aproximadamente tres horas, y en todo el rato no ha dejado de oír el mismo nombre.

Na Jaemin.

No habla con nadie porque no conoce a nadie, nadie se le acerca porque parece invisible y el resto piensa que no es importante porque sólo es otro chico más.

Na Jaemin.

Incluso en la cafetería escucha a niñas decir su nombre, pero Renjun no ve al sujeto por ningún lado, al menos no lo reconoce hasta que alguien toma asiento frente a él en su mesa vacía y le sonríe como en un comercial.

—¿Puedo sentarme?

Renjun asiente y sigue comiendo, de repente se volvió tímido y el chico frente a él sonríe más amplio por eso.

—Eres nuevo aquí —Afirmó en lugar de preguntar, Renjun no dijo nada—, no eres muy hablador ¿Verdad? —Se encogió de hombros y el otro soltó una ridícula/melodiosa carcajada—. ¿Cómo te llamas?

—Renjun —Dice finalmente, después de beber de su jugo—  Huang Renjun.

—Mi nombre es Na Jaemin —Responde inmediatamente sin esperar a que el otro preguntara.

Renjun lo examina meticulosamente porque quiere encontrar qué cosa tan especial tiene ese sujeto como para que todo el mundo hable de él. Trata de recordar su rostro por si lo llegó a ver en alguna revista de su hermana o en algún vídeo musical, pero su cerebro no puede relacionar, ni sus facciones ni su nombre son algo que haya conocido antes. Así que asume que simplemente es un chico popular como lo era Hendery en su antiguo colegio. Piensa que Na Jaemin debe mantener una imagen y por eso ha decidido pasar el almuerzo con él. 

Renjun cree que si lo ignora se irá.

—...y dime, Huang Renjun, ¿Qué te trajo a este colegio?

Silencio.

—¿Renjun?

Silencio.

—Oh, eres chino, cierto ¿Cómo hacer usted aquí?

Ríe.

Renjun no puede contener su risa ante el chino terriblemente mal pronunciado del ajeno, como Xiaojun tratando de hablar coreano. Se cubre los labios mientras baja el rostro intentando suprimirse y la mirada confusa del chico lo hace querer llorar entre risas. Jaemin no está consciente de su mala pronunciación pero oír reír a Renjun lo hace sentir satisfecho, por eso no le quita la mirada de encima.

—Tu chino es terrible —Dice finalmente Huang, limpiando una lágrima imaginaria.

—Tu coreano no es el mejor que digamos —contra ataca Jaemin en un gesto infantil.

—Tengo fluidez y me entiendes cuando hablo.

Jaemin pareció querer refutar ese hecho, pero el chino tenia razón y sólo pudo cruzarse de brazos haciendo un puchero.
Renjun suspiró y renegó para sí mismo, bajó el rostro evitando mirar ese tierno acto y terminó el resto de su comida.

—Te hice reír, merezco algo a cambio ¿No? —Na le miraba expectante, Renjun casi pudo ver los ojos de un cachorrito en él.

Renjun miró a los lados en la mesa y terminó sacando otra caja de jugo de manzana de su bolsa. La deslizo por la mesa hasta el chico y este la tomo formando una mueca involuntaria.
Jaemin se cuestionó seriamente sí de verdad Renjun entendía lo que le estaba diciendo. Pasó sus ojos de la caja de jugo hacia el rostro despreocupado del chino, varias veces. Y terminó riendo de sí mismo.

Esta vez, Huang era el confundido.

—¿Tienes algo que hacer después de clases? —Esto lo dijo mientras se levantaba y recogía su plato. Renjun negó—. Entonces te veré a las cinco en el río Hangang ¿Sabes donde queda? —Renjun asintió— excelente, te veo más tarde, Renjunnie.

Le guiñó un ojo y se alejó, al ver su espalda perderse entre los estudiantes recapacitó sobre lo dicho hace unos segundos.

En el río Han después de clases.

Era como una cita.