«Quizá no era amor, tal vez era esa pequeña necesidad de sentir algo diferente. Algo que marcara mi vida por un momento». GabrielJosé García Márquez
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En la penumbra del bosque se encontraba una asustada y cansada pelirroja, sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas a la vez que alzaba una plegaria a todas las deidades conocidas por el hombre, no se consideraba religiosa; pero en una situación como aquella todo ayudaba.
Intentando regular su respiración, se guiaba por nada más que la luz de la luna. Clara no podía entender su mala suerte, ¿cómo se encontraba en esa encrucijada? ¿Qué había hecho para ser perseguida por un psicópata a la media noche en ese oscuro bosque? Ni ella misma lo sabía, bueno sí, pero no estaba dispuesta a admitir que se equivocó; se dejó guiar por su corazón ignorando todo razonamiento coherente.
Anhelaba besar esos labios, enredar los dedos por esa mata de espeso cabello, deslizar la lengua por ese trabajado cuerpo, pero más que nada deseaba estar debajo de él mientras era penetrada una y otra vez. Llevaba más de un año intentando tener una relación con Azrael; no valía nada las advertencias de su dulce amigo John, simplemente quería tenerlo y lo haría costara lo que costara.
Comenzó a vestir provocativamente, a acercarse a su círculo de amigos, asistía a fiestas a las que antes no se atrevía a ir, poco a poco ganó su atención y con ello una maldición.
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—No puedo creer que nuestra hija esté interesada en el bueno para nada ese —dijo Charlotte a su esposo una tarde.
—Estoy tan decepcionado de ella, Lottie, Peter sería excelente para ella, además no anda en malos pasos como el tal Azrael —respondió Joseph frustrado.
—Espero que recapacite, no quiero que le pase nada junto a él. Deseo lo mejor para Clara, Joseph —agregó ella suspirando.
Peter era el chico que toda mujer deseaba, menos Clara. Ella reconocía que él era atractivo, inteligente, vivaz y espontáneo; pero simplemente no lograba alborotar sus hormonas, hacer vibrar su ser, no la excitaba y es que eso sólo sucedía con Azrael. Pitt como todos le llamaban, estaba locamente enamorado de Clara, ella era su musa; su inspiración, su todo, había compuesto canciones por ella; simplemente no entendía que había hecho mal con su Clary, cada vez se encontraban más alejados y no sabía que hacer para acercarse de nuevo a su amiga.
John ya no tenía más consejos que darle a Peter, definitivamente no comprendía que veía en Azrael que no tenía Pitt, él era simplemente perfecto; buen estudiante, excelente hijo, caballeroso, alegre, bastante atractivo. Nada se podía hacer o eso creían.
Todas se sentían atraídas por la imagen de chico malo que representaba Azrael, no es que fuera el más popular, simplemente su cabello negro; hermosos ojos azules, mentón alzado, nariz recta y labios gruesos hacían de él una belleza exótica a pesar del peligro. Le encantaba la cocaína, pero su favorita era esa mezcla sorprendente de las metanfetaminas, y por ello se encargaba de producirla. Totalmente atrapado en el mundo de la mafia no tenía tiempo para novias, sólo mujeres de una noche.
Pitt estaba frustrado y cansado de luchar por su antigua chica, debía aceptar que un par de besos en el verano no le proporcionaba derecho sobre ella y mucho menos prometía amor eterno. Agotado de todo le hizo saber a John que no seguirían con el plan de enamorar a Clary.
—¡Ya no doy más! —confesó en un momento de tristeza y resignación—. Ella simplemente no me va a querer, no voy a lograr nada más que odio de su parte acosándola como lo he hecho hasta ahora. John, sé que somos amigos, pero ella es tu mejor amiga; apóyala en todo y que sea feliz.
—Porque Clara es mi mejor amiga, te digo que eres lo mejor para ella —argumentó el joven—, Azrael sólo le traerá dolor, te lo digo yo. Además, no creo que a Lottie y Joseph le haga mucha gracia ver a su hija con él.
—Puede que tengas razón, pero ya no haré nada, incluso este fin de semana me iré con mis tíos por unos meses; es lo mejor para todos.
—Si no te puedo convencer de que te quedes, lo mejor es que te desee buen viaje, espero que con el tiempo y la distancia logres olvidarla —respondió John suspirando—. Puede que sea mi mejor amiga, pero no te merece.
Sin más que decir se despidieron los jóvenes, dirigiéndose cada cual, a su casa; el dulce John a dormir y el afligido Pitt a empacar ropa suficiente para su viaje.
Con Peter de viaje, John enfocado en sus estudios, un Azrael cada vez más perdido y una Clara totalmente cambiada pasaban las semanas; lejos de sorprenderse las personas del pequeño pueblo de Brockenhurst se habían adaptado al cambio como si fuese rutina. No había algo más desconcertante para esa localidad de Reino Unido que un productor de metanfetaminas y una alocada adolescente que dejó ir a un buen muchacho por un antisocial de esa categoría. Nada es lo que parece.
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Azrael y Clara en multimedia. Gif: Creado por mí.
Aclaro que no es Olstan ni WinterWitch. Cuando lo escribí aún no shippeaba Olstan, aunque ya en la parte dos sí, WW los shippeé ya después. Ay, es mi primer bebé.
