𝐼𝐼. ¿𝑃𝑜𝑟 𝑞𝑢𝑒́ ℎ𝑎𝑐𝑒𝑠 𝑒𝑠𝑡𝑜?

133 21 16
                                    

«El dolor mental es menos dramático que el dolor físico, pero es más común y también más difícil de soportar».
C. S. Lewis

                Su corazón bombeaba aceleradamente, nada podía haberla preparado para estar con la espalda arqueada debajo de Azrael mientras balanceaba sus caderas para encontrase con las de él, era una sensación simplemente maravillosa; una sonr...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

                Su corazón bombeaba aceleradamente, nada podía haberla preparado para estar con la espalda arqueada debajo de Azrael mientras balanceaba sus caderas para encontrase con las de él, era una sensación simplemente maravillosa; una sonrisa curvaba sus labios a la par de sus ojos desenfocados por el placer, gemidos inundaban la habitación de la pequeña cabaña en el bosque. Azra —como acostumbró llamarlo— le dedicó una mirada de satisfacción cuando la sintió apretar su miembro ante el inminente orgasmo, haciéndolo alcanzar el suyo. Ambos saciados, la abrazó y aspiró ese delicioso olor a chocolate que ella siempre tenía.

    Clara había perdido su virginidad veranos atrás con un ayudante en la casa de su tío en Londres, no podía imaginar un acto más doloroso que ese, terminado el momento se preguntaba como las mujeres se exponían a tal agonía; su respuesta acababa de llegar en los brazos de Azrael.

    Llevaban saliendo alrededor de cuatro meses y aunque él no lo quería aceptar, se estaba enamorando de la adorable pelirroja. Sus ojos tan verdes como la hierbabuena, lo tenían cautivado, no imaginó que le iba a gustar nadie permanentemente; pero pasó.

    —Eres perfecta, Clara —dijo Azrael con la respiración entrecortada—. No puedo entender porque no te vi antes.

    —Sólo tú me ves así, Azra. Y no me viste antes porque estabas muy ocupado con otras.

    —Ellas no se comparan contigo, ninguna lo hace.

●▬▬▬▬▬▬▬ ⸙ ▬▬▬▬▬▬▬●

    Tendría que ir a casa sola, pues Azra no podía acompañarla hoy, acostumbraba a dejarla a una esquina siempre que se veían; pero momentos antes de salir, su jefe llamó diciendo que necesitaba la mercancía. Estaba harto de que lo dominaran, sí bien, no había mejor lugar que ese tranquilo pueblo; ya no soportaba ese trabajo, no porque lo fueran a detener sino porque no le gustaba tanto como pensó antes de Clary.

    —Esa estúpida cree que todo se quedará así, no sabe con quién se acaba de meter —dijo riendo como desquiciado—. Después de este día va a desear no haber nacido —luego de unas cuantas carcajadas se dirigió a consumar su venganza. Lo que no sabía él es que todo aquello era producto de su enfermedad.

     Escuchó ramas crujir y sin darle importancia lo atribuyó a las ardillas u otros animales del bosque, un cuarto de hora después seguía oyendo ramas y pasos y no podía dejar de asustarse, bendito el segundo que se le ocurrió al jefe de Azrael llamar; que miedo sentía. Al cabo de unos minutos no sentía ninguna presencia y sólo podía percibir la brisa de otoño y los árboles despojándose de sus preciadas hojas.

     Él se encontraba al acecho, tenía que cobrar venganza por lo que ella le había hecho, no podía permitir que esa descarada fuera feliz con el delincuente del que se había enamorado, no señor; primero muerto. Llevaba meses maquinando el ataque, pero nunca podía dar vida a su plan de acabar con la pelirroja.

    Corría tras ella, le daba ventaja, iba a sufrir y lo haría hoy, era el momento definitivo, su destino estaba marcado. La vio escabullirse detrás de un gran roble y se hizo el desentendido llamándola con una sonrisa siniestra nunca vista en él.

    —Clara —canturreó con burla-, dulce e inocente Clara, amada por todos, te quise tanto, Clary.

     Ella seguía escondida mientras las lágrimas empañaban sus ojos, no merecía encontrarse en aquella situación, era buena; o lo había sido hasta hace poco, no le importó destrozar a Peter, alejar a sus amigos para estar más cerca del chico que le gustaba; lo haría de nuevo porque era feliz, más bien lo fue.

    —Sé dónde estás, sal de allí porque iré por ti y no será bueno dulzura.

     Cansado y decidido a terminar lo que empezó, se deslizó sigilosamente al árbol dónde se encontraba la chica y sosteniéndola por el cuello pegó a su carótida un afilado cuchillo que había reservado exclusivamente para ella. En ese instante no media consecuencias, todo lo que quería y anhelaba era deslizar aquella daga por su garganta y sentir gorgoteando la roja y caliente sangre por su pecho. Pero primero sufriría.

    —¿Me extrañaste querida? Te eché de menos, Clary —dijo con voz fría.

    —¿Por qué haces esto? No te he hecho nada, nunca te hice daño —inquirió sollozando, asustada.

    —Te equivocas, me hiciste pasar agonía, tristeza, rabia y odio; destrozaste mis esperanzas y ahora yo te voy a destrozar a ti, sólo antes de acabar contigo te diré porque estás aquí —y con esas palabras la llevó a "the waterplash" donde haría su sangre correr.

Gif: créditos a Tumblr

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Gif: créditos a Tumblr.

Aún no sé porque tenía a mi Az en borrador. A veces no entiendo mi mente.

Besos y abrazos. 💛

Aᴢʀᴀᴇʟ: ᴍᴀ́s ᴏ̨ᴜᴇ ᴜɴ ᴀ́ɴɢᴇʟ ᴅᴇ ᴍᴜᴇʀᴛᴇ | 𝐶𝑜𝑚𝑝𝑙𝑒𝑡𝑎✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora