Capítulo 1: vaya par

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Ya veía la casa a lo lejos, mi futuro hogar. Por la distancia a la que se encontraba estaba a unos dos minutos de llegar. Mientras llegaba iba fantaseando en como sería mi habitación. Cuando al fin llegamos, mi padre nos dejó en la puerta de la casa y él se dirigió a aparcar el coche en el garaje escuché un ruido extraño, como si una muchedumbre se acercase a gran velocidad. Me giré para ver de donde venía el ruido y vi un monstruo, parecía un ciempiés, pero cubierto de ojos y con dos grandes pinzas por delante, como las de un cangrejo. Me paralicé, pude haber intentado usar mi don, pero no creo que hubiese servido de nada. Escuché a mi madre gritar, nos cogió a las dos con sus pinzas. Yo, dentro de mi terror, me puse a pedir ayuda desesperada, mientras que mi padre, hundido en la impotencia llamó a la policía lo más rápido que pudo.

En unos minutos llegó un chico rubio y delgaducho vestido de negro con tacones de plataforma, venía corriendo sin ganas. De repente, cuando el chico estaba llegando apareció una chica, morena con el pelo largo, vestida con un traje negro con toques verdes y amarillos encima del chico aplastándolo y poniéndole sus grandes bubis en la cabeza.

-¡Me has estropeado la entrada! -gritó la chica.

-¡Has sido tu la que ha aparecido encima mía! -le respondió el chico, también a voces.

Me quedé de piedra al verlos "¿estos son los que nos van a rescatar?" pensé, aterrada.

La chica se levantó y le pegó una patada al chico para que se levantase.

-Nos van a matar -dijo el chico tirado en el suelo.

-¡Pues las salvo yo! -le respondió la chica.

El monstruo se giró y los miró, mientras,yo notaba como las pinzas me hacían presión en la barriga, cada vez el dolor era mayor.

En un segundo la chica desapareció y apareció encima de un poste eléctrico, el monstruo corrió en dirección a ella, nos íbamos a electrocutar. De repente el monstruo empezó a ir hacia atrás, como si algo le estuviese tirando. En un segundo estábamos en el suelo, donde estaba el monstruo ahora había un hombre alto y delgado, vestido con una gabardina negra muy larga, una camisa gris y unos pantalones vaqueros rotos, tenía el pelo negro y rizado, era Master Puppet, el famoso héroe. En su mano sostenía una versión diminuta del monstruo.

Cuando miré a mi alrededor vi a una mujer, con el pelo castaño y vestida con un traje de enfermera, era otra famosa heroína, Redcros. Estaba llorando sobre mi madre, ese era su poder, sus lágrimas sanaban heridas, como la que ese monstruo había hecho en la barriga de mi madre.

Me volví hacia donde estaba los dos chicos y vi que Master Puppet estaba hablando con ellos.

-Tenéis que tener más cuidado, sobre todo tu, Noci, ni siquiera te has levantado del suelo.

-Si, señor -le respondió el chico.

Cuando Redcros terminó de revisarnos fue también a hablar con ellos.

-May, casi las electrocutas -les dijo, algo enfadada.

-Lo siento, tendré más cuidado con eso la próxima vez -respondió la chica con la cabeza gacha.

-Ahora disculparos los dos por vuestra inutilidad -dijo Master Puppet señalándonos.

Los dos chicos los miraron y se acercaron.

-Sentimos mucho lo que ha pasado -se disculparon los dos.

Aceptamos sus disculpas, se aseguraron de que estábamos bien y se fueron.

Hason ShitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora