LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS #PGP2018

CAPÍTULO 41

DECLAIMER: Como saben ninguno de los personajes del magnífico anime y manga INUYASHA me pertenecen, pero la historia es completamente mía, así que cualquier tipo de plagio está prohibido.

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LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS

CAPITULO 41

"El sol por fin saldrá desde el Oeste, y la luna se inclinara a la diestra, la gracia de la dama plata debería ser tan comedida como el corazón de cierta descendencia de luna"

Irasue volvió a enrollar el pergamino y prácticamente lo deshizo con el acido de sus garras. –¿Qué clase de mensaje es este? –Refunfuño. –Hijo desconsiderado.

Una ligera, sutil, pero bien recibida ola de youki logro llamar a una de las doncellas que la asistía, y que no tardo en entrar cautelosa por la picosa vibra preocupada y alerta de su señora.

-Rika, ayúdame a vestirme. –Hablo Irasue mientras se paseaba por la habitación lentamente pensando en sus posibles movimientos.

La joven Inu asintió a la orden y rebusco en el guardarropa del baúl.

-No un kimono. –La retuvo Irasue. –Busca mi armadura de guerra.

…*************…..

-¿Tienes miedo? –Pregunto la voz de un niño en susurros suaves y entrecortados.

La pequeña kitsune miro entre las sombras la rojiza mirada del ningen que parecía aguantar el llanto, y negó fervientemente a pesar de que su cuerpo temblaba desde los pies a la cabeza.

–Yo si tengo miedo. –Comento él mientras escondía la cabeza entre sus rodillas acurrucado contra la fría tierra húmeda por el casi diluvio que iba en proceso fuera de la guarida.

La kitsune lo miro con pena y bajo la cabeza. –Tal vez si tengo un poco de miedo… eso me hace una cobarde.

-No creo que seas una cobarde, es normal tener miedo en esta clase de situaciones. –Explico el niño.

-¡Tú no sabes nada! –Los interrumpió una kitsune ya adulta, viéndolo con su afilada mirada verdosa. –Los ningen son cobardes y aun así se atreven a ser destructivos, atacan sin lógica ¿¡Que ganaban atacando nuestra pequeña aldea que apenas y se dedica a la agricultura!? ¿¡Eh!? ¡Responde!

El pequeño niño bajo la cabeza y se acurruco aun más hacia la esquina, alejándose de la kitsune infante que antes se había convertido en su única amiga dentro de esa oscura y fría cueva.

-¡Mamoru no es un cobarde! –Lo defendió la pequeña, siendo juzgada por la mirada de decepción de todos los youkais que ahí se resguardaban.

-Lady Yume no puede ser amiga de un ningen traidor, piense en su pueblo, piense en su tío. ¿No cree que Lord Shiro estaría decepcionado de saber que su pequeña sobrina ha traicionado nuestra raza? –Pregunto la Kitsune ácidamente.

La cachorra kitsune callo, no sabía realmente lo que pensaba su tío acerca de los ningens, el siempre era bromista y gracioso, nunca lo había visto realmente enojado. Aunque a su corta edad sabia diferenciar entre lo bueno y lo malo, y lo que aquellos humanos habían hecho con los clanes pequeños fue terrible, no creía que lo que estaba en su corazón fuera realmente odio, pero tal vez si un profundo miedo que intento apaciguar rescatando al niño ningen que ahora todos veían con desprecio. ¿Había hecho mal? No… no podía haber sido una mala decisión. En el recorrido del palacio del Sur al pueblo natal de su padre habían sido atacados, y tanto el pueblo kitsune como el ningen habían sido quemados de canto a canto. ¿Acaso los ningens habían planeado aquello? ¿Quemar a su propia raza con tal de atacarlos a ellos?