Bailarina, Latina y en corea. Lo peor que me podía suceder, créeme.
Vine aquí hace 10 años tras el sueño de toda K-poper. Recuerdo que en esos años todo era maravilloso para mí, un corazón sencillo y optimista, además siempre fui muy talentosa en el baile ¿qué puedo decir? la sangre latina corre por mis venas.
Luego de varios intentos de conseguir una beca de baile que incluía el intercambio con un estudiante coreano, lo conseguí, estaba feliz tenía 20 años y podría cumplir mi sueño en una de las industrias más especializadas en espectáculo en el mundo, Corea.
Pero no todo fue como lo imagine, tuve muchas pruebas difíciles por las cual pasar. Mi primera barrera fue el idioma y la segunda, la discriminación que viven los extranjeros en este país. Jah! No creas todo lo que ves en los Dramas.
Mis años en este país ha sido una lucha constante, no puedo negar que hay personas de muy buen corazón que me han acogido y gracias a ellos estoy aun acá, pero gracias por sobre todo a mi orgullo, y mis ganas por hacer de mi vida lo que quiero que sea.
Mi amiga Haru es una de esas personas, ella también es bailarina pero somos completamente diferentes, mi piel un poco más morena que la de ella, mis caderas más definidas y mis senos un poco más grandes, eso es lo que nos distingue. Incluso hubo un tiempo en que quise achicarlos solo para encajar en esta sociedad y su estúpido estereotipo de belleza, pero, gracias a dios me di cuenta que era una verdadera locura.
Tuvimos diversos trabajos para poder subsistir, Bueno, más bien sobrevivir. Trabajamos en cafeterías, repartiendo agua, hicimos algunos castings, incluso hemos participado en algunos MVs de K-pop, al principio la idea me parecía increíble, después de grabar algunos me di cuenta que la mayoría de los idols que solía solo poder ver en YouTUBE eran iguales, chicos que parecían de plástico, que ni siquiera se volvían a mírate y los que lo hacían era solo para intentar pasar una noche contigo, creo que la mayoría, por no decir todos. No soy una santurrona ni mucho menos pero ninguno de ellos jamás lleno mis expectativas de lo que es un verdadero hombre, ni siquiera olían como uno real.
Así pasaron los años hasta que unos pocos días antes de cumplir mis 26 Haru llego emocionada porque había conseguido una audición para ambas.
-Haru, la verdad no tengo ganas de ir.
-¡Aishhhhhhhhhhhh _________! Vamos, no perderemos nada.
-Tengo que trabajar mañana, no puedo.
-yo también debo trabajar pero simplemente voy a faltar, vamos, hace un tiempo que no adicionamos, y mucho más que no participamos en un MV.
-Haru, estoy cansada de ir a audiciones y que me den con las puertas en las narices porque lo que necesitan son niñas coreanas, tan delgadas que apenas pueden ponerse de pie, siento que ya no hay lugar para mí en este rubro, no lo sé , creo no ser del gusto de los directores de los MV ni de los chicos coreanos, ya ves no he tenido un novio en serio desde que llegue aquí. Dije encogiéndome de hombros.
-No has tenido novio porque tú no has querido, cada vez que aparece alguien que vale la pena, corres despavorida. Respondió cruzándose de brazos.
Finalmente me convenció y estuvimos adicionando todo el día. Una tras otras fuimos pasando las etapas del casting, ni siquiera nos habían informado para que grupo bailaríamos, ni cuanto seria el pago, nada, lo único que nos mantenía en pie a las 10 bailarinas que quedábamos era el orgullo.
De pronto anunciaron que esta sería la última prueba, estilo libre, pero contaríamos con la presencia del grupo para que bailáramos no solo para el MV si no para sus presentaciones en los programas musicales. Solo cinco serían las escogidas.
