Capítulo 5

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Llegamos a nuestra cabaña a las 20:05 y en efecto Alli y Dan ya estaban dormidos, entramos con mucha cautela y nos dirigimos a la cama de Stephan pues él dormía en la litera de abajo e iba a ser más fácil acomodarnos ahí.

-Bien, qué era lo que querías decirme, apresúrate, tenemos muy poco tiempo y también tienes que decirme cuánto tiempo llevamos en este maldito lugar –pregunté ansiosa

-Calma pequeña palomita, te lo explicaré todo –dijo él con tono burlón

-« ¿palomita?, nunca nadie me había llamado así, pero después de todo no suena tan mal, Stephan me agrada» –pensé. Bien, te escucho –hablé finalmente

-Bien, para empezar, llevamos aquí ya tres años, tú llegaste a los 14 años –explicó. Yo solo lo escuchaba atentamente. Ahora bien, yo soy igual que tú, pero ellos no lo saben. –dijo

-¿Igual que yo? ¿A qué te refieres con eso? –pregunté

-Igual poseo tres poderes y sé que tú los posees también porque llegamos al mismo tiempo y de hecho ellos no te necesitaban despierta para descubrirlo, les bastaba con inyectar ese suero en tus venas y listo –continuó

-¿Y cómo es que no lo descubrieron antes entonces? O más bien ¿cómo no te descubrieron a ti? –pregunté confundida

-Mi padre, era parte de los agentes que están aquí, habría sido un alto mando, probablemente él habría podido ser uno de los comandantes de alguna de las sedes, pero él se resistió a que yo fuera internado y lo mataron. –cuando me habló de esto su voz se quebró un poco, pero continuó. Antes de morir, él me dijo que sabía que yo tendría habilidades aún más desarrolladas que los demás y me enseñó una manera de modificar mis resultados, entonces lo hice sin que Abby quien fue la que me hizo la prueba primero, lo notara, en ese momento solo tuve que aplastar unos cuantos botones, para las siguientes pruebas tuve que aprender a controlar dos de mis poderes, para todos ellos solo tengo el poder de la telequinesia, pero también tengo el de telepatía y piromanía, los mismos que tú. –siguió hablando, yo estaba ansiosa porque me dijera por qué sabía que yo era igual a él. Ahora bien, te diré por qué sé de ti, cuando llegamos estábamos en el mismo cuarto, en realidad no entendía por qué estabas dormida o en coma, pero lo estabas. Logré ver tus resultados y sabía que si ellos se enteraban te matarían, así que los modifiqué también, pero fui un estúpido y presioné por error una tecla, la cual hizo que se borrara toda tu información, es por eso que no sabían cuál era tu poder. –explicó.

-¿Hay más como nosotros? –pregunté. Y gracias por ayudarme, pero ahora que se dieron cuenta, moriré de todas formas. –hablé nuevamente

-Realmente no lo sé, aquí en Alfa, no han matado a nadie acusándolo de ser más anormal de lo que ya son todos y acerca de las otras sedes nadie, ni siquiera las autoridades tienen información, solo se sabe que son más débiles que nosotros. –habló, diciendo esas últimas palabras con un toque de ego en su voz. Y respecto a que te matarán, debemos huir. –habló una vez más y esas palabras retumbaron en mi cerebro provocando un gran alivio pero al mismo tiempo incertidumbre de no saber cómo lo haríamos y si lo lograríamos.

-¿Y para qué nos quieren? –pregunté

-Para nada, solo nos encerraron aquí porque somos una amenaza para ellos, para su plan de destruirlo todo y construir "un mundo nuevo" –contestó. A estas alturas ya debe estar todo destruido ahí fuera y todos o la gran mayoría deben estar muertos –continuó

-¿No habría sido más fácil matarnos? –pregunté

-No en realidad, no habría sido normal que mataran a todos los adolescentes del país, muchas organizaciones internacionales habrían sancionado eso gravemente –contestó Stephan

Sonó el timbre para dormir, así que me dirigí a mi cama y me recosté, mirando el techo, perdiéndome en miles de pensamientos, sobre qué haría Arianna, sobre cómo Stephan pensaba huir y también en lo mucho que él me agradaba y no me agradaba en un sentido amoroso, más bien pensaba que podríamos ser muy buenos amigos.

Me desperté en medio de la noche por un golpe en la puerta mientras sentía como el frío calaba mis huesos, si hacia la litera de Dan y Stephan, Dan no estaba en su cama, ni en ninguna parte de la habitación, Stephan estaba levantado y sentí como la cama se movía mientras Allison también se levantaba.

Vi la silueta de un hombre, en instantes me di cuenta de que se trataba de Jacob Hutson.

-Wilson, Miller, tendrán que acompañarme –vociferó. 

PELIGROSAMENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora