CAPITULO 20

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-¿podemos llevar dos paquetes de oreo? – cuestiono April apareciendo frente a nosotros con dos paquetes de dichas galletas entre las manos, mientras nos paseábamos por el supermercado con un carrito de compras.

-¿Qué no tienes con una? – le pregunte serio, April fingió tristeza mientras agachaba su cabeza. – solo echa uno, señorita. – le dije y me giré para ver el estante con las diferentes marcas de café, por el rabillo del ojo pude ver a April moverse un poco en dirección a Leah.

-¿podemos llevar dos paquetes, Leah? – pregunto de nuevo con un puchero, pero esta vez en dirección a mi novia.

-claro que sí. – le dijo Leah desordenando con su mano el cabello rosa de April, mi hermana sonrió ampliamente y dejo caer los dos paquetes dentro del carrito para luego alejarse dando brincos por el pasillo, quien sabe a que otro paquete de dulces iría a buscar; me gire para ver a Leah mientras negaba con desaprobación y ella solo se encogió de hombros como si de nada se tratara.

-¿sabes que la estas malcriando? Mas de lo que ya es. – le dije.

-ah, pero tu querías que los acompañara. – dijo Leah, empezando a caminar para alejarse de mi yo me apresure a tomar su muñeca para detenerla.

-amor pues es que tu pasas mucho tiempo con nosotros, también deberías estar presente en nuestra elección de comida; así nos dices también que es lo que te gusta y... espera. – le dije frenándome. – no utilices tu filosofía de mujer conmigo, Leah. – le dije acusadoramente. - ¿Cómo es que pasaste de ser una alcahueta a una víctima? – le pregunte sin poder entender tal asunto, Leah comenzó a reírse.

-ya amor. – dijo acercándose para darme un beso. – solo serán las oreos. – me dijo con una sonrisa y yo asentí para seguir caminando junto a ella.

-con que solo oreos. – le recrimine al momento que subíamos las bolsas al baúl del auto.

– tu no lo comprendes porque llevas años haciéndote inmune a sus encantos, pero yo no puedo, Cris, ¡no puedo! – me dijo y yo no pude evitar sonreír, pues yo sabía que Leah no era fácil de manipular y yo mismo aun me preguntaba cómo era que April lo lograba.

Luego de aquello subimos en el auto y lo eche a andar en dirección en la casa, April se encontraba en la silla trasera y yo la mire por el retrovisor, pensando que así se veía una persona que había logrado conseguir cuanta chuchería se le antojo solo con convencer a mi novia, a la cual no le era difícil convencerme a mí también.

***

-April es igual a su madre. – dijo Leah mirando la foto que yo acababa de poner en la cómoda de mi habitación, luego de haberla encontrado en el fondo de una caja que no había logrado abrir desde nuestra llegada. – tu te pareces a tu padre. – dijo ella girándose para mirarme con una sonrisa y luego caminar hasta la cama y acomodarse a mi lado.

-¿crees que deberíamos decirle? – cuestione, Leah acomodo su cabeza en mi pecho mientras rodeaba mi cintura con su brazo, yo me dedique a peinar su cabello con los dedos de mi mano.

-¿piensas que es necesario? – dijo ella dejando de abrazarme para sentarse y poder mirarme.

-Leah. – dije acariciando su mejilla. – pasamos mucho tiempo juntos y a mi me encanta. – le dije con una sonrisa. – ya te pedí que te mudaras conmigo y tu ya me dijiste que te mudarías en un par de semanas ¿Cómo le explicaremos a April cuando note tu ausencia en las noches por tener que ir a patrullar en el bosque? – cuestione y Leah me miro con comprensión.

-tienes razón. – dijo ella con un suspiro. – esperemos a la cena en casa de Emily, porque me parece que acercarse a la manada y que los conozca nos hará más fácil explicar todo esto. – me dijo y yo asentí al estar de acuerdo con ella.

The Wolf And Her Love /Leah Clearwater\ |Libro 5| de la serie 'improntas'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora