Alisson: Eh, Diane, ¿realmente todo fue tan horrible?
Alisson: ¿Él me está odiando en estos momentos? Por favor dime que no lo hace.
Alisson: ¿Me estás odiando tú? :(
Alisson: Por favor, Diane, necesito que me respondas. ¿Estás molesta conmigo?
En resumen, esos son todos los mensajes que Alisson me envía desde ayer cuando seguramente se percató de lo que hizo en la fiesta de graduación. Todos tratan de lo mismo. Y no le respondo porque esté molesta con ella, sino porque no sé cómo controlar la reacción hacia ella; porque sí, le he dado vueltas al asunto desde la noche en la que hui de Jake cuando dijo que estaba celosa y llegué a la conclusión de que si estuve celosa en esos momentos, y porque me he obligado a apagar el móvil hasta que encuentre un empleo o me atreva a decidir qué otra cosa hacer con mi vida ahora que he culminado mis estudios.
Me levanto del sofá cuando el capítulo de la nueva serie que me ha robado mi vida fuera del televisor termina y camino en dirección a la pequeña cocina para buscar un aperitivo. Estoy sola en el apartamento y no me apetece cocinar, quizás haga un sándwich o coma un plato de cereal; como en los últimos días. Jacob está trabajando y yo aquí holgazaneando el día entero. Bueno, la mayor parte de el, después de terminar de limpiar y acomodar un poco el lugar. Inexplicablemente al final del día todo vuelve a hacerse un desorden.
Abro la puerta del refrigerador y me sorprendo al descubrir que está casi vacío. Casi. Reviso el contenido de éste: un recipiente con la ensalada que comimos hace dos días, uno con un poco de pasta, un galón de leche... sin leche y algunas otras cosas que desconozco pero sé que a Jake le gustan. Opto por revisar la alacena pero está en el mismo estado.
"Qué raro" pienso y tomo una naranja de la canasta que está sobre la mesa.
Decido encontrar un empleo lo más pronto posible. Jacob estudió derecho pero no tiene la suerte de encontrar un sitio en donde desarrollar su profesión, así que por lo pronto tiene una plaza como maestro suplente en una escuela primaria. No es el empleo, pero le ha funcionado hasta el momento.
Y yo. Bueno, acabo de graduarme de la facultad de arquitectura y hace unos meses terminé mis prácticas en una constructora pequeña.
Admito que no fue la mejor decisión. Hablo sobre mi carrera; odio con todo mi ser el hacer las maquetas de las construcciones, soy pésima en ese tipo de trabajos manuales y créanme que nunca tomé en cuenta esa parte de mis estudios. Menos mal que tomé doble curso. Estoy tan capacitada como para ser arquitecta o columnista de una revista o periódico.
Eso está tan alejado de mis sueños. La licenciatura en arte no me dejó satisfecha y sentí que la arquitectura sería la mejor opción.
Sí, me pasé los últimos cinco años estudiando dos carreras. Arquitectura por las mañanas y periodismo de martes a sábado por las tardes. Acabando con mi tiempo libre, encerrándome de vez en cuando en una burbuja en la que me olvidaba de los recuerdos dolorosos.
Pero no me siento cómoda desarrollándome en el ambiente laboral de una empresa constructora. Tal vez fueron años de estudio desperdiciados o quizás todos los graduados sufren lo mismo durante un lapso de tiempo así como yo. Atormentándose acerca de sus decisiones espontaneas, sin detenerse por lo menos un par de segundos a reflexionar al respecto.
Nada que ver con lo que pensé al llegar a Nueva York. Me di cuenta que mi "talento" con el dibujo no bastaba para construir mi futuro, nadie se convierte en un Picasso o un Da Vinci de la noche a la mañana. Simplemente, eso no fue para mí en ésta vida. De hecho, no he tocado un bloc de dibujo para otro propósito que no fueran mis clases.