Capítulo l: (El cumpleaños de Natalie)
Siempre me gustó caminar sola por los pasillos, y no soy la típica chica que dice que no tiene amigos, que no puede socializar, a la que nadie quiere. No, no es así, simplemente, me gusta más imaginarme cosas mientras voy caminando, y si estoy con alguien ... no puedo.
Me gusta pensar en qué va a pasar cuando salga de este maldito lugar, cuando ya pueda dedicarme a lo que quiera. No sé qué voy a estudiar, ni de qué voy a trabajar. Pero más allá de eso, sé que cuando sea el momento, voy a tomar una desición incorrecta. Justo en ese momento, me estaba imaginando en un escenario, cantando e intentando simpatizar con mi público.
Sí, aún sigo teniendo el mismo sueño que tenía a los nueve años, y ahora tengo catorce, pero me gustaría ser cantante, o actriz, o algo que este relacionado con eso. Creo, que soy buena en eso un poco, solo me falta perfeccionarme. Y aunque, aprenda muchas cosas más, hay mucha gente que se quiere dedicar a lo mismo, ¿por qué justo a mí me van a elegir?, teniendo a muchas personas mucho más lindas que yo, por todos lados. Igual ese no es el punto, no hay mucha salida laborar, y no creo que yo vaya a ser "elegida", entre tanta gente más talentosa que yo. Por este motivo, iba a ser profesora de alguna materia aburrida del colegio, o doctora, aunque no fuese lo que me gustaría ser.
De repente, me doy cuenta que me había quedado mirando a un punto fijo en la puerta de la entrada, y la preceptora me observaba de una forma extraña, por eso me preguntó:
- ¿Te sentis bien ?- con una cara preocupada
-Sí, pero lo que pasa es que ... -me quedé mirandola, pensativa. No terminé la frase, porque supuse que no le tenía que dar explicaciones, así que me fui
Estaba en la escuela, y se escuchaban gritos y risas desde el salón. Fui a ver qué ocurría, porque me parecían familiares las voces. Mi mejor amiga Natalie, cumplía años hoy, y la estaban despeinando. Me había olvidado de su cumpleaños, por estar estudiando para la evaluación de biología. Como nadie sabía que me había olvidado de su cumpleaños, decidí despeinarla yo también.
Nos reímos, hasta que alguien le tiró harina y huevos, la preceptora se enojó ... y nos mandaron a la dirección.
En fin, ese día tenía el cumpleaños de Natalie. No tenía muchas ganas de ir, porque nadie me caía bien del salón, solamente ella, Ronan (otro amigo mío), y Ana. Después todos los otros no. Porque casi siempre estaba sola, pero me gustaba. Me llevaba bien con todos, pero no me gustaba estar con esas personas. Siempre me pareció un poco lindo Mark, pero nadie lo sabía. Simplemente, porque solo me parecía lindo, no estaba loca por él, y contarle a alguien era lo mismo que no hacerlo, nunca se iba a fijar en mí, y tampoco tenía la fe de que alguna vez lo iba a hacer.
Iba a ir por compromiso, pero no podía fallarle justo en su cumpleaños.
Como era uno de estos cumpleaños "caretas", me tenía que vestir a la altura, porque probablemente iba a quedar mal. Por más de que nadie se iba a fijar en mí, y seguramente iba a estar hablando todo el tiempo con Ronan, no podía vestirme "mal", según ellos.
Me puso una de esas medias finas negras, una pollera también negra, los zapatos del mismo color, y una camisa blanca, con detalles en negro. El pelo planchado, y unas pulseras. Aunque cualquiera me podía dar el título official de prostituta, de vez en cuando me gustaba cambiar un poco de vestimenta.
Yo flaca no era, pero con la camisa que había elegido, se disimulaba bastante. Y si bien, ya sabía que iba a ser un barril, al lado de las otras, no podía apretarme las tripas para adelgazar, supongo. Lo bueno, es que podía comer mucho ese día, si nadie come nada, para no mancahar "la figura", lo que a mi me parecía una estupidez.
Cuando llegué, la saludé a Natalie, le di el regalo, y nos pusimos a hablar junto con Ronan, todo muy tranquilo. Hasta que, empezaron a llegar los "caretas", Stefi, Karen, Paul, etc.
Por eso, me fui afuera, y me senté en el pasto a escuchar música. Nadie que yo conozca escucha Lady Antebellum, pero "Just A Kiss", tenía una letra y una melodía hermosa. Era de noche, y me encantaba contar las estrellas, tendida en el suelo, como a punto de dormir.
De repente, siento alguien que me habla:
- Veo que no te gusta socializar, ¿no?
Cuando me doy vuelta, era Mark. Tenía una camisa negra, con la corbata blanca, unos jeans, y sus zapatillas de marca "All Stars". Al principio, no lo podía creer, pero no me ponía nerviosa que el este ahí, me gustaba un poco, aunque yo tenía el ego tan bajo que nunca creí que alguien, o justo él, vendría por su cuenta a hablarme. Por eso, antes de parecer idiota, mirandolo pensativa, le contesté rápido:
-No es que no me guste, simplemente prefiero estar sola
El me miró e hizo una mueca. Miró las estrellas, y luego me preguntó:
-Entonces, creo que preferis que me vaya, ¿no?
-No, no -dije con un toque de arrepentimiento- me gusta que estes acá. Solo que ... me habias preguntado
-Entiendo, a mi también me gusta estar solo de vez en cuando
Lo miré, y sonreí. Simplemente no sabía por qué había venido a hablar conmigo. Por momentos pensaba que era una apuesta, o algo así, pero al ver que se quedo por más tiempo de lo que pensé, me dí cuenta que no era así.
Algo malo en mí, era que quería saber todo rápido. No me gustaban las cosas que me daban intriga, porque me ponían ansiosa y nerviosa. Por eso, cuando me di cuenta que movió los labios para decirme algo, me adelanté y le dije:
-Te quiero preguntar algo sin que te ofendas, ¿por qué viniste a hablarme?- (después de decirlo pensé que había sido muy directo, pero ya estaba hecho).
El me miró, con cara de inocente
-Porque hacia mucho calor adentro, y sali a tomar aire. Te vi sola, y queria saber si querias conversar, pero se ve que no ...
-No, no es eso. Simplemente que vamos al mismo curso hace cuatro años, y nunca fuiste capaz de hablarme, ni una vez, por eso me parece un poco raro
-Eso es verdad, pero si yo quiero lo puedo cambiar, ¿o no?
Sonreí, porque me había ganado. No tenía nada más que decir. Y trataba de agregar algo para no parecer aburrida. Sonó muy torpe con lo nerviosa que estaba
-Entonces ... ¿te caigo bien?
-Bueno, en estos cinco minutos que pasaron, no tengo nada malo que decir de vos, pero sí
-Yo nunca hablé así con un chico además de Ronan, porque es mi mejor amigo, ¿cómo se supone que se sigue ahora para no parecer estúpida?
-Si creería que sos estúpida, no hubiera venido, o ya me hubiese ido. Pero entiendo tu pregunta, aunque te voy a contestar con otra, ¿y yo te caigo bien?
-Sí, muy bien
-Bueno. Entonces ahora sí, creo que ... podríamos ser amigos, ¿no?
Yo ya no podía entender que esta conversación de verdad estaba pasando. Yo, Lucy, la chica más fea de todo el salón, hablando con Mark. A punto de ser la amiga oficialmente.
-Sí, me encantaría
Mark sonrió, y sus amigos lo llamaron a comer algunas hambuergesas. Por eso me dijo:
-¿Te vas a quedar acá toda la fiesta? ¡Vamos a comer algo!
Yo asentí, como para parecer interesante. Y por dentro estaba: "ESTO NO ESTÁ PASANDO, NO ESTÁ PASANDO, NO ESTÁ PASANDO", y no era solo porque fuese Mark, con cualquier otra persona hubiese sido lo mismo. Yo no lo podía creer. Pero no me quería ilusionar, porque yo pensaba que si alguien me decía: "hola", es porque quería tener algo conmigo.
Lo manejaría mejor si tuviera muchos chicos atrás de mí, pero no era así. Yo me imaginaba a Mark, como alguien inmaduro y estúpido, pero era todo lo contrario, o al menos hoy daba la impresión de no serlo.
Si esto seguía bien, yo creía que podría ser una linda amistad.