Capitulo 4

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Ante tal acontecimiento Larieth y Remers decidieron explorar la cueva, pues era la única opción que les quedaba. Se fueron adentrando lentamente en ese laberinto rocoso, cada paso que daban representaba un riesgo ya que no tenían fuente de luz y debían guiarse por el tacto y el olfato.

 Ambos caminaban con pasos firmes y apoyando las manos sobre las paredes de la cueva, de forma tal que en caso de que hubiera una bifurcación o un giro ambos sabrían en que dirección ir. Caminaron por horas y la textura rocosa de la piedra iba transformándose en un lodo pedregoso. Pronto los dedos de los aventureros estaban cubiertos de ese extraño material de las paredes, podían sentir como las pequeñas patitas de los insectos pisaban sobre su piel y eso les daba cosquillas.

 De pronto Larieth, quien iba a adelante dejo de sentir la pared sobre sus manos y una brisa fresca invadió su cuerpo, erizandolo desde la base de la columna en ascenso hacia su cabeza. Era un frió espeluznante, su temperatura era tan baja que les quemaba la piel. Sin dudas era extraño porque en esa profundidad terrestre debería hacer mucho calor, sin embargo ese peculiar contraste lo confundía. ¿Realmente el frió los estaba quemando? ¿O es que hacia tanto calor que sentían que se congelaban? A pesar de esa sensación térmica particular ninguno de los dos dejo de caminar en linea recta. Tenían miedo de pisar al costado y caer en el precipicio que ellos pensaban que había. El ambiente estaba muy tenso, tan tenso como una tanza estirada a su máximo rango. Ambos tenían miedo a ese vació, un paso en falso y estaban muertos. Estaban tan concentrados en el suelo que empezaron a sentir la textura de este: Era muy suave y pedregosa, con cada paso que daban se movía alguna piedrita que hacia un ruido rasposo.  Tras unos minutos desarrollaron una técnica infalible para evitar caer. Lo que hacían era patear las piedrecillas y si producían ruido era porque delante de ellos había superficie. Si bien era muy efectivo, esta precaución aminoraba el paso en gran medida y el tiempo que tardaban en recorrer un metro se multiplicaba. 

  — Lari estoy cansado de esto. No puedo mas, hemos caminado por horas.

  —Cierra el pico plebeyo, debemos hallar la salida de esta extraña cueva.  

  —Pero el camino va en bajada, no creo que podamos salir de aquí de esta forma.— Dijo Remers de forma agitada. Estaba exausto

  —Eso es totalmente subjetivo, yo siento que vamos en subida.

  —Luego dices que el hueco soy yo¡mira las tonterías que dices!

  —No estoy diciendo nada estúpido, plebeyo. Quizás no puedas entenderlo pero todo lo que sentimos es totalmente subjetivo. Es decir que realmente no percibimos la realidad como es, sino que la sentimos con el cuerpo y en base a eso la interpretamos, por ende cada uno interpreta el mundo de una forma diferente.

  —Si lo ves de esa forma tiene sentido, sin embargo nosotros no podemos interpretar la realidad porque ya esta escrita. Simplemente la vemos tal cual es. 

—¿A que te refieres con "nosotros"?¿Insinusas que somos diferentes al resto de las personas?

—Si, si bien te dije que somos todos parte del mundo, eso solo aplica en nuestro universo, sin embargo no pertenecemos al mundo de nuestro creador. Allí solo somos creaciones.

— ¡Lo sabia! Hay alguien que nos esta controlando, estas diciendo cosas irracionales de repente ¿no?

—¡No! Esto es diferente. Es como si mi yo único y personal escupiera verdades ocultas en medio de una cinversacion. Las conductas irracionales aparecen en mi cuando esas verdades comienzan a extenderse, entonces por razones que desconozco mi mente y cuerpo actuando sin el consentimiento de mi yo.

—¿Tu yo? ¿A que te refieres?

—No se como explicarlo, es muy extraño. Es como si una parte mia que no conozco tomase el control sobre mi de repente. Creo que ese Yo, sabe algo sobre nosotros, pero cada vez que me acerco a ese conocimiento algo me controla. En otros casos deja de controlarme y sucede algo en el mundo que impide que siga descubriendo mis propios pensamientos como cuando ignoras lo que digo de repente y dejamos de conversar.

—Puede que tengas razón. Bueno, según tu teoría esta realidad ya esta creada y no se puede cambiar. Pero yo creo que si podemos alterarla. Quizás ese "Yo" nos permita apropiarnos del mundo y cambiarlo a nuestro parecer, de la misma forma que lo hace nuestro supuesto creador.
Mira, lo voy a comprobar con un pequeño experimento. Si tengo razón podremos salir de esta cueva fácilmente, pero si me equivoco es muy probable que muera.

—¡Espera! ¿Que vas a hacer? No me digas que...

Entonces Larieth dio un paso hacia el costado.

LariethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora