H E L E N A

Capítulo I

Existe un lugar donde al caer el sol es una hermosa vista que da deleite pintar en un lienzo, un lugar todo el mundo es feliz en un reino donde el pueblo vive en armonía, gobernado por los reyes Beatriz Trinidad Ross De Alcántara y Julian Jeremias Villamar Alcántara. El gran rey Julian ese hombre feliz al lado de su amada esposa, el cual desgraciadamente muere y deja en agonía y tristeza a la reina Beatriz.

Pasan los años y todos los días Beatriz se queda mirando la ventana soñando despierta como sería su vida con su amado junto con un futuro hijo o hija, la cual nunca pudieron tener uno puesto que Beatriz es estéril, mientras se escapaban las lágrimas pensando en eso su sirvienta se le acercaba...

Sirvienta: Alteza, ya son las 3 de la tarde ¿No piensa en almorzar?

Beatriz: Necesito terminar esta agonía. . . Llenar mi vacío que me ha dejado Julian. . .

Sirvienta: ¿Que piensa hacer Alteza?

Beatriz: Quiero una hija. . . Esa hija con la cual anhelábamos, aún me duele el corazón de pensar en eso. . . Si, eso necesito—Seca las lágrimas
—necesito una hija, una la cual pueda criar y darle todo lo que tengo.

Sirvienta: Alteza. . .

Mientras la Reina planea como hacer su movida de llenar su vacio existe otra mujer en agonía, pero no una reina, no una alteza, sino una plebeya que está hasta el cuello con las deudas puesto que viene de una familia con decadencia económica puesto que lo único que heredó fue la pobreza, además de las deudas carga con un bebé en su vientre, ella es Eleonor, mientras ella acaricia lo único de valor en su vida que tiene piensa. . .

Eleonor: ¿Dios, que estoy pagando?—pone sus manos en la cabeza— Debería hacer algo es demasiada deudas y yo soy una sola. . . Si tu padre no nos hubiera abandonado esta carga sería menos.

—Tocan la puerta—.

Eleonor: ¿Quien es? —abre la puerta—.

Mensajero Real: Señorita, vengo desde el palacio real, puesto que su deudas son inmensas y la Reina solicita verla en el palacio ahora mismo.

Eleonor: ¿Qué? ¿La reina? Pero si no estoy vestida apropiadamente.

Mensajero Real: No se preocupe, de todos modos—mira alrededor de la casa— no tiene con qué. . .

Eleonor: Escucheme, aunque este sea un lugar humilde y poco agraciado sigue siendo un hogar. Iré porque la reina me lo pide si fuera por su forma no fuera.

Escoltada Eleonor hacia al palacio real ve a sus alrededores todos los lujos y jardines hermosos que la reina posee y que ella quisiera tener, baja insegura del carruaje dirigiéndose para encontrarse con la reina, se sienta en una inmesa sala con una mesita donde está un refinado juego de té. Mira hacia el pasillo y ve a Beatriz acercarse, sin duda se ha convertido en una mujer sin felicidad, rancia y sin ningún tipo de compasión ya que al morir su amortiguador de suavidad el rey Julian lo ha perdido todo, Beatriz se sienta junto a ella con una mirada tosca fijamente.

Beatriz: Así que. . . ¿Tu eres Eleonor? La embarazada que no puede mantenerse por si misma.

Eleonor: Si. . . Si Alteza.

Beatriz: Seré clara contigo, se que no sabes porqué estás aquí.

Eleonor: No Alteza.