Modèle pour filles

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Mi vida no es normal, empiezo a sentirlo así, ahorita son las casi seis de la mañana y ya estoy levantada, a las 6 45 inicia mi día. Primero debo ir a entrenar al gimnasio infantil, después tengo clase con Madame Fournier quien es mi maestra de ballet. Estamos preparando el recital del Cascanueces que será en un par de meses y será televisado. Cosa que tiene a mi madre con los pelos de punta. Olvidé presentarme, soy Nathalie Sancoeur Lehau, tengo 6 años en este momento, de bebé fui modelo para Avent, para la marca de ropa infantil Petit Élégant, y hoy en la tarde después de Natación presentaré un casting para ver si califico para la imagen de Pierrot Gourmand, una marca de paletas de caramelo muy famosa aquí en Francia.
- Nathalie ya son 6 20, tenemos que llegar al gimnasio, es tardísimo.
Sí, esa fue mi madre, Blanche Lehau, ella de niña nunca pudo hacer muchas cosas porque mi abuelo era un sucio machista que según el las mujeres solo sirven para cocinar. Por eso a mí me metieron a lo que pudieron cuando supieron que era niña. Mi padre es un abogado que trabaja en un bufete de abogados muy importante aquí en Saint Tropez, es pianista en tiempos libres (el me enseña piano, o al menos lo que no le entiendo al señor Gautier mi papá me lo explica), de joven fue concertista de piano hasta que mis abuelos le cortaron las alas diciendo que eso era para pobres aficionados, que eso no lo haría un hombre exitoso y no se qué más. Cosas que yo como niña que soy no entiendo nada. No tengo hermanos ni nada parecido. Con suerte voy a la escuela aunque de ser por mi madre, lo que tendría sería una institutriz, pues como soy la joya de esta casa "no debe darme el sol, ni debo juntarme con niños que no son como yo" blah blah blah. Y bueno les enseñare un poco mi día. Ahorita me voy a peinar con un moño alto, que no perjudique mucho mi cabello, me voy a colocar un leotardo negro y un pantalón de chándal rosa pálido con la chaquetilla a juego, mis tenis, y en la bolsa llevo mis zapatos de ballet, las medias, otro leotardo limpio, agua, y ropa de recambio porque después de ballet tengo el casting ese.
En el gimnasio solo entreno para que según mi madre se me fortalezca el cuerpo y me empiece a formar, y para que el entrenamiento de ballet no me sea pesado, solo voy media hora.
En ballet voy muy bien, lo hago desde los 4 años, por eso ya puedo presentarme en recitales, mi maestra dice que de seguir así acabaré en la Ópera de París o en el Bolshoi, sinceramente no ambiciono eso, cosa que mis compañeritas si. Apenas tengo tiempo para respirar.
- En el gimnasio estuviste pésima, te morías de sueño, a qué hora te fuiste a dormir Nathalie?
- A las 10 mamá.
- A las 7 debes estar en la cama ya. Ojalá en ballet no te vaya tan abismalmente mal o si no no sé que voy a hacer contigo.
Sí, ya empezó. Y cuando lo hace lo mejor es no hacerle caso.
Cuando llegó a ballet, primero hacemos plies, un buen rato para calentar las piernas, después empezamos a hacerlo pero a cambiar la posición de los pies: de frente en Pointe, separados igual en Pointe y después en Pointe cruzados. Después empezamos a hacer ejercicios en fila de una en una, hacemos lo que nos indique Madame Fournier, yo siempre recibo comentarios como:
- Muy bonito Nathalie, pero no te esfuerces tanto en lo perfecto, sino en que la danza te envuelva. Estás demasiado bien.
- Esos giros son perfectos, pero no me transmites nada.
- Tienes que sentir pasión, eres muy fria. Deja de ser tan perfecta. Equivocate, pero déjate llevar.
Y si, me la paso más contando, elevando, posando, que sintiendo realmente el baile. Adoro bailar pero sin embargo, al estar mi madre vigilandome tan de cerca, todo debía hacerlo bien. Las únicas veces que lo hacía con pasión era cuando quien me acompañaba era mi gobernanta, o cuando estaba sola en mi habitación. Hoy por fortuna solo se quedó hasta el calentamiento, menos mal no se quedará más tiempo porque hoy evaluarán la clase con una coreografía general.
- Ahora si te sentí Nathalie, eso es lo que quiero que hagas siempre, que uses tu sentir para bailar así como hoy, tienes pasión, pero no sé porque hay momentos que te la reservas.
No quise decirle a mi bella profesora que, si no transmitía nada era porque estaba más al tanto de ser perfecta para que mi madre por una vez en el día, me sonriera y me dijera que lo hacía muy bien.

De assistant à épouse d'un millionnaireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora