Capítulo 22

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Narra Mike:

La mirada de mi madre estaba siendo muy pesada para nosotros. Sé que estaba esperando una respuesta, pero en este momento mi mente se puso en blanco, y no sabía que decir.
—Y bien... ¿Michael, qué sucede? —preguntó con los brazos cruzados y recargada en el márco de la puerta.
—N-nada... Sólo... —trataba de inventar una buena excusa. Aún que era inútil, había visto lo que estaba a punto de suceder, y es difícil buscar un pretexto para algo tan obvio—, yo...
—¿Ambos están saliendo? —dijo en un tono bajo, sentí erizarme, había sido demasiado directa. Asentí levemente con la cabeza, con miedo a que valla a decir algo al respecto, ella viró su mira a los lados del pasillo y entró a la habitación, cerrando la puerta tras ella—, ¿Hace cuánto? —preguntó finalmente.
—Hace 6 meses —dije apenado, Will seguía sin emitir algún sonido, solo estaba jugando con sus dedos. Ha de sentirse muy incómodo.
—¿Por qué no me dijiste? —preguntó mi madre acercándose a mí y se puso de cuclillas en frente mío.
—Tengo miedo... Sé que las personas dicen que esto mal, y que es anormal, pero... —me interrumpió.
—Mike... Tú sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea, ¿No? —dijo, yo asentí—, eres mi hijo, y te apoyo, siempre lo haré, y si esto —dijo moviendo su dedo índice izquierda a derecha, refiriéndose a Will y a mi—, dicen que está mal, ignorarlos, hijo, ustedes no están enfermos, es solo cuestión de gustos, el echo de que a mí me guste el helado de chocolate y a ti el de vainilla, no significa que uno de los dos está mal, está bien, yo te apoyo... Aparte ya tenía ciertas sospechas —dijo soltando una pequeña risa.
—¿Qué? —pregunté sorprendido.
—Si, hijo, lo siento, pero ustedes no saben disimular —dijo regalándome una sonrisa, volteó a ver a Will, quién la veía sorprendido, ella le dedicó una cálida sonrisa y dijo—, bienvenido a la familia, Will —él le devolvió la sonrisa y se sonrojó un poco ante el comentario—. ¿Joyce, lo sabe? —preguntó curiosa, esboce una pequeña sonrisa nerviosa y negué con la cabeza—, ella igual debe de saber, ¿Cuando piensan decirle?.
—La verdad... No hemos pensado en eso... Tenemos miedo... —dijo Will un poco nervioso.
—¿Por qué?, Sé que ella te va a apoyar en tus decisiones, Will, ella te ama demasiado, ella lo hará, créeme —mi madre se paró y caminó a la puerta—, iré a preparar la cena, Will, cariño, ya es tarde, puedes quedarte a dormir aquí esta noche, mañana iremos a platicar con tu madre sobre esto, ¿Está bien? —él asintió con su cabeza, con una sonrisa—, está bien, ahora le digo a Nancy que llame a Joyce para avisarle —dijo finalmente y salió de la habitación.

Voltee a ver a Will quién en su rostro reflejaba miedo, lo abracé por los hombros y le di un beso en la mejilla.
—Todo estará bien, ya verás —dije con una sonrisa, intentando darle ánimos, él me vio y sonrió y regreso su vista al dibujo.
—Terminaré esto, ¿De acuerdo? —dijo, yo asentí.
—Yo pegaré los otros dibujos —dije, para luego alejarme de él, e ir por el pegamento.

Terminamos la tarea, limpiamos el cuarto y no pasó mucho rato en que mi mamá nos llamó para bajar a cenar.

Bajamos las escaleras y nos encontramos con mi familia en la mesa, nos acercamos y tomamos asiento.

La cena pasó tranquila, mi padre al instante terminó su comida y subió a dormir, Holly al terminar, Nancy la llevó a su habitación para acegurarse que se durmiera, con Will nos distraimos demaciado hablando de distintos temas que ambos teníamos en común, mi madre estaba sentada en la mesa viendo como nosotros platicábamos, mientras tomaba su taza de café y soltó una sonrisa. Nosotros nos percatamos de eso y la volteamos a ver.
—¿Sucede algo? —pregunté curioso.
—No, nada, sólo que me gusta verte feliz —sonrió—, ¿Alguien ya sabía de esto?.
Am... Sí, Nancy y Jonathan —dije algo apenado, sabía que diría algo al respecto del por qué no le dije antes.
—¿Nancy? —preguntó asombrada.
—Si, ¿Qué sucede? —preguntó mi hermana, quién bajaba las escaleras en ese momento.
—¿Por qué no me dijiste al respecto? —preguntó mi madre en voz baja, no quería que mi padre escuché.
—¿Sobre qué? —preguntó confundida, mi mamá movió sus ojos a nosotros, dándole a entender que se refería a nuestra relación, ella entendió—.  ¿Cómo lo supiste? —cuestionó, evadiendo la pregunta.

Nos quedamos un momento platicando entre todos sobre la escuela, trabajo, entre otras cosas. Ya se hacia tarde, y decidimos despedirnos para ir a dormir, con Will nos paramos y nos dirigimos a las escaleras pero mi madre nos detuvo.
—¿Donde crees que vas, jovencito? —preguntó cruzada de brazos.
—¿Ah?, A dormir ¿Por qué? —pregunté confundido.
—Ahora que sé lo que está pasando, no dejaré que ambos estén en la misma habitación, Mike, prepara el sofá, que ahí pasarás está noche —ordenó.
—¡Pero, mamá! —repliqué.
—¡Sin peros!, ve por tus cosas y bajas —dijo firme.
—¡Ay!, Mamá, como si no conocieras a Will, él obviamente no va a hacer nada, y conociendo a Jonathan, sé que mataría a Mike si le pone un dedo encima de su querido hermano —dijo Nancy graciosa.
—¡Oye! —me quejé, pero solo recibí una risa por parte de todos los presentes.
—Está bien, vallan a dormir, descansen —se despidió mi madre, sonreí y subimos a mi habitación, listos para dormir. En ese simple comentario me di cuenta que confiaban más en Will que en mi. ¿Tanta era su inocencia?.

A la mañana siguiente todo empezó normal, desayunamos y Karen nos llevó a casa de los Byers, para hablar con Joyce al respecto. Will estaba aterrorizado en lo que su madre pensaría de él. Pero mi mamá insistía de que todo iba a estar bien. Yo pensaba lo mismo, ya que sé cómo es Joyce, y sé que ella apoyaría a sus hijos por lo que sea que estén pasando, tanto que si Jonathan estuviera saliendo con Steve igual lo apoyaría. Aún que sería graciso, al saber que Nancy no se quedó con ni uno.

Bajamos del auto y nos dirigimos a la puerta, tocamos y nos recibió la señora Byers con una dulce sonrisa, nos invitó a pasar y nos ofreció algo para tomar.

Mi mamá se acomodó en su asieno y se dirigió a la mamá de Will.
—Joyce... Hay algo de lo que tenemos que hablar —dijo mi madre, pude sentir a Will estremecerse, sabía que tenía miedo, tomé su mano para calmarlo, él me miró y sonrió. Con mi dedo pulgar empecé a acariciar sus delgados y largos dedos, esto con tal de tranquilizarlo.

—Si, Karen, ¿Qué sucede? —preguntó.
—Hay... Algo que los chicos deben de decirte... Es algo complicado... No quiero que te lo vallas a tomar a mal o algo... ¿Está bien? —la señora Byers la vio confundida, no sabía lo que estaba pasando, pero asintió levemente.
—Señora Byers... Yo... —me rasque mi nuca, estaba nervioso, sé que estaba actuando calmado, pero no sabía que en el momento me pondría así—, yo... Estoy enamorado de su hijo, William Byers, y... —compartimos miradas con el castaño—, llevamos 6 meses de noviazgo.

Joyce quedó perpleja ante lo dicho, a de ser como un balde de agua fría, saber que tu hijo es gay y aparte que está en una relación de medio año con su mejor amigo desde la infancia.
—No quiero que te lo tomes a mal, Joyce... Se que... —empezó a hablar mi madre, pero la interrumpió.
—Yo... Lo entiendo, Will, te amo, siempre has sido un gran hijo, y si crees que con esta noticia eso cambiará, créeme que estás muy equivocado, quiero que sepas que yo te apoyo en todo, y esta vez no será la excepción... A parte, ya lo sospechaba —dijo, al final graciosa, ocasionando que Will habrá los ojos más de lo habitual, sorprendido—, perdón, hijo, pero la verdad es que no saben dicimular —sonrió.
—¿¡Cierto!?, ¡Lo mismo les dije! —dijo mi madre, ocasionando que Joyce riera ante tal coincidencia.

Nos quedamos un raro en la residencia de los Byers, pero antes del almuerzo tuvimos que quitarnos, ya que mi mamá tenía que preparar la comida, al igual que Joyce.

Con Will nos dimos un tímido beso, ya que no queríamos que nadie nos vea, a pesar de que nuestras madres y hermanos ya sabían sobre esto, aún estamos con miedo al demostrar nuestro amor, que no sea en privado.

No sé cuánto tenga que tardar esto, pero lo que sea, yo esperaré lo suficiente.

Enséñame a Amarte // Byler Donde viven las historias. Descúbrelo ahora