Capitulo 32:

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― Sin ofender, pero este chico suena como un arrastrado ― dijo Matt. ― Dame dos minutos con él ― Él comenzó a caminar.

― ¡No! ― Dije, agarrándolo por la manga para detenerlo. ― Él, eh, podría ponerse otra vez violento. ¡Déjame con esto! ― Fulminé a Catalina con la mirada.

― ¿Estás segura? ― Dijo Matt. ― Estaría muy feliz de hacerlo.

― Creo que es mejor si se lo digo yo.

Froté mis manos en short y luego de respirar tranquilamente, comencé a cerrar la distancia entre Liam y yo, la cual se trataba del ancho de unas cuantas consolas de videojuegos. No tenía idea de qué le iba a decir cuando llegara a él.

Con suerte, solo un breve hola y luego podría regresar y asegurarle a Matt & Catalina que todo estaba bajo control.

Liam estaba vestido con su ropa usual: camisa negra, jeans negros y una delgada gargantilla de plata que brillaba sobre su pecho. Sus mangas estaban enrolladas hasta los codos y podía ver sus músculos trabajando mientras él presionaba botones.

Él era alto, delgado y sólido pero se notaban sus bien trabajados músculos y no me hubiera sorprendido si bajo su ropa tuviera varias cicatrices, legados de peleas callejeras y otras conductas imprudentes. No es que yo quisiera ver bajo su ropa.

Cuando llegué a la consola de Liam, la golpeé por el lado para llamar su atención.

Con la voz más calmada que pude lograr, dije, 

― ¿Pac Man? ¿O es otro juego?

La verdad, parecía un poco más violento y militar. Una lenta sonrisa se expandió en su rostro. ― Béisbol. ¿Crees que puedas pararte tras de mí y darme un par de instrucciones?

Bombas explotaron en la pantalla y cuerpos gritando navegaron en el aire. Obviamente él no estaba jugando béisbol.

― ¿Cuál es su nombre?― Liam preguntó, señalando con la cabeza casi imperceptiblemente hacia la mesa de fútbol.

― Matt. Mira, debo hacer esto rápido. Me están esperando.

― ¿Lo he visto antes?

― Él es nuevo. Se acaba de transferir.

― Primera semana en la escuela y ya hizo amigos. Qué suerte tiene.― Él me deslizó una mirada. ― Podría tener un lado tenebroso y peligroso del cual no conocemos.

― Parece ser mi especialidad.

Esperé a que él captara lo que yo quería decir, pero él solo dijo, 

― ¿Quieres jugar? ― Él inclinó su cabeza hacia más allá de los videojuegos. Hacia la multitud en dónde solo podía ver mesas de billar.

― ¡_______ !― Gritó Catalina. ― Ven aquí. ¡Matt me está ganando!

― No puedo ― Le dije a Liam.

― Si yo gano ― él dijo, como si no tuviera ninguna intención de ser rechazado, ― le dirás a Matt que pasó algo. Le dirás que ya no estarás libre esta noche.

No podía evitarlo; él era demasiado arrogante. Dije, ― ¿Y si yo gano?

Sus ojos me observaron de la cabeza a los pies. Su sonrisa vino fácil. ― No creo que debamos preocuparnos por eso.

Antes de que pudiera detenerme, golpeé su brazo.

― Cuidado ― él dijo en voz baja. ― Ellos podrían creer que estamos coqueteando ― Me dieron ganas de patearme porque eso era exactamente lo que estábamos haciendo.

Pero no era mi culpa, era de Liam. Estando cerca de él, sentía extraños deseos. Parte de mi quería correr, alejarme de él gritando, ¡fuego! y una parte más imprudente estaba tentada de ver qué tan cerca podía llegar sin… quemarme.

― Una mesa de billar ― él tentó.

― Estoy aquí con otra persona.

― Ve hacia los billares, yo me encargo de lo demás.

Yo me crucé de brazos, esperando lucir severa y un poco seria, pero al mismo tiempo, tuve que morderme el labio para no mostrar una reacción levemente más positiva. 

― ¿Qué vas a hacer? ¿Pelear con Matt?

― Si tengo que hacerlo, lo hago.

Estaba casi segura de que él estaba bromeando. «Casi.» 

― Se acaba de vaciar una mesa. Ve y ocúpala ― «Yo…Te…Reto.»

Me puse rígida. ― ¿Cómo haces eso?

Cuando él no lo negó inmediatamente, sentí un poco de pánico. Era real. Él sabía exactamente lo que estaba haciendo. Las palmas de mis manos comenzaron a sudar.

― ¿Cómo haces eso? ― Repetí.

Él me sonrió maliciosamente. 

― ¿Hacer qué?

― No hagas eso ― le advertí. ― No finjas que no lo estás haciendo.

Él reclinó un hombro contra la consola y bajó la vista hacia mí. 

― Dime qué es lo que se supone que estoy haciendo.

― Mis… pensamientos.

― ¿Qué pasa con ellos?

― Ya basta, Liam.

Él observó a todos lados de una manera teatral. 

― No dirás… que estoy hablándole a tu mente ¿cierto? ¿Sabes lo loco que suena eso?

Tragando, dije lo más calmada que pude,

― Tú me asustas y no estoy segura de que seas bueno para mí.

― Yo podría hacerte cambiar de opinión.

― ¡________ !― Se escuchó la voz de Catalina llamar sobre todas las voces y los sonidos electrónicos.

― Encuéntrame en el Arcángel ― dijo Liam.

Me alejé un paso. ― No ― dije impulsivamente. Me di vuelta, y comencé a caminar rápidamente, asustada de mí, y de él.

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-A

Ángeles Caídos.. {Liam & Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora