Después de una gran discusión con mi madre sobre ir o no ir, usó su última artimaña para convencerme. Sus lágrimas son las únicas que logran deshacerme y obligarme sin siquiera pensar a acceder a todo lo que ella quiere. Desde que mi padre se fue no he dejado que ella llorase por nada.
Finalmente tuve que aceptar y rápidamente sacó el billete de avión de un cajón. Vaya que si lo tenía todo planeado. ¿Tan fácil soy de convencer? ¿Desde cuándo llevan esos billetes guardados ahí? Busco cada mañana en esos cajones, por el amor de dios... Empecé a consultarlo. Era un billete en business, para dentro de cuatro días.
Cuatro días... Sólo cuatro días para disfrutar con mis amigos aquí. ¿Y para qué? Para ir a Londres, ver a mi padre y pasarme todo el verano encerrada en una casa, en mi ciudad favorita.
***
Los días pasaron rápido, desde aquel momento en el que acepté empecé a preparar maletas para no dejarme nada importante. Y empecé a despedirme de mis amigos, los cuales se opusieron rotundamente, ya que este verano iba a ser diferente. Ya que volvía a estar soltera, después de pasar por una mierda de relación.
Según mi madre solo serían tres meses, volvería a mitad de Septiembre para preparar las cosas para volver de nuevo a la universidad. Serán unos tres meses larguísimos. Pues vaya... qué bien. Qué ganas, que todo. Qué desastre.
A lo lejos divisaba a Lola y Pat, mis mejores amigas desde la infancia, aguantándose la una a la otra mientras lloraban, me rompían el corazón. Tampoco es que me vaya a la guerra.
Les dije que no quería que se acercaran mucho, odiaba las despedidas, los abrazos, los llantos en los que su razón fuera una despedida. Miré por última vez a mi madre y a mi hermana y les dije adiós con la mano.
Sin más que decir, subí al avión, busqué mi asiento y me puse los cascos. La dulce voz de un irlandés y las preciosas voces de cuatro británicos comenzaron a adormilarme. One Direction eran los únicos que podían calmarme y serenarme. Cerré los ojos para intentar dormir mientras algunas lágrimas querían salir de mis ojos. ¿Qué haría en Londres tres meses, y peor, con mi padre?
***
Poco a poco la gente iba bajando del avión. Ay madre, ¿qué hago, dónde voy?
Empecé a seguir a la multitud, que supuse que todos irían a la puerta de salida del aeropuerto., ¿dónde si no? Pensé que mi padre vendría a por mí, pero vaya, ni eso. Antes de que mi vuelo saliera de España me había mandado un mensaje con todas las especificaciones de la dirección que debo decirle al taxista. Sabía que mi móvil aquí no sería muy útil, así que se encargó de dejarlo todo preparado.
Mientras andaba por la terminal en busca de mi maleta choqué con alguien y me precipité al suelo.
-¡Ten más cuidado la próxima vez bruto! - Grité tirada en el suelo, el chico con el que había chocado me tendía la mano.
-¿Qué? Lo siento. - Dijo en un perfecto inglés, no me había dado cuenta de que había hablado aun en español.
Agarré la mano que me tendía y me ayudó a levantarme. Lo observé por unos segundos mientras me limpiaba el polvo del suelo que tenía ahora en mis pantalones negros.
El chico iba bastante tapado, es cierto que hacía algo frio, para mí que vengo de una ciudad bastante calurosa, pero apenas podía verle la cara entre la gorra y la capucha que cubrían su cabello, las gafas de sol oscuras que cubrían sus ojos y la bufanda que tapaba casi medio rostro. Por un momento dudé de si me estaban ayudando o si me estaban atracando con las pintas que llevaba aquel chico.
-¿Estás bien? - Dijo preocupado y mostró su boca. Sus labios eran perfilados y con un ligero tono rosado, pero estaban algo agrietados como los míos. Tengo la manía de pellizcarlos constantemente hasta que me duelen.
-Sí... creo. - Musité ahora en inglés. Mi nivel de inglés era alto, de algo me sirvió mi padre al fin.
-Lo siento mucho, iba rápido y me despisté. - Dijo llevándose una mano a la cabeza.
Era un poco más alto que yo. Yo soy bastante alta, mido alrededor de 1'73 cm y el chico medía a ojo alrededor de 1'80, incluso juraría que un poco más. Estaba delgado. Llevaba una sudadera de color marrón oscuro y unos pantalones ajustados negros. Fijándome bien sus piernas podrían ser hasta más finas que las mías si comparamos.
-¡Tengo prisa, lo siento de nuevo! - Exclamó con bastante prisa, echó un vistazo a su alrededor y cogió el gran bolso negro que llevaba, se lo puso en un hombro y se fue haciendo un gesto de despedida con la mano.
No sé por qué me suena mucho la voz. Pero tenía otros problemas en los que pensar. La maleta. Céntrate Ade.
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Bueno aquí dejo el segundo capítulo! Por favor si os gusta votar y darme vuestra opinión si os apetece, me encantaría saberla.
Andrea xx.
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Extrañas coincidencias (Harry Styles) Terminada/Editando.
FanfictionTiene SEGUNDA TEMPORADA. Adelia nunca pensó que un simple viaje no deseado a la casa de su padre en Londres le diera la vuelta a su vida. Un chico, sus ojos y su perfecta sonrisa no iban a dejar pasar a esa chica sin más. Harry Styles. El nombre de...