Liam se me acercó por detrás y un escalofrío recorrió mi espalda.
― Te estaré esperando ― me dijo al oído.
Luego salió de los videojuegos.
Regresé a la mesa de fútbol un poco aturdida.
Matt estaba inclinado sobre la mesa y su rostro mostraba concentración competitiva.
Catalina estaba gritando y riendo.
Jason todavía no había aparecido.
Catalina me miró.
― ¿Y bueno? ¿Qué pasó? ¿Qué te dijo?
― Nada. Le dije que no nos molestara y se fue ― Dije
― Él no parecía molesto cuando se fue ― dijo Matt. ― Sea lo que sea que le hayas dicho, debió haber funcionado.
― Qué mal ― dijo Catalina. ― Estaba esperando algo más emocionante.
― ¿Estamos listos para jugar?― Preguntó Matt. ― Se me está antojando la pizza que me voy a ganar.
― Sí, si es que Jason regresa ― dijo Catalina. ― Estoy comenzando a pensar que no le agradamos. Él sigue desapareciendo. Creo que es una indirecta. Mejor dicho, una directa.
― ¿Estas bromeando? Él las adora ― Matt dijo con demasiado entusiasmo. ― Lo que pasa es que él es tímido con los extraños. Voy a buscarlo. No se vayan a ninguna parte.
Catalina y yo estuvimos solas.
― ¿Sabes que te voy a matar, verdad?
Catalina levantó las manos y dio un paso hacia atrás.
― Te estaba haciendo un favor. Matt está loco por ti. Después de que te fuiste, le dije que tienes como a diez chicos que te llaman todas las noches. Debiste haber visto su cara. Apenas contenía los celos.
Bufé. Me di en la frente con la palma de mi mano.
― Necesito algo.
― Necesitas a Matt.
― No, necesito azúcar. Mucha. Necesito algodón de azúcar ―. Lo que necesitaba era un borrador lo suficientemente grande como para borrar de mi vida toda evidencia de Liam.
Particularmente eso de hablar a través de la mente. Me estremecí.
¿Cómo él lo hacía? ¿Y por qué a mí? A menos que… lo haya imaginado. Al igual que imaginé golpear a alguien con el automóvil de Catalina.
― Yo también podría usar un poco de azúcar ― dijo Catalina. ― Cuando llegamos, vi a un vendedor cerca de la entrada. Me quedaré aquí para que Jason & Matt no piensen que nos fuimos y tú puedes comprar el algodón de azúcar.
Fui hasta la entrada, pero cuando encontré al vendedor que vendía los algodones, me distraje por algo que vi a lo lejos del camino.
El Arcángel se alzaba sobre la copa de los árboles. Una serpiente de carros montaba sobre la alumbrada vía y bajaba en picada hasta perderse de vista.
Me pregunté por qué Liam quería reunirse ahí conmigo. Sentí un pinchazo en el estómago y probablemente debí haber tomado eso como una respuesta, pero a pesar de mis mejores intensiones, me encontré caminando hacia el Arcángel.
Me movía junto a la corriente de todas las demás personas, manteniendo mis ojos en las distantes vías del Arcángel que serpenteaba en el cielo. El viento había cambiado de frío a helado, pero esa no era la razón por la cual me sentía mal. La sensación había regresado. Esa fría y mortífera sensación de que alguien me estaba observando.
Miré hacia ambos lados y no vi nada.
Di una vuelta de 180 grados. Un poco más atrás, en un pequeño grupo de árboles, una figura encapuchada se dio la vuelta y desapareció en la oscuridad.
Con mi corazón latiendo velozmente, eludí a un enorme grupo de personas para alejarme de los árboles. Cuando ya estaba más lejos, volví a mirar hacia atrás. No vi a nadie que pareciera seguirme.
Cuando me giré para seguir caminando, me di contra alguien.
― ¡Lo siento!― Dije, intentando recobrar el balance.
Liam sonrió de oreja a oreja.
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-A
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Ángeles Caídos.. {Liam & Tú}
Fanfic¿Estarían dispuestos a saber la verdad sobre los ángeles? Será demasiado arriesgado para todos ustedes. ¿Qué harías si un día te enteras que la persona que conoces, es un ángel? ¿Un ángel caído? ¿Raro, verdad? Arrancan sus alas y son arrojados a la...