Capítulo 3 |Viajes.

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CENICIENTA.

Hoy era otro día más, otro día que se iría mi padre, dejándome cargo de mi madrastra.

Todas estábamos reunidas despidiendo a mi padre, estábamos en fila para así despedirlo todas. Mi madrastra despidió a mi padre con un beso, mientras terminaron mi padre se dirigió hacia mi.

― Querida, quiero que te conportes, como siempre lo haz hecho ―dijo mi padre, dándome un abrazo duradero.

― No te preocupes padre, estaré bien . ―susurre en su oído,  mientras lo abrazaba más fuerte.

― Eso espero, eso espero hija mía.

― Padre ―Rompí el abrazo, y lo mire directamente a los ojos ―pero prometeme que volverás, y estará nuevamente conmigo.

El sonrió ligeramente, y veía ese brillo en sus ojos azules oscuros.

― No debes preocuparte, Cenicienta. Te prometo que estaré de vuelta, nos comunicaremos por mensajes y teléfonos. Y ahora ¿Qué quieres que te traiga cuando regreses?.

― Lo que quiero es que regreses. Ah y traime esas moras que tanto me encanta ―ante eso, nos reímos a carcajadas.

― Bueno así será, moras para mi pequeña ―ironizó mi padre, aun con una sonrisa en su rostro.

― Y para las mellizas ¿que quieres que le traigas? ― Preguntó mi padre a Erika y a Eriza.

― Bueno yo quiero muchas ropas nueva y mucho maquillajes ―dijo Eriza, y yo la miraba con asombro.

―¿Y tu?. Erika. ¿Qué quieres que te traiga? ―esta vez mi padre se dirigió a Erika.

― Ah...yo...no quiero nada señor Brett ―dijo apenada Erika.

― ¡Ahg!, no seas aburrida ―Exclamó Eriza.

Erika ante eso la fulminó con la mirada.

―Bueno aunque no quieras te traeré algo ―dijo mi padre.

Erika no dijo nada, solamente se dispuso a mirar sus uñas nerviosa.

― Bueno, es hora de irme ―hablo mi padre, y yo lo miraba mientras se subía en el carruaje. Mis ojos se cristalizaron, otra vez mi padre se iría y no sé cuándo volverá,  aveses siempre urgen causas que por la cual puede durar más meses de lo adecuado.

― Te amo, padre.

― Yo también te amo, Cenicienta.

― Ten un buen viaje, Brett ―Esta vez fue Caolín que hablo.

Mi padre asintió, mientras le daba seña al hombre del carruaje, para irse. El carruaje empezó a irse y cada vez más lejos estaban hasta perderse por los árboles.

― ¡Es mejor que te acostumbre, Cenicienta, tu padre tenia que irse o si no ahora mismo estaríamos en la calle! ―Exclamó Caolín.

― ¿Que? ―dije en un susurro, sin poder creerlo.

― Así es, estamos en la quiebra Cenicienta. ¡No puedo creer que Brett nos de esta miseria a mi y a mis hijas, ¡ja, que insolente es!. Al menos hay comida ―gruño Caolín, mientras tanto yo me quedaba callada, sirculando cada palabra que dijo Caolín.

― Y es mejor que empieze a limpiar tu sola, cada parte de la casa. ¡La casa no se limpiará sola!. ¡Así que vamos, muévete ―Otra vez exclamó Caolín, y yo reacione de inmediato.

―¿Limpiar? , ¿y los empleados?―pregunté confundida.

―¿¡A casos no escuchaste lo que dije,  estamos en la quiebra, tuvimos que despedirlo!.

Oh no, no puede ser. Amalia, mi única amiga que tenia en la casa, y cada empleado que a vivido durante años aquí,  se han ido. No me preocupa limpiar, siempre limpiado con mis amigos, aunque siempre ellos negaban a que lo haga pero siempre los convencía. Pero ahora  lo que me preocupa es mis amigos que ya no estarán.

―¡Es mejor que entre, Cenicienta ―Caolín entro a la casa junto con Eriza.

― Lo siento, Cenicienta. Y no te preocupes yo te ayudaré con la limpieza y....

―¡Erika! ―el grito de Caolín interrumpió a Erika.

―Tengo que irme, pero debes tener ánimos, Cenicienta ―susurro Erika, y de un momento a otro me percaté que estaba completamente sola.

Suspire varias veces y me repetí.

Debes ser fuerte, Cenicienta. No guardes rencor si algunas persona te hable mal o te insulte. Debes ser fuerte.....



Continuará. .....

Voten y dejen su comentario.

Lo voy a esperar ansiosa. ....

Gracias○•♤♡♢♧


Una Cenicienta RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora