la libertad es un estado en la mente

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Si hay algo que Jungkook sabe hacer, Yoongi piensa, es desaparecer sin dejar rastro.

Se desvanece como la brisa veraniega que acompaña un atardecer en la playa y es tan difícil de sostener en las manos como escurridizos puñados de arena. Desaparece como si nunca hubiera estado allí en primer lugar, dejando tras de sí un sinfín de recuerdos pero nada físico a lo que realmente aferrarse. Jungkook llega y se va. Raudo y distante, pero imposible de ignorar. Es un temporal en la estabilidad, un relámpago en el cielo oscuro ㅡ brilla mientras dura y se pierde de vista demasiado rápido. Es bello y peligroso porque no suele estar en el mismo lugar por un tiempo prolongado. Y, a pesar de que es placentero de ver, acercarse demasiado es un riesgo del cual pocos pueden salir ilesos al tomar.

Jungkook vuela entre ciudad y aldeas perdidas, se escabulle en ciudades cosmopolitas y se acopla a la multitud. Jungkook es un hombre urbano una semana y a la siguiente se interna en las zonas rurales. Es como si cambiara de parecer muchas veces en un corto lapso de tiempo, pero, en realidad, tiene su filosofía tan firme que su alrededor no logra cambiarla ni un ápice. Es constante en su inconstancia. Más que una muestra de algo o de un desafío impuesto, parece ser solo puro goce personal, el júbilo de ser un alma libre en un mundo enjaulado. Seúl es simplemente demasiado chico, Jungkook había dicho una vez. Yoongi no le había entendido en ese entonces, quizá tampoco lo entienda ahora.

Lo cierto es que Jungkook siempre es Jungkook, en cualquier parte del mundo y después de tantos años de viajes extravagantes y de interrupciones esporádicas en la rutina. Para él, la monotonía no puede formarse donde no tiene derecho a existir. La monotonía es un efecto, no una causa. No permitirá, bajo ninguna circunstancia, sentirse prisionero en su propia vida, Jungkook también había dicho algo como eso.

Yoongi no puede dejar de admitir que es admirable. Es digno de todo reconocimiento el cómo toma las riendas de su propio ser, cómo las circunstancias no lo cambian a él sino que él cambia la circunstancias. Se siente ensimismado por su fortaleza y la sabiduría que ha cultivado tan pacientemente en sí mismo. Jungkook nunca se lo ha dicho, pero Yoongi está seguro de que no necesita a nadie más que a su propia consciencia. Si está acompañado, es por pura elección mas, si está solo, es también porque él así lo dispone. Jungkook solo depende de su voluntad para volar y su combustible es el espíritu libre que tanto lo caracteriza.

Es especialmente bueno para desaparecer. Deja sus maletas olvidadas en su habitación y sus prendas de uso cotidiano pulcramente dobladas sobre el edredón. Su departamento, en particular durante aquellos dichosos viajes místicos, parece una escena de algún remoto pueblo fantasma; todo queda estático, como si se estuviera fijando la vista en una mera fotografía. La vajilla limpia en la mesa, las cortinas lo suficientemente separadas para dejar entrar un ínfimo rayo de sol, las luces apagadas. No se siente dueño de sus cosas y las considera totalmente prescindibles. Jungkook más de una vez ha dicho que carece del típico apego a lo material y que es una verdadera suerte que abandonarlo todo tal como está sea tan fácil. No es difícil verlo, de todas formas, teniendo en cuenta que es capaz de dejar su departamento inhabitado por semanas y luego quedarse un año; ausentarse por días y transitar los pasillos por meses, sin preocuparse para nada de lo que hay dentro de ella, las que se suponen que son sus pertenencias, no son objeto de interés para él. Ni siquiera las considera.

Nada es de nadie. Eso aprende Yoongi cuando piensa en ello. Nada puede pertenecer nunca a alguien en particular. Siempre hay una oportunidad, por más pequeña que sea, de desvanecerse por completo. Jungkook comparte abiertamente su rechazo hacia la durabilidad.

"La longevidad es una mala señal" afirma Jungkook, con ojos risueños llenos de un fuego esperanzador, aunque sus dichos no sean más que una desoladora teoría "Lo que dura se transforma en rutina, en monotonía inescapable. Es sinónimo de nunca evolucionar, de ser devoto del aburrimiento más soez. La comodidad es el peor de los vicios, es la muerte del progreso y la más acérrima enemiga de la libertad"

natural ; yoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora