2

12 1 0
                                    

La chica de los auriculares y yo nos subimos a un coche, el cual no me transmitía muy buenas vibraciones. El coche era antiguo, olía mal y encima su dueña estuvo apuntó de tener un accidente con el.

Como si La chica de los auriculares supiera que en aquel coche no me sentía tranquilo me cogió de la mano para que la mirara, yo la mire y ella me dedico la sonrisa mas hermosa que he podido ver nunca.

Obviamente La chica de los auriculares llevaba sus auriculares y su móvil o como los llama ella, sus mejores amigos. Aunque me tuviera cogido de una de sus manos, la otra sostenía el móvil, si lo perdía era posible que entrara en depresión. Y yo rezaba para que eso no pasara. No podría estar un día sin verla.

Cuando llegamos a casa ella no se quito los auriculares, incluso cuando le hablaban ella seguía con ellos puestos, odia a todo el mundo, pero aun no se la razón.

La chica de los auricularesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora