historias de amor, muerte y cosas sorprendentes.

CAZANOVA

Vivo algo que no es mío, que no me pertenece, aunque a veces se siente real y quisiera que lo fuera, no lo es. A pasado ya un año y nueve meses desde que empecé a mentir y no pare; no puedo parar aunque quiera, aunque deba, no lo dejare, tengo que seguir, tengo que terminar lo que me propusieron y acepte, siempre es difícil terminar, siempre se me complica al final; dejar todo a un lado y volver a mi verdad a lo que realmente soy; cambiar mi nombre, mi acento, mi cabello, mi cara, mi fe, mi yo. Ya empieza a anochecer y ella llegara a nuestro cuarto, el cuarto que por un año y nueve meses fue nuestro refugio, donde nuestras pasiones se desbordaban, en donde sentía su cuerpo y ella el mío, en donde le decía todo lo que ella quería escuchar e incluso más. Le hablaba a su alma cada vez que ella me lo permitía, me dejaba tocar su ser en esas noches en que ella me necesitaba, sostenía su cabeza y la veía completa. Ella sabía que yo era su todo y que ella era todo para mí; es por eso que me es tan difícil terminar con esto, pensar que pude lograr este sentimiento en alguien me hace sentir... divino.

La luna se asoma por la ventana y su luz me dice que ya es hora de terminar esto. No, me rehusó a terminar esto, quiero que dure, quiero que sea infinito, quiero sentirla toda mi vida, quiero que me vea y que me sonría como tantas veces lo a echo antes, quiero que le hable a mi alma y que toque todo mi ser, quiero ser suyo y que ella sea mía, quiero que me diga que me ama hasta que seamos viejos y que sea alguien más el que se la lleve, quiero verla a los ojos y decirle que la amo, que ella es mi fe, mi yo.

Puedo escuchar la llave de la entrada y a ella pasar por la sala, subir las escaleras y decir mi nombre al verme sentado en la cama con la luz de la luna como único testigo de mi decisión final. Se acerca a mí y me levanta la cara ve que estoy serio y me pregunta si todo está bien, le digo que sí, que todo va a estar bien; mientras le miento le doy un beso en sus labios, su hermosos labios color rojo que me han seducido desde que la vi por primera vez, me sonríe tras un leve suspiro al dejar de besarnos y veo sus ojos grisáceos con pequeños centelleos de un verde esmeralda y logro ver un poco más de ella, algo que en todo este tiempo nunca vi y el verlos apagarse me intranquiliza, ver su cara de incredulidad y confusión me estremece, sentir su cuerpo tratar de separarse de mí y contraerse de dolor solo logra que se ensucie más el cuarto; sus ojos no dejan de verme y ya comienza a incomodarme, le pongo una mano en su cara y ella poco a poco deja de luchar hasta que por fin, toda su luz y su alma se escapan de su cuerpo.

Siempre es lo mismo, cada que termina es igual, me limpio mi cara y mis manos y ya estoy de nuevo listo. Tendré que ser alguien mas de nuevo aunque no sé cuándo solo me queda llamar y decir que el trabajo esta echo.