Nota:
Aquí tía Ryu reportándose a las cinco de la mañana... Tenía muchas ganas de subir esto haha... hace tiempo que no escribía algo así, espero no haberme oxidado. Trate de ser lo más realista posible(?)
En fin, espero que les guste.
Pronto nuevo capítulo de First Time 💖
Besitos y amor para todos
Atte. Tía-Ryu
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Los nervios son algo normal cuando te encuentras por primera vez exponiendo tu cuerpo ante otra persona. Es aún peor cuando la persona que tienes frente a ti es la que has amado durante más tiempo del que recuerdas.
— ¿Estás bien?— el moreno trató de conectar la mirada con su compañero pero le fue imposible, — ¿Hiro?
El asiático estaba con su ropa desarreglada y con su mirada apuntando al piso. Esa tarde se habían dejado llevar por el calor del momento y habían terminado agitados, desarreglados y parados a un metro de distancia.
—No haremos nada que no quieras. — Miguel trataba de calmar a su novio.
Ninguno tenía experiencia con ese tipo de situaciones. Para ambos sería su primera vez.
—No es eso, —Al fin Hiro se había dignado a decir algo. — Es solo que...
—No sabes cómo seguir. — Miguel completo la frase.
—No tengo experiencia con estas cosas, — admitió el mayor.
—Tampoco yo. — El Rivera le sonrió con compresión al Hamada.
—Pero quiero hacerlo...— Hiro estaba siendo más abierto que de costumbre, —de verdad quiero hacerlo contigo. — Miró a Miguel con amor.
—También quiero hacerlo contigo.
Se quedaron mirando como idiotas. Ambos querían hacerlo. ¿Qué más esperaban?
Rompieron aquel metro que los distanciaba y volvieron a besarse con evidente necesidad. Ansiaban tanto el contacto que pronto siguieron con un juego de lenguas que no hizo más que caldear el ambiente.
—Te amo Hiro— Miguel sentía picor en sus manos, no podía dejar de recorrer cada centímetro de aquella blanca piel, —te amo demasiado.
—Mmm— un leve gemido fue lo único que Hiro pudo articular porque en ese momento las manos inquietas de su moreno estaban inspeccionando cada parte de su cuerpo.
El tacto de la piel caliente del mexicano contra la fría del nipón provocaba una oleada de emociones explosivas. Perfectas.
Hiro no hizo más que dejar sus pensamientos racionales de lado y entregarse a aquella ola de nuevas emociones. Aquello era totalmente nuevo, ni se comparaba con las experiencias que uno puede llegar a tener en solitario, la sensación de otro cuerpo haciendo fricción con el propio, el calor y los sentimientos... para el Hamada era algo completamente indescriptible.
Tanto amor.
La conexión de ambos no hacía más que hacer todo mil veces mejor, si es que era posible.
Miguel por su parte no se cansaba de acariciar cada rincón, de contemplar las expresiones de Hiro. No todos los días tenía a su chinito hermoso haciendo ese tipo de caras.
Realmente lo amaba demasiado. Ambos se amaban demasiado.
— ¿Quieres ir a otro lado?— Miguel habló bajito haciendo que Hiro se percatara que habían estado todo el tiempo en el sillón de su departamento.
—Vamos a mí cuarto— artículo a penas. Ambos se pusieron de pie y llenos de vergüenza fueron hasta la habitación de Hiro.
— ¿Quieres que apague las luces?— el moreno se había quedado al lado de la ya cerrada puerta esperando.