Fairytale. |Harry Styles|

Capítulo 3: ¿Aceptas mi ayuda?

Repito la coreografía de mi canción un par de veces, aún no la aprendo completa pero al menos le pongo todo el esfuerzo posible para poder acordarme en que parte va cada paso.

Decido parar cuando siento que ya no doy más, he estado aquí desde hace dos horas y no he dejado de bailar desde entonces.

El O2 arena es enorme, tiene una infraestructura aérea metalizada que está unida al concreto, asemejando a una telaraña. En la parte superior, las butacas ya están listas, todas están recubiertas por cuero azul y respaldar negro, con un porta vasos al final de cada asiento. En la parte inferior, en la cancha, las mesas están siendo arregladas con sillas decoradas y manteles brillosos. 

La tarima también ya está implementada, tiene un estilo futurista con una pasarela que acaba en un círculo, a cada lado hay una salida de al menos dos metros de largo.

El piso del escenario negro esta brilloso, pareciera que tiene una capa de cera muy fuerte. Me siento en el borde, tratando de calmar mi respiración.

Gwen ha venido conmigo, ella espera a un lado. No emite palabra, solo observa lo que hago y de vez en cuando, en los momentos en que la miro, ella sonríe y asiente.

El personal del estadio está trabajando, algunos chicos están barriendo y otros terminando de colocar la decoración para la premiación de mañana. Estoy nominada a tres categorías. Como mejor canción, mejor solista femenina internacional y Brit al éxito global. Realmente estoy emocionada y entusiasmada por dar mi actuación mañana en la noche, tanto que ya tengo listo mi vestuario y las palabras que diré si es que gano algún tótem.

Tomo impulso y me pongo en pie, a unos cuantos metros de mi está Jese, el coreógrafo que contrato la empresa. Le miro de arriba abajo. Lleva puesto una pantaloneta azul junto a una polera rosa palo, inmediatamente pienso que es un hombre muy seguro de sí mismo en cuanto a los gustos que tiene por las prendas que vestirá.

Me dirijo hacia él tocándole el hombro.

—Jese, creo que ya es suficiente por hoy. Me he aprendido la mayoría de los pasos y el resto, puedo practicarlo en el Hotel —le digo.

Él sonríe, ladea la cabeza hacia la izquierda entrecerrando los ojos.

— ¿Estás segura? No quiero errores el día de mañana.

—Muy segura —contesto.

Jese asiente repetidas veces, tomo eso como un “está bien”. Él se voltea y va con los bailarines. Seguramente para darles algunas instrucciones y decirles que es todo por esta tarde.

Uno de los trabajadores se acerca con una botella de agua y una toalla, me sonríe y las extiende hacia mí.

Me sorprendo pero asiento devolviéndole la sonrisa. Tomo un poco del agua transparente pero noto que el trabajador se mantiene parado, a un lado de mi posición.

—¿Te tomarías una foto conmigo? —pregunta de repente, rompiendo el silencio. Enrosco con la tapa la botella y asiento un par de veces.

—Por supuesto —contesto.

Él castaño de ojos grises extrae una cámara fotográfica del bolsillo de su pantalón, y con una sonrisa, la enciende.

Aprovecho para secarme el sudor con la toalla, procuro acomodar mi cabello y me acerco a él.

—Soy Alan —menciona.

—Mucho gusto.

—¿Puedo colocar mi mano en tu cintura? —me dice.

No es algo raro porque la mayoría de mis fans lo hace. Me abrazan, me piden poses poco convencionales y yo les digo que sí a todos.

—Claro —le digo. Alan sonríe y posa una de sus manos al lado derecho de mi abdomen. Levanta el artilugio electrónico hacia arriba y una ráfaga de flash nos envuelve.