Parte 4

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Era realmente una tontería lo que Jeongyeon planeaba hacer, incluso le dolió solo el hecho de pensar en tener que usar a un chico para "eliminar" o en tal caso, "retardar" lo que crecía en su corazón por Nayeon. Más no estaba enterada de las consecuencias de sus futuros actos.

¡No brillan! – Pensaba Nayeon – ¡Sus ojos no brillan! – en esto pensaba Nayeon al notar la mirada de Jeongyeon cuando, el rubio Vernon, segundos después descubrió su nombre, le entregaba el ramo de rosas.

– Gracias – dijo Jeongyeon, recibiendo aquel extravagante ramo y mostrando un gesto de falsa emoción.

– El auto nos espera afuera – anunció el rubio.

Nayeon notaba como Vernon miraba a Jeongyeon y como Jeongyeon fingía cierta simpatía

¿A qué está jugando? – Pensaba.

Al llegar al lujoso restaurant, Vernon tomó de la mano a Jeongyeon. - ¡Auch! – exclamó Nayeon, alertando al papá de Jeongyeon.

– ¿Qué pasa? – preguntó el señor, ya que Jeongyeon y Vernon se habían adelantado.

– Me duele el pecho – dijo Nayeon palpándolo.

El señor sacó del bolsillo de su camisa unos lentes, pues algo le llamó la atención, se los puso y observó.

– ¿Qué es esto? – Preguntó sacando un alfiler del pecho de Nayeon.

– Por Dios – Dijo tomando el alfiler – D-debió estar en la ropa de Jeongyeon – agregó sorprendida.

– Debes tener cuidado – le dijo el señor, guiándola hacia la mesa dentro del restaurant.

La cena fue la más dolorosa, literalmente, para Nayeon. Jeongyeon la ignoraba, aunque ella sentía cuando, a veces, la miraba de reojo. También sentía como no le prestaba atención a ninguna palabra que le decía un Vernon emocionado.

Pero que tonta es – pensaba Nayeon. Y se retorcía en su asiento, pues ya eran cinco alfileres que había sacado de su torso. El papá de Jeongyeon la miraba confundido viendo sacarse los alfileres ¿Es que acaso esta niña es costurera? – Pensaba el señor. Afortunadamente, Nayeon supo cómo comer, a pesar de los dolorosos alfileres, ya no pensaba que era la ropa de Jeongyeon, algo estaba pasando con ella y tenía miedo de los pensamientos que se le cruzaban.

Cuando terminaron, el guapo y rubio Vernon se ofreció a llevarlos a todos.

– ¿Dónde vive tu amiga? – Preguntaba Vernon a Jeongyeon. Jeongyeon miró a Nayeon, quien tenía en su rostro quejas de dolor.

– Ella... – Empezó a decir – se quedará conmigo esta noche – A pesar de su maravilloso plan para alejar los sentimientos de su corazón por Nayeon, no podía dejarla en la calle, le importaba demasiado, aunque no lo quisiera admitir.

Al llegar a la casa de Jeongyeon, Vernon se despidió de ella con un beso en la mejilla, logrando un dolor insoportable en todo el cuerpo de Nayeon, haciendo incomodar al mismo tiempo a Jeongyeon.

– Buenas noches – Se despidió el papá de Jeongyeon, lanzándole una mirada a su hija, quien entendió perfectamente que significaba. No hacer cosas indebidas con Nayeon – Como si eso fuese posible – pensó Jeongyeon – Aunque quisiera – Sorprendida por sus pensamientos – Basta –refunfuñó en su mente.

Nayeon subía las escaleras con cierta incomodidad, sus hombros le ardían, su pecho dolía y empezaba a inquietarle el estado de su cuerpo.

– ¿Estás bien? – preguntaba Jeongyeon preocupada.

Corazón de tela - 2yeon [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora